Entre telas y costuras

Por: Andrea Paola Lucena Fúster (andrea.lucena@upr.edu)

Su taller de costura desborda telas por todas partes, hilos, vestidos, encajes, tijeras, dedales y alfileres; nos muestra el reto que día a día enfrenta esta dama quien aún continúa perfeccionando su arte. En este espacio se manifiestan todo tipo de colores como metálicos, llamativos, y brillosos, diferentes texturas, formas y diseños. Se respira un aire lleno de tranquilidad acompañado de música clásica, donde te da la sensación de abrirte y hablar sobre cualquier tema.

Es una mujer luchadora, trabajadora, humilde, con una energía contagiosa y fuerte, que ha tenido que pasar por momentos que han dejado huellas en su vida, como por ejemplo, el rechazo de su propia religión. Su rostro se ilumina con una sonrisa de oreja a oreja y unos ojos de un brillo eterno. En sus manos se reflejan los años de trabajo, su elegante vestimenta nos dice claramente lo cuidadosa que es en su arreglo personal.

Esta costurera, por años ha ejercido el talento que la vida le concedió desde que era una niña y claramente refleja en su vestir. A sus sesenta y ocho años se encuentra estudiando un grado asociado en Diseno Gráfico en EDP University. Nacida en Arecibo y criada entre los Estados Unidos y Puerto Rico, actualmente reside en Lares. Su nombre es Bethsaida Román Rodríguez y es mejor conocida como “Bethsi”.

Conozcamos más acerca de esta gran mujer digna de admirar por su trabajo, esfuerzo y sus 59 años de dedicación a la costura.

¿Cómo descubre que coser es lo que le apasiona?

Bueno, desde que yo era pequeña me atrajo la costura y no me atrajo precisamente la costura, sino diseñar. Mi mejor amiguita en ese tiempo tenía un libro donde podía diseñar en unas muñecas que el libro traía y ahí comencé a hacer eso y mis amiguitas me daban un centavo por cada vestido. Luego cuando tenía once años me enviaron a pasar vacaciones a casa de mis abuelos en Arecibo y mi abuela era una costurera. Ella no era muy cariñosa, pero me gustaba estar con ella porque la veía sentarse en su máquina y coser. Pero, no permitía que yo me acercara a la máquina era bien estricta con eso. Era bien organizada no como yo que tengo este pequeño desorden aquí ¡JAJA! Y desde ese momento fue que me interesó la costura y comencé practicando.

¿Cómo aprendió a coser?

En el 1967 cuando estaba en la escuela superior estaban ofreciendo un curso de costura avanzado en la Labra y decidí tomarlo, ahí fue donde aprendí a coser.

La labra se refiere a la escuela superior Rafael M. Labra ubicada en San Juan. En el 2002, el gobierno le sede el derecho de utilizar el edificio al Museo de Arte Contemporáneo de Puerto Rico. Esta escuela forma parte del Registro Nacional de Lugares Históricos desde 1987. Antonio Martorell estudió en dicha escuela y recientemente inauguró su exhibición llamada ¨Retorno al hogar (Labrando).

¿Cuál fue la primera prenda de ropa que cosió?

La primera prenda de ropa que cosí fue una blusa a una mejor amiga a los nueve años.

¿Cuándo decide montar su taller?

En el 2006 cuando ampliamos la casa yo le dije a mi esposo: necesito un espacio para coser, no puedo seguir cosiendo en el cuarto ni en la cocina y yo quiero que me hagas un cuarto aquí. Primero no quería, pero yo diseñé todo y fuimos compramos la madera y lo hicimos nosotros solos. Lo hicimos en cuatro meses. Y este es mi cuarto favorito, aquí estoy la mayoría del tiempo, pongo música, me organizo y empiezo a coser. Aquí viene mucha gente, hablamos muchos temas y hay muchos secretos guardados.

¿Por qué decidió estudiar a esta edad, cuando ya es toda una experta en moda y costura?

