Seguridad tras el paso de María

El desastre natural provocó la movilización de las agencias estatales y federales por ser una catástrofe única sin precedentes.

El teniente coronel Rivera Miranda fue uno de los supervisores en el área de Arecibo. (Foto suministrada)

Por: Paola M. Rodríguez (paola.rodriguez57@upr.edu)

«Hubo que cambiar algunos aspectos del plan, sí, porque nosotros hicimos cosas que se supone que nos tocaran desde cortar árboles, remover (escombros) y abrir caminos; situaciones en las que nos convertimos en lo que se llama un policía comunitario», así describió la labor que realizó la Policía de Puerto Rico luego del paso del huracán María, el teniente coronel del área de Arecibo, Roberto Rivera Miranda.

Año tras año el Gobierno junto a los cuerpos encargados de la seguridad del país se preparan para los eventos atmosféricos, sin embargo, el embate transformó el plan de contingencia con miras a la temporada de huracanes.

Entre las prioridades de la Policía en estos momentos se encuentran: ofrecer escolta a los camiones que distribuyen combustible o suministros, vigilar las extensas filas en los comercios, brindar seguridad en los refugios, dar tránsito en las intersecciones, evitar saqueos y supervisar que los ciudadanos cumplan con el toque de queda.

Vigilancia y tránsito

En cuanto a la vigilancia durante las primeras semanas, Rivera Miranda expresó que el caos de la gasolina fue devastador y que consumió mucho tiempo ya que había un personal desde las 6 am hasta las 11 pm en los puestos dando tránsito, echando gasolina y manteniendo las filas ordenadas.  De igual forma, estuvieron activos en las fábricas de hielo donde estas últimas eran prolongadas.

Explica que la situación se agravó cuando los ciudadanos comenzaron a salir de sus hogares y los centros comerciales a abrir ya que la policía tuvo que dirigir el tráfico.  El problema no solo era que no contaban con servicio de energía eléctrica, sino que también, los semáforos estaban destruidos o se habían caído.

El agente de la División de Radio Control de la Policía, Juan Morales Ortiz, comentó que policías de distintos estados como Florida, Nueva York y Texas estuvieron presentes durante las primeras semanas en la isla ayudando a brindar tránsito en las carreteras.

Por otro lado, María Ramos, residente del pueblo de Arecibo, cuenta que el domingo luego del huracán sufrió un accidente automovilístico a causa de esta situación.  «Iba cruzando en una intersección cuando viene un carro y me impacta», narró la perjudicada que alega que «allí no había nadie dando tránsito, el revolú era increíble».

Robos y escalamientos

Varios vecinos de Batista Serrano, residentes de Arecibo, también fueron víctimas de robo. (Foto suministrada)

En el área policiaca que abarca desde Quebradillas hasta Morovis hubo alrededor de tres o cuatro robos semanas luego del embate, según Rivera.  En cuanto a los escalamientos y apropiaciones ilegales comentó que ocurrió un incremento en contraste a los robos aunque dice que son menos que el año pasado para esta misma fecha.  «La gente abandonó sus residencias porque sabían que podía pasar algo y a su regreso se encontraron con que les faltaba aquello y lo otro».

Mairim Batista Serrano, residente de la Urbanización Martel en Arecibo, relata que a raíz del huracán perdió su hogar y todas sus pertenencias; lo único que lograron rescatar fue una cisterna de agua, la cual días más tarde le hurtaron.  «Las casas de al lado no las estaban viviendo, la única casa apta y que la estábamos viviendo era la mía pues ellos nos velaban aparentemente y se aprovecharon…», «se llevaron la cisterna… nos robaron la batería de mi carro y mi radio».

A raíz de esta situación la joven de 20 años y su familia decidieron mudarse ya que no se sentían seguros a pesar de que su padre es agente de la policía.  «Lo asocio con María porque antes del huracán nunca se habían metido… incluso el barrio estaba bien tranquilo y luego de María ellos han aprovechado que las casas están vacías».

Refugios

Según El Nuevo Día, a más de una semana del paso del ciclón, contaban con 158 refugios abiertos alrededor de toda la isla.  La Policía tuvo que brindar vigilancia a los refugiados así como a los comedores escolares para evitar robos por parte de los ciudadanos.  En el área de Arecibo se asignaron dos agentes por cada albergue que sumaron entre 20 ó 22 realizando dicha labor.

Asesinatos

El huracán María no detuvo la violencia en la isla. (Foto suministrada)

«Para el colmo de los colmos fue el delito que más aumento durante María… en ese tiempo duro, difícil, tuvimos más de 9 asesinatos», manifestó Rivera Miranda cuando se le preguntó por este crimen.  Explica que sucedieron a causa de peleas, situaciones en los hogares y unos que acontecieron en otro pueblo y concluyeron en Arecibo.  Reiteró que ninguno de los ocurridos en la zona guarda relación con el bajo mundo por guerras entre distintos bandos.

Toque de queda

Referente al toque de queda, el teniente coronel expresa que se llevó a cabo en esta región según las instrucciones impartidas por el Gobernador.  «Teníamos que intervenir, verificar que hacia esa persona a esa hora en la calle… realmente no nos dedicamos en es momento ni a dar boletos, simplemente fuimos más orientadores».

En el área de Arecibo se arrestaron a unos jóvenes que se encontraban estacionados cerca de un centro comercial y poseían sustancias controladas.

Presencia militar en la isla

Según El Nuevo Día, en total llegaron a Puerto Rico 16,000
soldados. (Foto suministrada)

Por otra parte, distintas ramas de la milicia estadounidense llegaron a la isla para participar en labores de rescate, evacuación, servicios médicos, limpieza de las calles, vigilancia y entrega de suministros.  «Lo que fue el ARMY, el Air Force, los Marines, el NAVY y el National Guard, trabajamos en conjunto para hacer cosas buenas por Puerto Rico», aseguró la sargento de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos (ARMY por sus siglas en inglés), Leslie Feliciano Mercado.

Su unidad se enfocó en la entrega de suministros. «Tuvimos que cruzar ríos a pies porque los carros no pasaban, subir cuestas súper empinadas y bien grandes cargando todo nosotros porque no había como llevarlos al sitio». «Fue agotador… pero fue una experiencia muy grata, la satisfacción que uno siente al ayudar a personas que lo necesitan porque allí mucha gente hasta lloraba», expresó Feliciano.

Si usted tiene alguna emergencia o situación que requiera una agencia encargada de la seguridad del país favor de comunicarse a los siguientes números o acceder al directorio de las próximas páginas web: www2.pr.gov o aquí 

Para estar al tanto de la actualización de las estadísticas del Departamento de la Policía infórmese aquí.

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