Por: Christian Michael Serrano Irizarry (christian.serrano8@upr.edu)
Cuándo adquirimos un producto y no sirve, ¿lo volvemos a comprar?
Nos quejamos de que en Puerto Rico los servicios básicos como el agua, la energía eléctrica, la vivienda, la comida, la salud y la educación son cada vez más caros y pobres, pero en condiciones donde la palabra mediocridad se queda pequeña, lo importante no son los problemas, sino cómo los afrontamos. ¿Qué estamos haciendo los y las boricuas al respecto?
«Puerto Rico está atravesando posiblemente la peor crisis de su historia. No es solo una crisis económica y fiscal, sino también una crisis política, cuyos orígenes están directamente relacionados con nuestra relación política con los Estados Unidos». Así expresó el candidato a la alcaldía de San Juan, Manuel Natal en el podcast The Nation.
El próximo 5 de noviembre es el día cuando por años a los puertorriqueños nos da amnesia porque se nos olvidan los apagones, los días en que nos bañamos con galones de agua, el salario mínimo que no da con el costo del día a día, las personas de edad avanzada en condiciones complicadas, los niños sin salón, el costo por crédito de las universidades que sube como la espuma, el tratamiento médico que la asegurada te negó y si sigo, no termino. El bipartidismo cuyo motor es el Partido Nuevo Progresista (PNP) y el Partido Popular Democrático (PPD) y que nos ha gobernado durante los últimos 70 años, lleva demasiado tiempo en el poder como para estar justificando dichas crisis de países tercermundistas.
Lamentablemente, todo lo anterior se olvida por solo unos días de fiesta llenos de “voceteo” y “chillaera de goma”, y un par de sonrisas que luego de las elecciones no las vuelves a ver. Bueno, luego muy probable las veas en un tribunal acusados de corrupción, lavado de dinero y abuso de poder.
Wanda Vázquez: ex gobernadora de Puerto Rico (PNP), Miguel Ortiz Vélez, ex alcalde de Sabana Grande (PPD), Ángel “Buzo” Rodríguez, ex alcalde de Toa Alta (PNP), José Granados Navedo, ex vicepresidente de la Cámara (PNP), Anaudi Hernández: recaudador de dinero del PPD, Sol Luis Fontanes, ex alcalde de Barceloneta (PPD), La ex representante María Milagros “Tata” Charbonier, ex representante (PNP) y la lista sigue en aumento.
«Es imperativo que dejemos atrás las estrategias que generan miedo, un miedo que por mucho tiempo ha sido el combustible del colonialismo y sus traumas«. Así expresó el productor del documental «Psiquis: un giro decolonial», Tito Román Rivera.
La política del miedo es una estrategia psicológica que influye en los sentimientos de las personas. No podemos permitir que el miedo nos gobierne, sino que debemos votar con consciencia para así evitar que sigamos repitiendo los mismos patrones y problemas.
La crisis con LUMA, el cierre de hospitales y la poca cantidad de profesionales de la salud, el pobre estado de la infraestructura en las escuelas publicas del país, las comunidades que por años no reciben el servicio del agua en sus hogares, el problema de la privatización de las áreas naturales de Puerto Rico y un largo etcétera. Estos problemas ¿son normales en un país democrático y que recibe billones de dólares en fondos federales?
Don Luis A. Ferré (fundador PNP) y Don Luis Muñoz Marín (fundador PPD) vivieron en una época en que Puerto Rico era distinto y ambos cumplieron, pero hoy vivimos en una realidad social diferente y nos enfrentamos a otros retos ¿No es hora de hacer un cambio y dejar de venerar a los que nos han llevado al desperdicio?
El Síndrome de Estocolmo se define como un fenómeno psicológico paradójico en el que se desarrolla una vinculación afectiva entre rehenes y captores. Algo así es lo que presenciamos los y las boricuas con nuestros líderes que nos gobiernan.
