Hoy es el día número cuarenta y cuatro luego del paso del huracán María por la isla, y hace aproximadamente una semana el gobernador decía (en una de las tantas conferencias de prensa) que antes de Navidad, un 95% de la isla estará energizada. Todavía me estoy preguntando cómo eso es posible, si desde el paso cercano de Irma por la isla hay boricuas sin luz. La realidad es que tenemos a gran parte del país careciendo de las necesidades básicas para vivir, como lo son los servicios de agua y energía eléctrica.
Al día 30, según el Centro de Periodismo Investigativo de Puerto Rico (CPI), 113 personas figuraban desaparecidas, desvelando de este modo, muchos decesos a raíz de este huracán que han sido ignorados y no contabilizados por el gobierno. Se habla de actos violentos en la isla y fuera de ella, pero violento es que nieguen a nuestros muertos.
La presencial militar acaparó la isla desde los primeros días pos-María. Ya el ruido de los helicópteros no me hace mirar al cielo, pues es tan normal como hacer filas en todas partes. Por otra parte, han llegado desde los Estados Unidos varias compañías de energía eléctrica a ayudar con la situación, como la Orlando Utilities Commission. Varios artistas nos visitaron y brindaron suministros; incluso, aplaudimos la entrada del gran burgués (el tal Donald… ni seguiré), ese que se burló aún más de nuestros muertos y nos tildó de deudores en medio de la situación. Lo aborrezco a él de manera inexplicable, pero de manera indescifrable a sus discípulos (como al señor Carlos M. Molina, alcalde de Arecibo).
Punto aparte: no me he olvidado, señor alcalde, del vodka Tito con coco y la “picaderita” que le serví en su mesa mientras al pueblo de Arecibo lo consumen los escombros, la pobreza y la suciedad.
Se ha tratado de desviar la realidad en la que vivimos, nos han querido asfixiar con temas como el pescado blanco (Whitefish) y el contrato de trescientos millones, cuyo paradero se mantiene oculto. Lo peor de todo no es esto, sino que el contrato que ahora alcanza unos 240 millones con la Fluor Corporation se estima que llegue a unos 840 millones. ¿Entonces sí utilizaron lo del pescao’ para desviarnos?
La verdadera realidad de todas las circunstancias es que vivimos el abandono de la isla que alcanza ya los 450,000 boricuas que han “volao” pa’ los United States”. Las escuelas públicas del país aún no tienen fecha de inicio, la Universidad de Puerto Rico ha comenzado labores, pero sin funcionamiento adecuado y en condiciones pésimas. El boricua vive un momento a la vez, un día a la vez. Ya no podemos preparar el mañana, pues no sabemos con lo que nos podamos topar hoy. La verdadera pregunta de todo esto es: Realmente, ¿Puerto Rico se levanta, o sigo caído y de brazos cruzados?