Por: Kevin Gerena Miranda (kevin.gerena@upr.edu)
«Las Kardashian, si piensas en ellas en términos culturales o sociológicos, son en muchos sentidos realmente definitorias de la vida contemporánea«, comentó la doctora Meredith Jones, profesora adjunta de la Universidad Brunel en Londres.
Odias amarlas o amas odiarlas, no existe un intermedio. Si bien es cierto, el público opina que cuentan con ningún talento artístico—aunque han incursionado en la música, baile y actuación— resulta imposible no destacar que han creado su propio talento: ser famosas por el simple hecho de ser famosas. Y, gracias a ello, han creado un legado tan fuerte, que resulta imposible hablar de cultura popular sin que el apellido Kardashian sea utilizado en la misma oración.
Para empezar, es necesario conocer el origen de la fama de esta internacionalmente reconocida familia del mundo del entretenimiento.
Las hermanas nacieron en la cuna de oro referente al estilo de vida de los ricos y famosos, en Los Ángeles, California. Crecieron y atendieron a la escuela con otras celebridades reconocidas, como, por ejemplo, Paris Hilton.
El apellido Kardashian—de origen armenio— cobró notoriedad debido al mediático juicio de O.J. Simpson en 1995, en el cual, Robert Kardashian (1944-2003) padre de Kourtney, Kim, Khloé y Robert Jr., fue uno de los abogados defensores del exfutbolista y actor.
Sin embargo, no es hasta el 21 de marzo de 2007, que ocurre un evento que coloca al apellido Kardashian en el spotlight: “Kim K Superstar», el vídeo donde aparecía Kim en el 2003, junto a su entonces novio Ray J, en el que sostenía relaciones sexuales. La grabación que, para marzo de 2017, contaba con 150 millones de vistas.
Los medios comenzaron a cubrir el escándalo y la cadena E! Entertainment ofreció a la familia un contrato para su propio show de telerrealidad titulado Keeping Up With The Kardashians (KUWTK). Esta plataforma sirvió para explotar sus 15 minutos de fama, los cuales nadie pensó, se transformaría en más de una década y millones de dólares en negocios. Debido a este gigantesco fenómeno, la Dra. Meredith Jones, organizó el primer Kimposium—conferencia académica dedicada íntegramente al estudio de las Kardashian—. En entrevista con Vice, la doctora Jones expresó: «Quería organizar [el Kimposium] porque ellas son un objeto cultural sumamente importante».
Keeping Up With The Kardashians: fenómeno en la cultura popular
Desde su inicio, en octubre de 2007, los críticos han sido rápidos para juzgar a las Kardashian por exponer sus vidas privadas en televisión. Sin embargo, si bien puede resultar fácil condenar a estas mujeres y declarar que el programa no es más que una mala representación de la realidad, es difícil negar el gigantesco impacto que ha tenido durante la década ininterrumpida que lleva al aire. Por su parte, la profesora Meredith Jones explica en una entrevista con la revista Vice, que no quiere menospreciar a las Kardashian, porque considera que «simplemente expresan los valores que nuestras culturas tienden a tener».
El reality show nos presenta temas sobre imagen corporal y rupturas amorosas, hasta matrimonio y los medios de comunicación.
Las Kardashian han expuesto todos los aspectos personales de sus vidas, abriéndose a inundaciones de prejuicio constante. Sin embargo, es en estos momentos de vulnerabilidad que la familia ha sido capaz de alterar las conversaciones públicas y la cultura popular.
Cuando comenzó el show, las plataformas sociales digitales se hallaban en auge. No fue hasta que Kim y sus hermanas comenzaran a usar Twitter, que se agregó otra capa de intimidad a su creciente relación con su audiencia. Desde ese momento, las Kardashian transformaron la manera en que las personas se comunican y cómo las marcas comercializan sus productos en internet.
