Por: Lismarie Cuevas (lismarie.cuevas1@upr.edu)
Vestido siempre con su distintivo traje blanco, Tom Wolfe es conocido como uno de los mayores exponentes del Nuevo Periodismo estadounidense. El periodista estadounidense quien nació en Richmond, Virginia en marzo del 1931, le dio forma a dicho movimiento durante los años 60, el cual se enriquecía de elementos literarios de la novela y rechazaba el culto a la objetividad del periodismo tradicional.
Wolfe comenzó su carrera como periodista trabajando para Springfield Union luego de graduarse de la Universidad de Yale con un doctorado en Estudios Americanos. Más adelante trabajó para el New York Herald-Tribune, para la revista New York Magazine y para la revista Esquire, y es aquí donde perfecciona su aclamado estilo.
Por varios años Tom Wolfe fue un periodista más del montón, escribía de una manera centrada en las reglas y nunca se salía del encuadre de la objetividad, ya que como sabemos, hay ciertos límites que un periodista no puede cruzar. En su artículo dedicado a la vida de Tom Wolfe, Michael Lewis, escritor norteamericano explica que:
“Cuando su nombre de autor no era un mero reportero de redacción, era Thomas Wolfe, y las cosas que aparecían debajo de su nombre podían haber sido escritas por cualquier persona”. No es hasta que una huelga de periodistas en el 1962 lo deja en la calle y sin ingreso que Wolfe acepta un trabajo para la revista Esquire.
De ahí Wolfe es enviado a Los Ángeles a investigar la industria de los carros personalizados. Luego de varios intentos de escribir la pieza, el periodista no logra concebir sus ideas en el folio de papel, así que decide comunicarse con su editor para informarle que no puede entregar la asignación. Acto seguido, el editor contesta que le envié solo sus notas y que él se encargaría de conseguir alguien que lo escribiera.
Es aquí cuando nace la voz de Tom Wolfe, quien le escribe una carta de 49 páginas a su editor describiendo en gran detalle todo lo que descubrió y observó en su investigación en Los Ángeles. Su editor quedó tan impresionado que solamente le añadió un título a la carta y publicó el artículo de Wolfe tal cual.
“Su habilidad para ver lo que los otros no logran ver, o que cualifican como insignificante, es sensacional” aseguró Lewis.
Tom Wolfe se da a conocer por su gran percepción y la gran cantidad de tiempo y minuciosidad que le dedica a sus investigaciones. Entre sus libros más reconocidos se encuentra The Electric Kool-Aid Acid Test, un relato de no-ficción de la experiencia de Wolfe abordo la guagua escolar psicodélica de Ken Kesey y Merry Pranksters, mientras ellos consumían LSD (dietilamida del ácido lisérgico) en lo que se conoció como la era hippie. Este texto se puede considerar como uno de los primeros y más populares ejemplos del Nuevo Periodismo.
Y aquí llegamos al centro de la carrera como periodista de Tom Wolfe, durante el surgimiento del Nuevo Periodismo. Este movimiento nace a raíz de un sentimiento común entre un grupo de periodistas, quienes sostenían que el triunfo final se encontraba en retirarse y escribir una novela. En su libro “The New Journalism”, Tom Wolfe explica que, durante las décadas del 40, 50 y 60, este representaba el sueño americano.
Sin embargo, para muchos escritores, publicar una novela era solo eso, un sueño y por eso, mientras lo lograban, se dedicaban a ser meros periodistas. Sin embargo, durante la década del 60 surge este movimiento que comenzó como una manera para que los periodistas pudieran sentirse como novelistas sin escribir una novela en su totalidad y es así como se crea el Nuevo Periodismo, el cual pasó a destronar la novela de no-ficción como el género literario número uno.
Tom Wolfe explica que “nadie estaba acostumbrado a pensar en el reportaje como algo que tuviera una dimensión estética.”
Precisamente de esto trata el movimiento, de utilizar las mismas técnicas popularizadas en la novela tales como: la construcción minuciosa de cada escena, diálogo realístico, narración en tercera persona, y la atención a detalles, para llevar a cabo el proceso del reportaje.
Wolfe relata que “lo que me intereso a mí no fue solo el descubrimiento de que era posible escribir no ficción precisa con técnicas usualmente asociadas con novelas y cuentos cortos. Era más que eso. Era el descubrimiento de que era posible, tanto en la no-ficción como en el periodismo, utilizar cualquier recurso literario, desde el tradicional dialogo del ensayo hasta la corriente de pensamiento y utilizar distintos tipos simultáneamente, o dentro de un espacio relativamente corto…para excitar al lector tanto intelectual como emocionalmente.”
Era un estilo mucho más rico en detalles que el periodismo tradicional de este tiempo, ya que requería una copiosa cantidad de información para redactar cada texto. “La idea era dar la descripción objetiva completa, y añadir algo que los lectores siempre habían tenido que ir a las novelas o a los cuentos cortos para obtener: la subjetividad o vida emocional de los personajes” explica Wolfe.
Los periodistas tenían que involucrarse tanto con su historia, con los personajes, que debían estar ahí con ellos cuando las situaciones acontecían, para así describirlas con la mayor cantidad de detalles y precisión.
Como escritor, Tom Wolfe deja un legado periodístico que transformó la manera en que se redactaban columnas y reportajes. Junto a él, otros destacados periodistas, tales como Hunter S. Thompson, Gay Talese, Truman Capote, Norman Mailer, entre otros, crearon historias verídicas impactantes con una narrativa que transportan al lector. Actualmente Wolfe tiene 85 años y vive en su apartamento de Manhattan con su esposa y dos hijos.