Por: Nesvannie Cruz Santana (nesvannie.cruz@upr.edu)
¿Te ha pasado que guías tu auto y de repente te topas con un semáforo que está en el limbo?
El “semáforo del limbo” es el que de una manera se convierte inaccesible y lo único que hace la luz amarilla de precaución es parpadear. Esta te deja esperando en el carro unos minutos hasta que te das cuenta que no está ejecutando su función y te hace sentir parte de un juego en el cual tienes que llegar a tu destino sin importar los obstáculos que se presenten.
Luego del huracán María, transitar por una avenida en Puerto Rico se ha vuelto casi un acto inmole. Según un reportaje publicado en Primera Hora, hace un año, el 75% de los semáforos en las intersecciones principales del país continuaban inoperantes por la falta de energía, sumado a los que el viento del potente huracán María tumbó.
De acuerdo a un artículo de El Nuevo Día, en una vista pública de la Comisión de Transportación e Infraestructura de la Cámara, presidida por el representante José Luis Rivera Guerra, dos ingenieros de la AEE, Luis Ortiz y Queruel Díaz, dieron a entender que algunas de las 424 intersecciones no han sido energizadas por falta de comunicación entre el Departamento de Transportación y Obras Públicas y la Autoridad Energía Eléctrica.
Al igual que en el videojuego de “Mario Kart”(juego de la compañía Nintendo), cuando estás en el volante te topas con muchos obstáculos en el cuál te quedas dando vueltas con los problemas que obtienes para llegar a la meta final. ¡Qué mejor comparación con la realidad! Y qué mejor combo que los hoyos de la carretera y un semáforo que no funciona para hacerte sentir parte del juego.
En ese momento te das cuenta de la importancia del semáforo cuando estás en medio de un cruce y saber que no va a funcionar se convierte en un juego de logística. Es aquí en donde tú tienes que decidir qué acción vas a ejecutar.
Sin embargo, no solo hablo de los conductores de automóviles, sino de los transeúntes que arriesgan su vida para poder cruzar de una calle a otra. Como, por ejemplo, estudiantes que se hospedan para asistir a la universidad y personas que tienen su trabajo y corren peligro por el simple error de no funcionar el dispositivo de señalización luminosa que regula el tráfico.
Por otro lado, compañeros expresan que cuando un semáforo no funciona se siente parte del videojuego de “Crossy Road”, en el cual tienes que caminar para llegar al destino con impedimentos. Suena divertido, ¿verdad? Lamentablemente en la vida solo hay una oportunidad, en comparación con “Crossy Road», donde eres inmortal.
Con respecto a lo que se ha hablado, el Senado de Puerto Rico aprobó el pasado 11 de octubre, un puente peatonal frente a los predios de la Universidad de Puerto Rico del Municipio de Arecibo, justo donde se encuentra el semáforo del limbo.
De acuerdo a la noticia de Metro que anuncia dicha construcción, la medida va dirigida a mejorar la congestión vehicular y proveer mayor seguridad en el área, evitando poner en riesgo la vida de los peatones que intentan cruzar diariamente la Carretera PR-653, que da acceso a la principal institución educativa refiriendose a la Universidad de Puerto Rico.
Además, el problema que esto conlleva es la falta de cortesía tanto para el conductor como para el peatón. Todos quieren llegar a su destino -a la misma vez- y se olvidan de algo tan básico como la cortesía.
En ese momento te das cuenta que tienes que arriesgarte para llegar al lugar deseado porque esperar por un pase es como esperar que en Puerto Rico caiga nieve. Es casi imposible y todo por un semáforo que está en el limbo.