«De amor no se vive»

Mientras el Gobernador de Puerto Rico regala taquillas para el concierto de Bad Bunny, los estudiantes-atletas de la UPR luchan por sus dietas, sus transportes a los eventos deportivos y hasta por canchas en condiciones óptimas. Y no se trata de que sea Bad Bunny, se trata de este gobierno insuficiente, uno sin pie ni cabeza, fuera de orden y siguiendo solo su «plan plan plan». ¿Cómo es posible que estudiantes atletas piensen en abandonar el deporte, que de una forma u otra da alegría a todos, por el simple hecho de no poder mantenerse?

En agosto de 2018, a consecuencia del plan fiscal, se decidió remover el 50% de las exenciones de matrícula a los estudiantes atletas de la UPR, incluso cuando el costo de la matrícula aumentó más del doble por crédito. Anteriormente el crédito tenía un costo de $56 y aumentó a $115. Subió la matrícula, bajó la exención, pero la exigencia al estudiante-atleta sigue de la misma forma, sacrificios sin beneficios y sin ayudas para que los objetivos se cumplan.

Entonces podemos decir que nos dejan de un lado. Que realmente no somos tan importantes como nos hacen creer. Que el gobierno y todo a su alrededor apoyan a cuanto plan y cuanto invento crean, pero no a sus atletas. Porque déjame decirte que cuando un atleta llega con medalla olímpica son los primeros en recogerlos a un aeropuerto y los primeros en expresar orgullo de quienes son. Sin embargo, no piensan que le pusieron el pie en el proceso una y mil veces con tantos recortes y malos ratos que tuvo que pasar. Aún más que fue un estudiante-atleta de la UPR y sufrió cada atropello que el mismo gobierno implantó.

Me duele porque soy atleta. Sufro no tener dinero para mis uniformes porque no me da, que al fin y al cabo dicen UPR. Se tardan en darnos la dieta. A veces la transportación se ve lejana porque la universidad no cuenta con los recursos. Llega el día del partido y no hay transporte. Duele tener que representar algo que no te representa a ti. Muchos lo hacemos por amor al deporte, pero el atropello que la universidad, profesores y el gobierno tienen contra nosotros es frustrante.

Al no poder recibir la exención en su totalidad, muchos estudiantes se ven obligados a buscar trabajos para mantenerse y algunos decidieron dejar el deporte porque la presión es demasiada. Seamos realistas, damos más de lo que recibimos y en esta etapa de la vida donde nuestro futuro está en juego tenemos que tomar decisiones y analizar nuestras prioridades.

Felicito a los que siguen luchando con el trabajo, las clases, los entrenamientos, sus familias, amigos, parejas, vida social y tantas cosas que pone la vida. Me solidarizo con los que tuvieron que abandonar su sueño y pasión porque el apoyo falta desde el gobierno, universidad y hogar.

Es triste ver cómo somos menos las personas que creemos en esto y si algún día el deporte en la UPR muere será todo culpa del Gobierno, porque una cosa que me enseñó mi madre fue “de amor no se vive” y no podemos vivir de lo que amamos cuando nos está atropellando.

Author: Alondra Estudiante de comunicaciones con concentración en noticias. Jugadora de fútbol en la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Arecibo

Un comentario sobre “«De amor no se vive»”

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *