Forjado para narrar una versión real del mundo

Por Luis Joel Méndez González (luis.mendez15@upr.edu)

El sol ardía a las 12:00 del mediodía. El olor a arroz “pegao” se paseaba con el viento; niños reían a carcajadas mientras jugaban a patear la pelota. El aroma a plátanos por las cuatro latitudes del barrio impregnaba el aire, llegando hasta la esquina del balcón en el que un niño delgado, trigueño y pequeño, con paciencia escribía en su libreta.

Y es que Benjamín Torres Gotay, veterano periodista de opinión, lleva 26 años de experiencia sobre sus hombros, en los que ha narrado a través de sus escritos todas las vivencias que alguna vez encarnó en su propio barrio en Santa Isabel. Imágenes como la del señor que en las tardes caminaba medio descalzo, el vecino que cantaba con una caneca de ron en mano y el adolescente que lloraba desconsolado, aún perduran en su memoria.

“Yo me crié en una realidad que no todo el mundo conoce; esa que quienes conocen, algunos prefieren negar. En la tarde, cuando mi madre preparaba la cena, siempre llegaba a la casa un señor que nosotros sabíamos no tenía nada que comer”, indicó el hijo de una familia compuesta por cinco hermanos.

Pero no fue hasta que el director de Proyectos Especiales en GFR Media tuvo la oportunidad de leer “Sobre héroes y tumbas”, de Ernesto Sabato, que internalizó que el mundo noble que durante su adolescencia había imaginado, era en realidad uno cruel, crudo y desalmado hacia los del barrio.

“Yo salí de un mundo en el que mi mamá me cuidaba mucho del entorno, por lo que leer esa novela, que en momentos tenía que detenerme por lo fuerte que era, me quitó el velo para mostrarme el mundo como realmente era”, expresó Torres Gotay, quien nació en 1968.

Su infancia lo marcó de tal manera que a través de “Tatuajes en cuerpo de niña”, novela que publicó en el 2013, intentó desenmascarar mediante su narrativa los problemas de identidad, sexualidad y desarrollo de la sociedad puertorriqueña, ocultos tras la máscara de jolgorio que a menudo lleva puesta.

“A los puertorriqueños nos cuesta observarnos a los ojos; nos cuesta vernos al espejo y mirarnos tal cómo somos. Porque los traumas más profundos que tenemos como pueblo, nos cuesta aceptarlos”.  

El egresado en la Escuela de Comunicación de la Universidad del Sagrado Corazón, expresó que a pesar de dedicarse al periodismo de opinión, siempre sintió especial interés por el hedor a la sangre, la pólvora y los casquillos de bala recién disparados, queriendo ser, en algún momento dado, cronista policiaco.

“El informe policiaco, que es algo frío, los transformaban en una buena historia que al final del día era publicada”, explicó. “Era la oportunidad de volar literariamente; de poder narrar con una soltura y unos vuelcos, que una noticia de pirámide invertida, no te provee”.

«Las cosas por su nombre»

Torres Gotay es uno de los periodista locales de mayor renombre en la actualidad y son muchos lectores los que ansiosamente esperan la publicación de su columna en El Nuevo Día los domingos. Es precisamente su agilidad con la pluma, combinado con sus análisis brillantes y meticulosos, lo que permiten que se presente una visión del país por medio del cinismo, el contexto histórico y un toque narrativo-literario, muy propio del autor.

“Yo trato a mi audiencia como si fuese gente inteligente, no erudita… No me pongo con vuelcos retóricos excesivos o palabras de domingo; trato de ser directo. A veces pongo alguna palabrita rebuscada, pero no me altera el que me entiendan; a lo mejor ayuda a que alguien la busque en el diccionario y aprenda una palabra nueva”, expresó.

Por lo que, la complejidad reflejada semanalmente a través de “Las cosas por su nombre”, columna que publica desde el 2010, “permite explicar algo que en alguna noticia regular no tiene la oportunidad de explicar(se)”.

“A veces leo columnas en las que uno siente que la persona está bien en lo que está diciendo; pero no tienen la fuerza, no tienen ese fuego que es necesario para que las personas se identifiquen, indignen y las discutan”.

Sin embargo, el proceso de redacción de sus “columnas de análisis”, en las que refuta o contrasta información u opiniones, conlleva trasnocharse desde las 10:00 de la noche hasta las 6:00 de la mañana.

“Yo tengo muchos problemas con escribir a mano, por lo feo y porque soy izquierdo; porque cada vez que tengo que escribir a mano en un sitio, peleo”, bromeó. “Durante las coberturas tomaba notas, y cuando tenía que revisarlas, no entendía ni recordaba nada de lo que había escrito. Hasta llegué a inventarme un tipo de caligrafía”.

El futuro del periodismo

La llegada del internet comercial durante la década del 90 edificó en cierta manera la carrera de Torres Gotay. Esto, porque los primeros escritos que publicó tanto para Prensa Asociada como para Agencia EFE, en años distintos, los redactó a computadora.

“La llegada de las redes sociales fue parte de mi evolución como periodista, tenía que adaptarme… (Porque) cuando comencé aquí (en El Nuevo Día), se tenía una página web que se actualizaba con contenido nuevo todo el tiempo”, contextualizó.

Esto ha desembocado en una retroalimentación constante que, para él, es importante tomar en cuenta. “Yo siempre miro los comentarios en mis columnas, a pesar de que a veces da dolor ver si llegó o no el mensaje que quería llevar”.

Mencionó por ejemplo que la cuenta que abrió en Twitter, donde actualmente cuenta con unos 55,400 seguidores, le ha permitido informar casi al instante con una oportunidad única de interactuar en tiempo real.

“La regla principal es que nunca vas a tuitear algo que no colocarías en una columna de opinión”, comentó con relación a la responsabilidad que conlleva contar con una red social profesional.

Mientras que, entrevistas de media hora que antes eran complicadas condensar en 300 palabras, ahora, sin mucha dificultad, las puede preservar en un podcast capaz de guardar información de manera liviana y accesible.

«El futuro del periodismo es la información. Habrá tantas maneras de conseguirla que algunos medios de comunicación sobrevivirán en la medida que obtengan contenido escrito que los diferencie de cualquier otro», puntualizó quien, con casi tres décadas de experiencia en el periodismo, criarse en el barrio lo ha forjado para narrar una versión real del mundo.

Luis Joel Méndez González
Author: Luis Joel Méndez GonzálezEstudiante de Noticias en la Universidad de Puerto Rico en Arecibo, interesado en temas culturales, económicos y sociales.

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