
“Yo creo que las instituciones, tanto escolares como universitarias, ven el deporte como una herramienta social”, aseguró el maestro de educación física y entrenador, Clive Walters.
El pasado 28 de septiembre, Clive Walters González, maestro de educación física, entrenador y locutor de radio, recibió a este medio en su residencia en Guayama para una entrevista exclusiva sobre el rol de las instituciones educativas en el desarrollo de los estudiantes atletas en Puerto Rico. Reconocido por su recorrido en el deporte escolar y en los medios de comunicación, Walters analizó cómo, pese a los beneficios del deporte como una herramienta social, el sistema enfrenta retos por la falta de recursos y apoyo del gobierno.
Durante la conversación, señaló que, en la mayoría de los casos, las instituciones universitarias tratan el deporte como un negocio enfocado en obtener exposición y prestigio, más que en promover la formación integral del atleta. Su testimonio cobra relevancia por su experiencia en el campo deportivo y mediático, así como por su trayectoria en proyectos como Buzzer Beater, franquicia donde ha impulsado el análisis crítico del deporte en la Isla.
“Para que el apoyo económico al deporte sea realmente efectivo por parte de las instituciones y del Estado, primero debemos garantizar que la educación de nuestros estudiantes sea la verdadera prioridad”, declaro Walters.

Esto nos muestra que el problema no recae únicamente en el apoyo al deporte, sino en una mala distribución de fondos estatales que afecta tanto a las áreas académicas como deportivas. Los entrenadores y directores deportivos hacen lo posible con los recursos limitados que tienen a su alcance. Para Walters, es fundamental que los atletas mantengan una actitud de gratitud y aprovechamiento de las oportunidades que sí existen, tales como las becas deportivas, el acceso a entrenadores y terapeutas físicos, la posibilidad de representar a sus instituciones en competencias locales e internacionales. El deporte universitario ofrece las conexiones profesionales dentro del ámbito atlético y una exposición mediática que puede abrirles puertas a nivel profesional.
“El deporte debe ser un espacio de confraternización y crecimiento, no solamente un tema de quejas sobre la falta de fondos, las canchas deterioradas o los balones que no llegan. Entonces seguimos aportando a toda a esta prensa amarillista de izquierda que solamente se fija en lo malo. Es cierto que cuando hay una injusticia hay que denunciarla, pero también es importante reconocer lo que sí se tiene y las experiencias positivas que el deporte genera”, aportó Clive.
Finalmente, recomendó que las instituciones identifiquen necesidades reales y organicen actividades, como torneos, carreras o recaudaciones comunitarias, para recaudar y suplir gastos en equipos o materiales. Sin embargo, advirtió que proyectos de mayor envergadura, como la restauración de canchas, deben ser responsabilidad del Estado o de las propias universidades.
Muchos estudiantes-atletas enfrentan el reto de equilibrar sus estudios con los entrenamientos y competencias. Walters explicó que, aunque algunas universidades ofrecen becas, asesoría académica y apoyo psicológico, la realidad es que no todas las instituciones brindan el respaldo necesario. La falta de recursos, instalaciones adecuadas o seguimiento emocional puede afectar tanto el rendimiento deportivo como académico, dejando a los jóvenes en una situación de presión constante.
Walters también señaló que los programas deportivos hacen lo posible por apoyar a sus estudiantes con los recursos limitados que poseen, pero que el respaldo gubernamental sigue siendo insuficiente, lo que impacta directamente al desarrollo del deporte en la Isla.