Más allá del crecimiento empresarial en línea, KUTWK actúa como una salida para temas controversiales, que, de otra manera, podrían pasar desapercibidos o ignorados de manera intencional por la sociedad por ser catalogados como tabú.
Muchos temas de valor social han sido abordados en el programa de telerrealidad, tales como: derechos de la comunidad LGBTQ, alcoholismo y drogas, cirugía cosmética, sobrepeso y depresión, ansiedad pública, entre otros.
Keeping Up With The Kardashians ha sido la plataforma para convertir a las Kardashians en la primera familia de la televisión estadounidense y la cara de la cultura popular post-moderna. 15 temporadas. Varios spinoffs. Presencia en 160 países. Entre 2.5 y 5 millones de televidentes por capítulo.
El efecto Kardashian: su poder e influencias en la conducta del consumidor
Tal vez puedan darse cuenta o no, pero el imperio Kardashian es subconscientemente quien dirige nuestras decisiones de compra a través de una variedad de plataformas: su reality show y notablemente, sus redes sociales. Los profesionales del marketing, los anunciantes y los ejecutivos corporativos no están interesados en lo que sucede en la pantalla, sino en lo que pueden promocionar e influenciar mientras atraen la atención de los espectadores.
Según los números, no hay indicios de que esta familia desacelere su conquista. Y está en su decisión continua de alinearse con marcas reconocidas, el futuro de la forma en la que los estadounidenses y muchas personas en el mundo se comportarán, lo que comerán, cómo se vestirán y cómo se expresarán en las redes sociales. A través de una cobertura y visibilidad consistentes, las Kardashian se infiltran en el subconsciente del público y se han convertido en un fenómeno cultural en constante evolución.
Moda
En tiempos en los que los medios y la sociedad exigen a las mujeres un cuerpo delgado y claramente inexistente, las Kardashian reivindicaron con toda su fuerza el poder de las mujeres con curvas. Hábilmente supieron definir el estilo individual de cada una, lo que logró que millones de chicas las siguieran y se inspiraran en ellas, de acuerdo con quien de las hermanas—Kourtney, Kim, Khloé, Kendall, Kylie— se sintieran identificadas. Utilizando Instagram como su arma más poderosa, han ganado millones en publicidad al mostrar sus outfits en sus publicaciones. Además, han logrado ser la imagen de varias campañas de reconocidas casas de moda a nivel mundial.
Cirugía estética
La demanda de operaciones estéticas recae en el tipo de belleza que venden a través de sus diversas plataformas, el cual dista mucho de ser real. Según estadísticas de la Sociedad Americana de Cirugía Plástica Estética, la industria ha crecido hasta un 87% entre 2011 y 2016 y en la mayoría de los casos, las peticiones que hacen las pacientes, es en base a alguna de las famosas hermanas. En términos de moda y belleza, las hermanas Kardashian son autoridad global y así lo reconoce su cirujano plástico, Simon Ourian. «No se me ocurre otras celebrities que tengan más impacto que ellas. No es discutible».
Belleza
Desde productos de bronceado, cremas para la piel, kits para el cuidado del cabello; hasta llegar a su millonario imperio en la industria del maquillaje, las Kardashian han sabido rentar sus trucos de belleza, más allá de la cirugía cosmética. Con grandes marcas como Kylie Cosmetics y KKW Beauty, el famoso clan ha logrado posicionarse en el tope de la industria. En tan solo 18 meses de lanzamiento, Kylie Cosmetics ha generado $420 millones en ganancias, al lograr vender todas sus unidades en menos de 10 minutos. Por su parte, KKW Beauty—línea de Kim—, alcanzó los $14.4 millones en tan solo 20 minutos del lanzamiento, mientras que con su perfume, obtuvo una ganancia de $10 millones en 24 horas.