«Tenemos un cambio generacional aquí en Puerto Rico. Eso definitivamente alimentó el cambio que ocurrió en el verano del ’19». Agregó Natal en The Nation.
El sábado, 13 de julio de 2019, el Centro de Periodismo Investigativo (CPI) publicó unas conversaciones discriminadoras de un chat en Telegram en el cual varios funcionarios públicos estaban involucrados, incluyendo al primer ministro. Por tal razón, el 25 de julio de 2019 el gobernador de Puerto Rico para ese momento, Ricardo Rosello Nevares (PNP) anunció su renuncia mediante un video.
Por consiguiente, los puertorriqueños lograron hacer historia en la política puertorriqueña luego de 15 días de protestas. Se pensó ver la luz al final del túnel con todas esas banderas de Puerto Rico y la famosa frase de la generación del «yo no me dejo» creada por los artistas urbanos Bad Bunny y Residente.
La gente vitoreó en las afueras de La Fortaleza, la residencia oficial del gobernador. Golpearon tambores, panderetas y cacerolas, no con enojo sino con alegría. “No somos un grupo pequeño. ¡Somos Puerto Rico!”, cantaban, según comentaron las periodistas de The New York Times, Patricia Mazzei y Frances Robles.
En cambio, eso solo fueron días de emociones impulsivas porque en las elecciones del 2020, eligieron al actual gobernador de Puerto Rico, Pedro Pierluisi (PNP) ¿Por qué los puertorriqueños se dejan comer la mente con la palabrería psicológica que es provocada por la política del miedo?
Esto nos hace ser victimas del Síndrome de Estocolmo. Sabemos que las cosas están mal, pero nos tiembla la mano para votar por un cambio con personas con ideas frescas para mejorar a esta isla 100 por 35. Lo lindo de la democracia y de estar gobernados bajo unas leyes federales es que el candidato que logre la gobernación en cuatro años lo podemos sacar del poder si no cumple.
Nuestra relación con los Estados Unidos es como una charca, agua estancada donde hay un ecosistema. En esta isla vive gente, pero no estamos cerca ni de ser estado y mucho menos independientes. Al menos por ahora, sin antes buscar candidatos capacitados para ordenar y eliminar las crisis en Puerto Rico.
Así que, boricua, sin miedo a escuchar las propuestas de todos los candidatos sin importar el partido político, porque la realidad es que en todos los partidos hay candidatos incompetentes. De tal modo, los invito a votar de manera mixta y no íntegra, el voto integro es un claro indicio de corrupción. El gobierno no se tira a si mismo y debe haber un balance en la Cámara y Senado.
Desgraciadamente, muchas personas ven la política como si estuvieran apoyando a su equipo deportivo favorito. No ven la política con la responsabilidad y seriedad que se merece. Es por eso que veo un rayo de luz en los jóvenes de hoy en día, que ha nacido un rugir por el interés político y social en Puerto Rico. Los mismos que han pagado y siguen pagando los errores de otras personas en el pasado.
Estas próximas elecciones serán una guerra política entre la juventud y las personas adultas. Lo podemos ver en los «billboards», en los cuales Bad Bunny publicó: «Quien vota PNP no ama a Puerto Rico» y la respuesta de Tomas Rivera Schattz fue: «El 5 de noviembre barremos para que Benito _ame».
Natal dijo: «creo que para mi generación es una señal de esperanza, pero también es una señal de miedo para las instituciones económicas, financieras y políticas aquí en Puerto Rico»
Los jóvenes romperán con estos ciclos generacionales del bipartidismo y el Síndrome de Estocolmo. Es el momento para que la juventud puertorriqueña sea valiente para ejercer su derecho al voto, porque somos el futuro del país. Claro, si el miedo no les hace cambiar de opinión y se convierten en victimas de la presión política bipartidista una vez mas. Si no somos nosotros ¿Quién lo hará?