
Texto: Adriana P. Serrano Reyes
Video: Ariana M. Meléndez Figueroa
Fotos: Nydielis M. Ruiz González
La inflación hace que el costo de vida universitaria sea cada vez más cuesta arriba.
El costo de vida continúa siendo una de las principales preocupaciones para los estudiantes universitarios en Puerto Rico, especialmente para aquellos que combinan sus estudios con un empleo para costear sus gastos.
Para mejor conocer la realidad y los retos, se realizaron entrevistas a estudiantes de la Universidad de Puerto Rico en Arecibo (UPRA), cubrir gastos básicos como alquiler, comida y transporte no solo representa un reto constante, sino que también influye en su rendimiento académico y en la calidad de vida. Para muchos, la experiencia de estudiar en la universidad va acompañada de sacrificios diarios y decisiones difíciles, como escoger entre trabajar largas horas o dedicar tiempo al estudio, todo con el fin de poder costear lo esencial.

Alimentación
Agustín Peñalo, estudiante de UPRA, confesó que ha tenido que realizar cambios drásticos en su dieta. “Definitivamente, el hecho de que tengo que hacer comida para todos los días, pues tengo que estar pensando que voy a cocinar y muchas veces tengo que comer repetitivamente lo mismo”, expresó.
Esto es otro gasto que impacta directamente el bolsillo de los universitarios. Comer en cafeterías o restaurantes cercanos a la universidad puede costar entre $30 diarios, una cantidad que fácilmente sobrepasa los $500 al mes.
Frente a este panorama, muchos estudiantes prefieren cocinar en sus apartamentos como medida de ahorro. Sin embargo, el costo de los alimentos en supermercados también ha incrementado, lo que obliga a limitar las opciones de compra, cambiar su dieta y optar por comidas más económicas, aunque no necesariamente más nutritivas. Este aspecto influye, a su vez, en la calidad de vida y en la salud de los jóvenes, que muchas veces se ven forzados a priorizar el costo sobre la calidad nutricional de sus alimentos.
Transportación
Por su parte, se ha convertido en una carga difícil de sobrellevar. Aquellos que cuentan con carro propio deben asumir no solo el gasto en gasolina, sino también el pago de peajes y el mantenimiento del vehículo, lo que puede representar entre $100 y $340 mensuales.
De igual forma, una estudiante que prefirió mantenerse en el anonimato explicó que cobra de manera quincenal y debe destinar cerca de $168 cada dos semanas en peajes, además de unos $50 en gasolina, lo que representa un gasto considerable dentro de su presupuesto.
Hablamos con el director auxiliar de Asistencia Económica de la UPRA, Diomedes Pagán Navarrete, explicó que la institución cuenta con diversas ayudas dirigidas a estudiantes de bajos recursos. Además, mencionó que los estudiantes también pueden beneficiarse de programas como Estudio y Trabajo, el COG, y la Certificación 4, esta última dirigida a quienes no cualifican para la Beca Pell pero aún presentan necesidad económica.
De igual forma, Pagán Navarrete añadió que actualmente el programa de Estudio y Trabajo tiene capacidad para alrededor de 150 estudiantes, quienes pueden recibir aprobación para laborar dentro del recinto como parte de su ayuda económica.
Hospedajes
La mayoría de los alumnos que cursan en la UPRA provienen de municipios en el área norte, central y oeste, lo que los lleva a alquilar alojamiento cerca del campus como una alternativa más práctica para transportarse y cumplir con sus estudios. No obstante, esta decisión también representa un desafío económico, ya que los desembolsos por alquiler impactan directamente su presupuesto y elevan el costo de vida que deben sostener durante su etapa académica.
En el caso del alquiler, la realidad es particularmente dura para quienes provienen de pueblos lejanos y deben mudarse cerca de la universidad. Los precios de hospedaje en áreas cercanas suelen variar entre $275 y $575 mensuales, dependiendo de la ubicación y las condiciones del apartamento. Esta cifra representa una parte significativa del presupuesto de un estudiante que depende de becas o de un trabajo a tiempo parcial, ingresos que en la mayoría de los casos apenas alcanzan para cubrir lo básico.
Ante esta situación, algunos optan por compartir apartamento con otros estudiantes para dividir los gastos, aunque esto no siempre resuelve las dificultades, ya que continúan enfrentándose a contratos de arrendamiento exigentes y aumentos constantes en la renta.
En definitiva, la experiencia universitaria en Puerto Rico está marcada por el reto económico que enfrentan miles de jóvenes. El alquiler, la alimentación y el transporte se han convertido en obstáculos que no solo afectan el bolsillo, sino también el bienestar físico y emocional de los estudiantes.
