Aquellas lluvias trajeron los lodos

Juan Dalmau Ramírez en conferencia en la UPRA. (Foto: Nickolás Torres Cortés)

Por: Andrés I. Jové Rodríguez – andres.jove@upr.edu

Conocer sobre la política puertorriqueña es andar siempre a la merced del conocimiento que algo está destinado a cambiar con la lentitud de un caracol. Un salón repleto de estudiantes universitarios de nivel subgraduado, junto a personas de la edad mayor y académicos se hallaban presentes en el evento. Curiosos sobre el estatus geopolítico, dividido entre el aire y la tierra; buscan respuestas a interrogantes políticas: corrupción, actualizaciones coloniales, dilemas bipartidistas, gobierno federal, y un lago etcétera que pudiese acompañarlo. Para les aficionados —o cualquier ciudadano responsable—, existe una urgencia por encontrar razones democráticas a vaivenes nacionales. No obstante, el conferenciante —pensaba yo—, confinado a una mera hora y media de diálogo, tendrá que dejar a un lado los muchos y enfocarse en los pocos para dirigirse al tema que lo ha traído al recinto: «La actualidad política puertorriqueña».

Un tema abarcador, sin lugar a dudas. Con libreta, bolígrafo y grabadora a la mano, preparado para el comienzo de la conferencia que tenía las sillas del salón de la biblioteca llenas, varios estudiantes sentados en el suelo y unos otros en la entrada principal esperando la llegada del conferenciante que, hasta este momento, ha ido sin ser nombrado.

Ya dadas las 10:05 p.m., llegó el orador entre los estudiantes como Moisés partiendo el mar con un gabán de vestir gris, corbata púrpura, pelo recogido, una seriedad acompañada de una sonrisa veterana que estaba ya acostumbrada a lidiar con muchedumbres, en especial en tiempos de elecciones. Un hombre que en ocasiones han tildado de comunista o socialista y que en las elecciones de Puerto Rico en el año 2020 obtuvo 13.72% de los votos nacionales —el número más grande que ha obtenido el partido independentista en su historia—: Juan Dalmau Ramírez.

Abrió el conversatorio el Dr. Juan Mercado Nieves, catedrático del Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad de Puerto Rico en Arecibo (UPRA) y asesor legal del Partido Independentista Puertorriqueño (PIP). Explicó los temas principales que se discutirían: la Junta de Control Fiscal, la relación entre Puerto Rico y los Estados Unidos, la educación universitaria y la relevancia de la juventud en las elecciones generales. Presentó a su conferenciante.

Luego, Dalmau rompió su silencio: «Lo que tengo que anunciar hoy aquí es que me retiro, ya no tengo más nada que hacer». El salón entró en risas.

«No, mentira. Ahora más que nunca tenemos mucho que hacer», dijo carcajeando.

Dalmau se presentó elegante, un hombre conocedor del derecho. Ofreció un preámbulo general de la historia colonial de Puerto Rico: citó precedentes legales y leyes que buscaban reforzar el estatus colonial.

«El problema de Puerto Rico y las consecuencias de esos problemas que enfrentamos hoy día, es el caso del jinete malo en caballo chongo», dijo el secretario general del PIP. «El caballo chongo siendo un modelo político de subordinación —un modelo colonial, territorial— donde Puerto Rico es la colonia más antigua del mundo. [Y que] nunca ha tenido la autoridad para poder ejercer plenamente su autoridad como pueblo».

«Si no fuese suficiente el caballo chongo, hemos tenido muchos jinetes malos. Siendo los jinetes malos las malas administraciones dentro de las limitaciones estructurales que nos propone ese régimen territorial». 

Vino preparado para hablar sobre lo que para él era una injusticia para su país, los tipos de «caballos chongos» existentes. Desde la doctrina del destino manifiesto, una creencia predispuesta del «hombre, el hombre blanco», lo cual estipulaba que era el destino de los Estados Unidos de América expandirse desde las costas atlánticas hasta las pacíficas. Además, los casos insulares, donde el Tribunal Supremo allanaba el poder territorial de Puerto Rico a «un territorio no-incorporado», sujeto a las predisposiciones de los poderes plenarios del Congreso y la Constitución (según el caso de Downes v. Bidwell [1901]); finalmente, la Ley PROMESA, que además de crear lo que es básicamente una cuarta rama gubernamental —lo que se conoce como la Junta de Control Fiscal («Cuyos miembros elige nadie en Puerto Rico», aclaró)—, impuso un nuevo modelo de gobierno en la Isla.

«Aquellas lluvias trajeron estos lodos», expresó en referencia a nuestro actual estatus político. 

En su discurso trajo como punto de lanza a los poetas Mario Benedetti, Dante Alighieri y José Martí, como si fuesen líderes dirigentes. De igual modo, el exsenador denotó la ironía que sufría su país: el gobierno invierte $1 millón de dólares en los «cabilderos por la estadidad», pero se niega rotundamente a invertir en la universidad pública mientras esta sufre de cortes de presupuestos considerables. Ciertamente, después de tantos años uno empieza a darse cuenta de las prioridades del gobierno que lo gobierna. 

En este momento se alzó de su asiento y personas del público se apresuraron a ayudarlo a desenvolver el cable que se había enredado en la mesa redonda donde se hallaba sentado dando su discurso. A su lado se hallaba el Dr. Mercado que, fuera de una o dos intromisiones, le ha cedido al orador completamente la tarima. 

Llegó al final, a las nuevas generaciones de electores, estando a dos años de las elecciones generales. Aunque nunca se aclaró al inicio de la conferencia, uno pudiese deducir que el conversatorio se planeó con la intención de preparar a la ciudadana para el próximo ciclo de elecciones. Se sentía como un llamado a acción más que nada. «Para los que gobiernan les es muy conveniente tener una nueva generación desapasionada, una nueva generación desmotivada, desmoralizada, desmovilizada», señaló Dalmau.

«Usted no puede menospreciar la capacidad que tiene el presentarse al momento en que la circunstancias y la historia lo exige». 

Una bofetada a la cara a una generación que piensa que un voto no hará el cambio en un país que el cambio se ha tardado por encontrarse con el presente. Sin considerar nunca la vuelta del tornillo que simboliza «el presentarse».

Cedió su tiempo restante para contestar preguntas del público, y en esas preguntas-y-respuestas me vi yo ingeniándome las preguntas sin todavía encontrarme las respuestas: ¿a dónde iremos y a dónde llegaremos?

(Foto suministrada por: Nickolás Torres Cortes)

Author: Andrés Jové RodríguezEstudiante de tercer año de Noticias del departamento de Comunicación Tele-Radial.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *