Opinión: Síndrome de Estocolmo Antillano

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Puerto Rico y Cuba forman parte del Caribe hispano y comparten lazos históricos. (Foto suministrada)

 

Por: Alexandra Z. Sanabria Rivera (alexandra.sanabria@upr.edu)

Hablaba con un amigo de Gibraltar cuando me entró la necesidad de preguntarle si tenía una visión preconcebida sobre el Caribe. Tras insistirle, contestó que bajo su criterio poco se piensa sobre el Caribe en Europa. Que si se llegaba a hacer, la magia siempre residía en poder visitar Punta Cana o La Habana. “Pensándolo bien muchos visitan a Jamaica”, añadió segundos después de su lapsus mental. Esto me llevó a pensar y sin filtro cuestionar sobre qué se pensaba acerca de Puerto Rico.

Si bien su valorización única y poco representativa de la mirada europea sobre el Caribe poco interesa, sus respuestas me llevaron a reflexionar sobre Puerto Rico y su comparación con Cuba – que debo añadir siempre ha aparentado ser inevitable. Sin lugar a dudas las intersecciones históricas -tales como el coloniaje español, las luchas abolicionistas y emancipadoras de estas islas- no han sido en vano. De ahí que para el año 1893, Lola Rodriguez de Tió -revolucionaria independentista- observara este nexo y lo plasmara en su poema A Cuba.

Los versos, “Cuba y Puerto Rico son/ de un pájaro las dos alas” podrán ser los más repetidos pero a mi entender son los que le sobrevienen “reciben flores o balas/ sobre el mismo corazón…” los que mejor recogen la situación actual de estas tierras antillanas. ¡Si Lola supiera lo extrapolable que son sus palabras, se sorprendería! A dos siglos de su escritura, el curso histórico me ha llevado a pensar que en esencia seguimos recibiendo disparos, como lo recibíamos de España, pero en esta ocasión nos atacan de diferentes maneras dos francotiradores: Moscú y Washington D.C. La intromisión de ambas naciones ha repercutido en graves desdichas que fueron recogidas en el año 1989 en un libro por Antonio Benítez Rojo titulado La isla que se repite. Lo peor es que los problemas económicos y las desventajas sociales aún las vivimos a diario, tanto los puertorriqueños como los cubanos. Nuestra situación me lleva a asegurar que el Síndrome de Estocolmo pudo haberse acuñado e inspirado en un suceso de Europa pero terminó y todavía reside en nuestro archipiélago antillano.

Cabe añadir que estas no son las únicas piezas literarias que disfrutan de atar a Puerto Rico y a Cuba en santo matrimonio –es muy posible que pronto se crearán más- pero la realidad es que la historia no nos quiso juntos y ambos, a mi juicio, nos casamos con tiranos. Ahora bien, reconozco que quejarme no cambiará la historia, pero negarla tampoco. Debido a que admito no sería prudente de mi parte sugerir una respuesta, me otorgo el placer de preguntar, “¿dónde están los consejeros matrimoniales o los abogados expertos en divorcios cuando se necesitan?”

 

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Alexandra Sanabria
Author: Alexandra SanabriaEstudiante del Departamento de Comunicación Tele-radial │ alexandra.sanabria@upr.edu

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