Bueno, porque consolidé una parte que era coser, pero como te dije anteriormente cuando era chiquita diseñaba los vestidos de las muñecas y me faltaba esa parte, entonces cuando vi que ofrecían diseño computadorizado me dieron ganas de incursionar en eso. Me encuentro tomando el asociado en Diseño Gráfico que es lo que yo hago a mano de diseños, pero en computadora. Mi meta era diseñar, o sea yo crear mis propios diseños, que es lo que estoy logrando ahora.

¿Cómo es un día de su vida como costurera y estudiante, a como era hace unos años atrás?

Para los meses de agosto a noviembre la costura baja, y de mayo a julio es fuerte y pues he tenido que cuadrar lo de los estudios, a veces me he tenido que amanecer estudiando o terminando alguna pieza. Tuve un mal rato hace unos años porque me dejé llevar por el tiempo y le quedé mal a una persona porque su vestido no me salió a tiempo, me sentí tan mal porque nunca me había pasado, pero a partir de esa vez hice un balance en el tiempo, que me ayudó muchísimo y hasta el día de hoy no me ha vuelto a suceder.



¿Cuáles son sus planes una vez se gradúe?

Mis planes son seguir trabajando aquí en el taller calladita, mucha gente todavía, a pesar de que yo llevo varios años viviendo en Lares no me conocen, hace poco vino una chica a traerme unas piezas para que se las arreglara y me dijo que no sabía de mí y supo porque me recomendaron. Y si tuviera la oportunidad quisiera coger algún curso en sastrería para reforzar el conocimiento que tengo en eso.

¿Qué es lo más que le apasiona de crear y vestir a chicas, mujeres, niñas, etc.?

Lo más que me apasiona es cuando ellas vienen y les queda el vestido y se lo disfrutan, eso para mí es una alegría. Por ejemplo, hay veces que me traen unas telas y modelos que a mí no me encantan tanto, pero cuando los hago y ellas vienen por ellos, ver sus ojos brillar de alegría cuando los ven me da una satisfacción enorme.

Hábleme acerca de esos vestidos que han tenido algún valor sentimental para usted.

Bueno, hice un vestido de novia que regalé a una maestra de mi hijo que me ayudó mucho y el vestido de novia de mi hija mayor. Adicional a eso una vez hice un vestido de un baile de noche cuando estaba en Estados Unidos y la chica tuvo un accidente y murió con ese vestido puesto, eso para mí fue un momento muy triste. También le he hecho todos los vestidos de graduación y fiestas a mi nieta y esos vestidos tienen mucho valor sentimental para mí.

¿Cómo se vió afectada la costura para el huracán María? ¿En cuánto tiempo se repuso?

Para el huracán tuve un percance con un vestido que me habían traído una semana antes del huracán, tenía que arreglarlo pero la planta se me dañó y no pude. Luego empezaron las clases en la universidad y tenía que inventármelas para poder ir, casi no comía, llegaba cuando ya había oscurecido a la casa y tenía que ponerme a estudiar con velas. En navidades me fui para Estados Unidos con mi hija y volví en enero porque me comenzaron las clases y en marzo comencé a coser otra vez cuando ya había llegado la luz. Aproximadamente tardé en reponerme cinco meses.

¿Qué consejo le daría a esas jóvenes que al igual que usted les apasiona la costura y están comenzando?

Mi mayor consejo es que luchen si eso es lo que les gusta, esto para muchos no es una profesión, pero para nosotras que nos encanta lo es todo. Estudien muchísimo, prepárense y practiquen porque así es como verdaderamente aprenderán y se convertirán en lo que desean.

Andrea Lucena
Author: Andrea LucenaEstudiante UPRA cursando mi tercer año.

2 comentarios en “Entre telas y costuras”

  1. Me gustó el artículo muy Real nos transporta a su trabajo hermoso,realista,interesante una calidad humana con un toqué de magias en sus confecciones.Felicitaciones a ambas.

  2. Wuau Andrea. Que hermoso reportaje…Y eso que no mencionaste a otra costurera muy especial , Longina Medina , tu bisabuela. Que también era costurera de la comunidad la cual atendía su casa , cosía y estudiaba de noche. Gran mujer de Dios!!! Mi madre hermosa. Gracias por compartir. Dios ilumine tu camino y te siga abriendo puertas…

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