Por: Zabdiel Barreto Valentín (zabdiel.barreto@upr.edu)
“La guerra es asquerosa; la guerra es divertida.” Así describió la guerra de Vietnam el periodista estadounidense Tim O’ Brien en su libro Las cosas que llevaban los hombres que luchaban, obra publicada en Francia en 1993 y que obtuvo el premio de Mejor Novela Extranjera.
O´Brien combatió en Vietnam desde 1969 hasta 1970 y más tarde se graduó en la Universidad de Harvard. Trabajó como periodista en The Washington Post y, en 1979, recibió el National Book Award por su novela Going After Cacciato. Tras ser reclutado para el Ejército de los Estados Unidos el mismo año en que se graduó de la Universidad de Macalester Collage, su confusión por ser recluido como soldado de la Segunda Guerra de Indochina aumentó súbitamente.
“Era joven, sí, y políticamente ingenuo, pero aun así la intervención norteamericana en Vietnam me parecía equivocada. Lo único cierto era que se derramaba sangre por motivos inciertos.”
Durante varios días contempló la idea del exilio para no ser parte de ese atroz acontecimiento. Tomó su carro, dejó una carta a sus padres, viajó hasta la frontera entre Minnesota -de donde es oriundo- y Canadá, y allí pasó días pensando en la decisión que debía de tomar.
Luego no tuvo otra opción aparte de ir a la guerra. Fue durante esos años que se motivó a escribir un sinnúmero de historias en las que relata sus vivencias en este conflicto armado. De ahí surge uno de sus mas grandes éxitos, Las cosas que llevaban los hombres que luchaban, que fue publicado en 1990 por la casa editorial Houghton Mifflin Harcourt.
Este libro de no-ficción se basa en las vivencias de O´Brien con su grupo de combate en las marchas por Vietnam. Una de sus crónicas narra cómo un compañero fue asesinado por una bomba en una de sus caminatas. “Después avanzó de un modo muy raro, pasando de la sombra a la luz refulgente del sol, y la granada de mortero puesta como trampa le hizo volar hacia un árbol. Sus restos quedaron colgados, así que a Dave Jensen y a mí nos ordenaron trepar y bajarlos del árbol.”
La obra, considerada su pieza magistral, está narrada desde dos voces diferentes. Por una parte, O’ Brien comienza su libro describiendo en tercera persona cada artículo que los soldados llevaban a la guerra, mientras que en el segundo capítulo, te introduce más a la historia, colocándose en primera persona y relatando su reencuentro con el Teniente Jimmy Cross.
La pieza de O’ Brien es “un doloroso ejercicio de honestidad llevado a cabo con absoluta sinceridad y rigor. Un relato soberbiamente ejecutado”, expresó el escritor español Eduardo Lago.