El periodismo crudo de Benjamín Torres Gotay

Periodista, escritor, subdirector en GFR Media y columnista de El Nuevo Día.
(Foto Suministrada)

Por: Taiyania K. Rosado Pagán (taiyania.rosado@upr.edu)

Benjamin Torres Gotay es un periodista puertorriqueño de 49 años, ganador del Premio Nacional de Periodismo que otorga la Asociación de Periodistas de Puerto Rico (ASPPRO) y el Premio a la Excelencia Periodística del Overseas Press Club (OPC). Se ha desempeñado como reportero, editorialista y columnista.

Torres Gotay, estudió periodismo en la Universidad del Sagrado Corazón en San Juan, donde se graduó en 1993. Desde entonces es periodista profesional en varios medios, pero se destaca principalmente en El Nuevo Día. Actualmente mantiene una muy leída columna semanal, publicada los domingos en el mismo periódico. Tiene un blog en la versión online del diario titulado “Las Cosas por su nombre”.

En sus columnas expone temas de actualidad y tiene una manera muy cruda y real de contar historias. No es raro que en sus escritos apunte con lápiz de manera directa o incluso sarcástica a quien sea de quien esté hablando. Aunque asegura que no emite juicios y que no piensa en lo bueno y lo malo, sino en que la gente reacciona de una u otra manera ante distintas situaciones.

“El gobernador científico” es una de sus columnas más comentadas en el blog, con más de 100 comentarios, publicada el 2 de agosto de 2017. Utiliza un tono sarcástico para describir a Ricardo Rosselló antes de ser gobernador y cómo sería su vida si hubiese sido científico y no gobernador.

El periodista es hijo de un ama de casa y un camionero que se conocieron en New York y formaron una familia en Puerto Rico. Su mamá amaba la lectura y él en verano aprovechaba y leía algunos de sus libros. El niño que enloqueció de amor, de Eduardo Berrios fue su primera lectura que le sirvió para darse cuenta que quería escribir. Lo inspiró. Afirma que leer lo enseñó a pensar. Ejercer el oficio periodístico escrito fue el puente que lo llevó a escribir en nuevas fronteras.

Hace cuatro años, en agosto de 2013, debutó como escritor con su novela: Tatuajes en cuerpo de niña. Esta obra comenzó a escribirla en 1999 y la terminó en el 2003. La publica en 2013 por las “razones comunes”: inseguridad, duda, y porque de alguna manera siempre volvía al texto.

Compara su libro con una cita de Gabriel García Márquez: “es la novela de un hombre cansado”, cuando señala que es escrita de noche por largas jornadas de trabajo en el periódico. La historia se entorna a la investigación de un periodista, que firma como ASV, acerca de la vida de Antonio Ballester, aspirante a gobernador que abandona el país antes de las elecciones. Se complementa de personajes en los que en distintas formas se refleja la soledad, diferentes visiones sobre qué es lo perverso y algunas rutas oscuras para alcanzar el placer.

“No sé escribir personajes felices. Yo quería mostrar una versión siniestra de la isla detrás de la máscara de la fiesta y de la bulla… por eso hay una escena en la que un hombre está sufriendo todos los males del mundo y se mete en las fiestas de la calle San Sebastián. Hay una máscara aquí de felicidad y debajo de eso hay unos traumas y unos dramas terribles.”

 

Author: Taiyania Rosado

Un comentario sobre “El periodismo crudo de Benjamín Torres Gotay”

  1. Escucho a Radio Isla todas las mañanas, todas las tardes, y también pocas veces por las noches. Lamento decir que este medio es prácticamente el único que uso para enterarme de las cosas que pasan en Puerto Rico (cuando en «Ochenta grados» se les antoja enviarme algo, lo leo). Vivo en los Estados Unidos, pero me paso largas temporadas acá. Pienso que tarde o temprano llegaré para quedarme, pero quiero saber qué voy a encontrarme cuando llegue. Escucho muchos excelentes discursos en Radio Isla que desgraciadamente se quedan reposando sobre arena seca, pero también escucho mucha refundición, reciclaje, repetición, y mucho ruido. Hoy escuché a Benjamín Torres Gotay hablar en Radio Isla, y me llamó la atención varios detalles que dibujaron su retórica como algo diferente, fresco, y muy, pero que muy claro y lógico. Había algo en su modulación linguística, y en el tono y timbre que empleó, que me ubicó en el barrio donde me crié, y alzé el volumen de la radio. Habló sobre el hecho que todos los aspirantes a la gobernación se apoyan sobre un discurso «aspiracional» y no empírico. Genial! Todo lo demás es ruido. Rafael Ortiz-Sanoguet

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