Por: Ángel G. Canales Arroyo (angel.canales2@upr.edu)
Lo que gané en el intercambio para mi vida, para mi mente y para lo que voy hacer en el futuro es mucho más grande que cualquier cosa.
Unos días están dedicados a leer y estudiar, otros son para explorar una cultura distinta, conocer gente nueva y viajar por toda Europa. Una combinación entre enriquecimiento cultural y académico es exactamente lo que ofrece el Programa de Intercambio Estudiantil de la Universidad de Puerto Rico en Arecibo (UPRA).
La estudiante María Ojeda Vega del Departamento de Ciencias Sociales, ha estado motivada y decidida desde su primer año de universidad a realizar un intercambio estudiantil. En enero de 2016 partió de la Isla junto con el grupo del Programa de Intercambio a Madrid y durante seis meses estudió en la Universidad Complutense. Con entusiasmo y la sonrisa que siempre la acompaña, María relata su travesía, experiencia y anécdotas sobre esta experiencia, que ella asegura, le acompañará toda su vida.
Ángel Canales- ¿Cómo fue la experiencia de realizar un intercambio estudiantil?
María Ojeda – Cuando uno se va de intercambio, no solo es ir a estudiar, sino también se aprovecha y se aprende de la cultura nueva. Aprendes de las noticias, de las comidas, de las personas que conoces. La experiencia como tal fue espléndida, no me quejo de nada.
Lo que gané en el intercambio para mi vida, para mi mente y para lo que voy hacer en el futuro es mucho más grande que cualquier cosa.
AC- ¿Cómo comparas la educación de Puerto Rico con la de España?
MO- El sistema estadounidense nos ha enseñado desde pequeños a escuchar y escribir y haciendo esto, es que uno retiene más. En España los estudiantes están acostumbrados a que los profesores hablen y cuando terminan, ya los estudiantes tienen sus computadoras y pasan la información. Se me hizo un poco difícil adaptarme porque los profesores hablan muy rápido, también como el acento es diferente, puedes confundir una s, una r; puedes confundir varias palabras.
Asimismo, algunas clases no eran presenciales y los profesores le indicaban a los estudiantes que vinieran por lo menos una hora de la semana a la oficina. Las clases eran dos veces a la semana, dos horas a la semana y cuando pasaba la primera, tenías un receso de 10 minutos. Los profesores eran bien estrictos con el teléfono y con pararte mucho para ir al baño. A los salones le llamaban aulas y eran clases con 100 estudiantes, como en un teatro aquí en Puerto Rico.
AC- Según lo que aprendiste en esta experiencia, ¿qué mejoras o qué cambios debería emular Puerto Rico para mejorar su educación?
MO – Tener más horas de clases, tener muchos más cursos que fomenten al estudiante irse de intercambio. Solamente Mayagüez y Río Piedras aceptan personas de intercambio. Yo pondría que todas las universidades pudieran tener esta oportunidad de enviar a sus estudiantes a hacer un intercambio estudiantil. Me gustaría que desarrollaran cursos que ayuden y enriquezcan culturalmente a los alumnos.
Otra cosa que a nosotros nos gustó y nos gustaría que hicieran aquí es que tu cojas todas las clases y al final solo te den un examen final. Si no pasas ese único examen, no pasas la clase. Esto no pasaba en todas las clases, sino que dependía del profesor que te tocaba. El currículo de clases en España exige pasar la clase correspondiente para matricularte en la siguiente.
AC- ¿Cómo describes la cultura?
MO- Todavía está la parte de los españoles que son de edad avanzada que siguen la visión de que no quieren que los españoles se mezclen con nadie. Tu puedes entrar a un centro comercial y si te atiende un español conservador, tú vas a notar la diferencia en el trato en comparación con un joven. Los jóvenes ya están acostumbrados a mezclarse con personas de otras naciones y es bastante enriquecedor porque aprendes mucho.
AC- ¿Cómo fue el proceso de exponerte a otra cultura?
MO- Cuando nos preguntaban qué comíamos, nosotros le decíamos y los invitábamos a nuestro hospedaje y le preparábamos comida boricua. Fue placentero llevar lo que era de nosotros y es cierto que nosotros tenemos que mezclarnos donde sea y con quien sea para enriquecernos en lo personal.
AC- Relátame un día normal en España
MO- Tenía clase a las ocho de la mañana y por lo general estaba bien frío el día y era difícil levantarse. Cogía el bus y me dejaba en el departamento. Terminaba mi día y los del hospedaje nos poníamos de acuerdo y cada uno aportaba para la comida. Básicamente, en el apartamento se comía con dos euros si era en grupo. Así era el día en España. Cuando llegaba la noche se jangueba o sino te quedabas en el apartamento viendo series o planificando el otro viaje que ibas a hacer.
AC- ¿Cuánto dinero se necesita para hacer un intercambio estudiantil? ¿Cómo hiciste para sufragar los gastos?
MO- Cuando te vas de intercambio, también te vas para viajar. Tienes que meterte en la mente que tienes que ahorrar dinero. Yo en lo personal trabajaba antes de irme y vendía bizcochos, vendía prendas para conseguir dinero. Aparte de la beca y los préstamos de la universidad, conté con la ayuda de mi familia. Hay estudiantes que estuvieron en el grupo que trabajaron como meseros y en otros trabajos para poder cubrir sus gastos durante el viaje.
AC- ¿Qué te llevas de España?
MO- Todo de allá. De verdad que todo lo que viví completamente no solo en Madrid, sino en todo Europa. De todos los lugares tengo algo, tengo alguna memoria, tengo fotos, de todo aprendí. Aprendí mucho, crecí culturalmente. De verdad que me llevo todo y muchas memorias. Quisiera volver.
AC- ¿Cuál fue la ciudad que más te gusto?
MO- Madrid que siempre está en el top. De las ciudades dentro de España me encantó Granada y Sevilla. Fuera de España, me gustó Marruecos porque ver las dunas de verdad que fue otra experiencia que recomiendo a todo el mundo.
AC- ¿Alguna anécdota?
MO- Yo diría que en nuestro hospedaje donde vivíamos ocho, siempre había un ambiente gracioso. En las aulas de la universidad nos perdimos, de hecho, un día llegué tarde a un examen. Yo digo que todos los días ocurría algo gracioso, desde perdernos en Venecia y en Alemania. Nos perdíamos para aventurar.
Si estás interesado/a en realizar un intercambio estudiantil y deseas orientación, contacta a la Dra. Alicia Peón en la oficina del Programa de Intercambio Estudiantil en UPRA.