Por: Andrés I. Jové Rodríguez (andres.jove@upr.edu)
Del 15 al 17 de noviembre se llevó a cabo el taller sobre crónica periodística que impartió el periodista peruano Joseph Zárate como parte de las actividades de la 9na edición del Festival Gabo 2021, que se celebró este año de modo virtual dada la pandemia por el Covid-19. En el taller, un puñado de periodistas y estudiantes de periodismo de toda Iberoamérica fueron seleccionados para aprender de las enseñanzas de Zárate, quien guió a los participantes por un recorrido histórico a través de la crónica del siglo XXI, utilizando su propia experiencia de vida como punto de partida.
El Festival Gabo, inspirado en los ideales y la obra del escritor colombiano Gabriel García Márquez, es un evento que busca promover espacios de reflexión y debate y exaltar el periodismo ético, riguroso, innovador y de servicio público. Este suceso se lleva a cabo en Medellín, Colombia, desde hace nueve años y se considera una de las celebraciones más grandes del periodismo iberoamericano.
Zárate empezó el taller narrando su propia historia de vida, su inseguridad como escritor en los principios de su carrera periodística y cómo con la ayuda de la Fundación Gabo, logró posicionarse entre experimentados maestros del oficio. Asimismo en el 2018 obtuvo el reconocimiento como ganador del Premio Gabo por su obra «Guerras del interior», el primer libro del periodista y escritor, que integra la lista de los mejores libros de no ficción del año elaborado por The New York Times.
La crónica tiene un valor muy singular para periodistas como Zárate. Según él, es un género que crea empatía con el lector. Similar a la poesía, apela a las emociones del ser humano, su descripción minuciosa de ambientes, de escenas, añaden a la narrativa que se busca exponer al lector. Ese tipo de patetismo es lo que examina el cronista a la hora de redactar su historia y observar el mundo; es, dicho de otro modo, buscar el retrato del mundo interior de los personajes. A través de la descripción tratar de transmitir un estado de ánimo.
La crónica contemporánea es «un compartir de experiencias» dice Zárate, quien se comparó a un «ornitorrinco de la prosa» en el que todos los géneros literarios —la poesía, muy en particular— contribuyen a su formación íntegra.
«Las historias que nos emocionan se graban con fuego en nuestra memoria», indicó Joseph Zárate en su presentación.
Toda obra narrativa, según Zárate, está compuesta de dos partes: la que vemos y la que está oculta; la historia y la idea, respectivamente. La idea que uno quiere transmitir debería ser lo más importante, más aun que la propia redacción.
Cuando se refiere a la «idea» se trata de las temáticas de índole literarias: el amor por encima de la desesperanza, la valorización de la vida que antes estaba acechada por la muerte, el altruismo por delante del objetivismo (o vice versa), etcétera. Son las bases que se presentan a un segundo plano de la historia, pero que añaden a su valor universal dentro de los parámetros narrativos.
«La clave es ir más allá de los hechos y la información sobre el conflicto o la tragedia. Se trata de acceder a la parte emocional de la historia, de la vida de una persona», destacó Zárate.