La ética periodística

 

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“Creo que para ejercer el periodismo, ante todo, hay que ser un buen hombre, o una buena mujer, buenos seres humanos. Las malas personas no pueden ser buenos periodistas. Si se es una buena persona se puede intentar comprender a los demás, sus intenciones, su fe, sus intereses, sus dificultades, sus tragedias. Y convertirse, inmediatamente, desde el primer momento, en parte de su destino. Es una cualidad que en psicología denomina «empatía». Mediante la empatía, se puede comprender el carácter del propio interlocutor y compartir de forma natural y sincera el destino y los problemas de los demás”.

Así dice una de las citas más notorias del fenecido reportero y escritor polaco, Ryszard Kapuściński recogida en el libro “Los cínicos no sirven para este oficio” y reproducida en tantos otros.

Según la Real Academia Española, la ética se define como el “conjunto de normas morales que rigen la conducta humana”. Para explicar la ética en el periodismo utilizaré como punto de partida precisamente a este periodista, historiador, escritor, ensayista y poeta de origen polaco, considerado por muchos como el mejor reportero del siglo XX.  Un hombre que pensaba que escuchar las voces de los “otros” era una cualidad indispensable en el periodismo y aunque ha sido criticado en muchas ocasiones, no cabe duda de que es un interesante estudio de caso desde el punto de vista ético.

Existen cinco pilares que fundamentan la ética periodística. La primera es muy sencilla y clara: un periodista tiene que siempre escribir basado en hechos. Esto lo ayudará a que su escrito sea lo más verosímil y transparente posible. Segundo, la independencia, pues el periodista debe tratar de ser objetivo en la manera que pueda dependiendo del género que desarrolle. Significa esto que la equidad y la imparcialidad no permite que se presente un solo lado de la noticia.

Debemos siempre, por lo tanto, aspirar a conocer ambas vertientes, puntos de vista contrarios y fuentes de información. Tercero, la humanidad y en la que deseo enfatizar. En este caso el periodista debe interesarse en el otro, en su problema, su realidad, y reconociendo también la responsabilidad que asume, pero no olvidando que lo importante es transmitir un mensaje. Por último, la responsabilidad.

En este quinto pilar ético, el periodista debe sentir la responsabilidad de hacer de su vocación un estilo de vida. Significa esto que no existen horarios de entrada de salida, sino que el periodismo es un modo de vida y de acercarse al mundo y a los otros. Trabajamos para y por los otros. Son nuestra principal fuente de información.

Asimismo, la ética pone especial énfasis en las siguientes interrogantes: ¿Cuál es la pregunta que me he formulado antes de comenzar a escribir mi historia? ¿Cómo aporta o influye esta información a la sociedad? ¿Quiénes son los afectados por la información? ¿Provocará algún cambio si la publico? ¿Mi información es completa y ha sido corroborada

Estas son solo algunas de las preguntas que debemos formularnos como periodistas para lograr entender cuán ética será nuestra aportación a la hora de escribir y publicar la noticia. Muchos periodistas escriben los hechos sin valorar el contenido y sin hacer un examen preliminar del material. Es vital para un periodista estar completamente seguro sobre lo que va a publicar ya que el encabezado de la noticia lleva su nombre y por ende su prestigio y credibilidad como profesional puede verse afectada de hacer lo contrario.

¿Cómo ser un excelente periodista y tener una ética intachable? Alfonso Armada, en su texto, “Sombras sobre Kapuscinski”,  hace referencia a estas cualidades imprescindibles que todo periodista debe poseer. Un ejemplo es Kapuściński, quien cumplía a cabalidad muchas de las características necesarias para ser un extraordinario reportero. Según Armada, lo principal es:

Humildad para ponerse a la altura de los ojos de su interlocutor, soberano o enterrador; la exactitud de un entomólogo, un historiador o un astrónomo, ‘para que ningún lector pueda corregirte y demostrar que no sabes de qué hablas, dejarte en evidencia y en entredicho todo lo escrito’; curiosidad insaciable (cómo si no iba a volver a perderse una y otra vez bajo soles como espinas, fríos como sierras); valor para ponerse a prueba jugándosela donde ya no queda nadie para contarlo, nadie con un altavoz donde propagar lo que se ha visto y no se pierda, sufrimiento inútil, dolor derramado para nada; compasión hacia quienes no sólo suelen sufrir la historia, y mucho menos para hacerla suya, para cambiar su destino; resistencia frente a las adversidades, los flacos presupuestos, la desidia o la pereza de los jefes alejados de los campos de batalla o de los campos de algodón; perseverancia para comprobar hasta el último rasguño y el último dato, para que no quede el relato cojo, incompleto, falso por ese mal tan extendido que deduce que ‘da lo mismo’, cuando ahí reside el principio de nuestro deshonor, y estilo: el de su alma, la de un hombre cercano capaz de encender hogueras de palabras que calientan e iluminan más que el fuego.

La importancia de la ética en el periodismo

“La verdad y la libertad de expresión están íntimamente unidas  y, la verdad es aliada inseparable de la ética de la libertad de expresión”, según la Academia Nacional del Periodismo en Argentina.

Donde hay periodismo, hay oportunidad para el desarrollo comunicacional y el entendimiento entre personas. Sin embargo, esto solo se produce si se ejerce el oficio con responsabilidad y sobre todo, con vocación.

Tenemos que comenzar a vivir como personas buenas, honestas, transparentes para que nuestro trabajo sea de calidad, sincero y completamente cierto. La ética solo se logra cuando nos importa lo que hacemos y cuando en nuestras historias nos ponemos en los zapatos del “otro”. En la medida que comencemos a darle importancia a nuestras noticias y a nuestros entrevistados, el periodismo se convertirá en una herramienta de innovación y cambio social.

Pueden existir unos pasos para describir la ética en el periodismo y saber cuán importantes son, pero luego de aprender esa guía desarrollaremos la ética con nuestras forma de escribir que será evidente tanto en la calidad de nuestros textos, como en el impacto que tendrán en la sociedad. A esto último, Kapuściński le llamaba periodismo intencional, es decir, uno que procura una transformación positiva para la sociedad. El único tipo de periodismo que debe existir…

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Author: Colaborador/a de Tinta Digital

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