Tecnología
Con varias aplicaciones móviles y tiendas online, cada una de las integrantes del clan Kardashian, ha logrado seguir conectadas a su audiencia. Esto, sin mencionar que entre todas las hermanas, suman un total de 465 millones de seguidores solo en Instagram, superando la población de Estados Unidos— 321 millones—. Pero, el mayor reconocimiento en la tecnología es para Kim, quien con su juego móvil Kim Kardashian: Hollywood—en el cual puedes convertirte en famoso con la ayuda de Kim— ha logrado devengar $71.8 millones de dólares, lo que la llevó a ser reconocida en una de las ediciones de la revista Forbes con el título «Los Nuevos Magnates Móviles», en la cual, Kim obtuvo la portada.
Medios de comunicación
Con una cobertura mundial tras aparecer en la portada de varias revistas de nivel internacional; programas de televisión de formato talk show; apariciones en series televisivas; invitadas especiales en programas de tv y radio; libros bestsellers; podcasts; un sinnúmero de notas en los medios noticiosos digitales y escritos, publicados los siete días de la semana, las 24 horas del día, y dominio en la industria de los programas de telerrealidad. Resulta imposible escaparse del fenómeno Kardashian.
Todo su imperio y exposición en los medios de comunicación se lo deben a la agencia de comunicación Jenner Communications, fundada por su momager—convergecia entre «mom» y «manager»—, Kris Jenner.
La farándula es parte de la cultura popular
«Los medios de comunicación y las redes sociales tienen una notable influencia sobre los ‘imaginarios’ de la ciudadanía». Es decir, sobre las maneras que el público imagina el reflejo de las prácticas cotidianas, comenta el doctor Mario Roche Morales, catedrático de la Escuela de Comunicación de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras.
Por su parte, el panelista del programa Dando Candela (Telemundo), conocido como JD, explica que la farándula tiene gran importancia en la sociedad actual, ya que despierta el intéres de las masas. «Las Kardashian supieron explotar una herramienta casi inexplorada en su tiempo, como lo fueron los reality shows«. «El glamour gigantesco que poseen, hace que la audiencia les provea relevancia», expresó. Según el comunicador, las Kardashian venden un estilo de vida y los programas de farándula sirven de intermediario para crear esta transacción.
Para Roche, la manera en que la prensa de espectáculos, los programas de farándula—seudoperiodísticos— o los reality shows representan la vida y obra de los artistas, también produce imaginarios en el público. «Me preocupa mucho que, como consecuencia de lo anterior, las audiencias pierdan de vista algo fundamental: el principio del mérito», añade. Sin embargo, JD comenta que los programas de farándula tienen como propósito entretener al público. «La audiencia reclama una información que para ellos es valiosa. Nuestro trabajo es conseguirla y cubrirla de la manera más responsable posible», expuso.
«Los verdaderos artistas son aquellos que trabajan duro, estudian y se preparan para lograr sus objetivos. La fama que llega como consecuencia de eso es la legítima. La de figuras que se dieron a conocer por escándalos y frivolidades, no», concluye el doctor Roche.
Ya sea que el imperio Kardashian se mantenga por varias décadas más o se desvanezca de manera abrupta, lo cierto es que desde el primer día han dejado su huella y crearon su legado. Hace diez años que forman parte de nuestra vidas de manera directa o indirecta, y la verdad, nos faltarían muchas cosas en el día a día sin su presencia. Sin las Kardashian en el mundo, nuestro vocabulario tendría menos palabras; el concepto sexy sería muy distinto; las redes sociales solo serían un entretenimiento; la farándula se consumiría de una manera distinta y la televisión buscaría a su audiencia de una manera más «tradicional». Guste o no, las Kardashian imponen actitudes, costumbres y modas, que aportan a su reconocimiento como diosas de la cultura popular. Ahora bien, cabe el espacio para preguntar: las Kardashian, ¿viven en nuestro mundo o nosotros vivimos en el de ellas? Ellas son vivo ejemplo de que lo popular ha alimentado lo culto, no hay duda de ello.