Por: Alexandra Z. Sanabria Rivera (alexandra.sanabria@upr.edu)
¿Alguna vez se ha preguntado cuántos sordos residen en Puerto Rico? Si esperaba una respuesta, entérese que en Puerto Rico no existen cifras entorno a esta población. Sin embargo, se estima que oscila entre 80,000 a 185,000 individuos, según indica Mari Tere González, senadora por Mayagüez y Aguadilla. Esto es un hecho alarmante puesto que el Instituto de Estadísticas de las Naciones Unidas destaca que los censos proveen datos esenciales a los gobiernos para la planificación y articulación de políticas públicas que desarrollen el bienestar de la población. Este desconocimiento afecta los servicios que se le proveen a los sordos.
Para contrarrestar este problema, la Comisión presidida por la Senadora González labora en una resolución que busca satisfacer esta necesidad de información a través de un censo formal.
La cara del silencio
Un miembro de la población sorda del área oeste de Puerto Rico es Yarett Piñeiro Rodríguez de 32 años, quien a los tres años fue diagnosticada con una pérdida bilateral sensorineural progresiva cuando su tía se percató que no había desarrollado el habla a la par de sus hermanos.
“Muchos médicos le dijeron a mi madre que yo no iba a poder hablar, pero ella no se rindió y se dio a la tarea de darme, por su cuenta, terapia del habla”, indicó Piñeiro Rodríguez quien también es Presidenta de American Sign Language Educational Services (ASLES), una compañía que imparte clases de Lenguaje de Señas Americano (ASL) y provee servicios de interpretación.
Educación para los sordos inicia en Europa
Trasfondo histórico
Según un artículo de Microjuris por Tamara Ramos Ramos, los sordos han sido considerados a través del tiempo como difíciles de educar e incapaces de poseer ideas propias por lo que son en algunas ocasiones, objeto de burla y temor. No fue hasta que el fraile español Pedro de León comenzó a educar a los hijos sordos de la nobleza en el siglo XVI que empezaron a leer, escribir y hablar para estar aptos a heredar sus fortunas. Los métodos didácticos incluían la labiolectura y un lenguaje de señas que combinaba español, latín y hebreo. En el siglo XVI, Juan de Pablo Bonet desarrolló un alfabeto manual que utilizaba una sola mano y escribió un libro sobre la educación del sordo.
Las primeras escuelas públicas para sordos se fundaron en Europa a partir del siglo XVIII. En Francia, Abbe L’Epée es considerado el padre del lenguaje de señas moderno puesto que inventó un sistema basado en pantomimas naturales. En Alemania, Samuel Heinicke practicaba el oralismo que se enfocaba en la labiolectura como método educativo.
Este tipo de educación no llegó a América hasta el Siglo XIX cuando Thomas H. Gallaudet visitó Francia para nutrirse del método desarrollado por L’Epée. Luego este fundó Gallaudet College que creció hasta convertirse en la Universidad de Gallaudet, única universidad que le ofrece estudios graduados a los sordos.
Primeras instituciones en Puerto Rico
En Puerto Rico, no fue hasta el 1902 que se fundó en Aguadilla la primera escuela que atendía esta población. Bajo el nombre de Colegio San Gabriel esta institución educativa fue trasladada a Santurce. Tiempo después misioneros canadienses fundaron en Luquillo, la Escuela Evangélica para sordos. No obstante, Yarett Piñeiro no asistió a escuelas especializadas para sordos.
“Tuve que adaptarme a la sociedad y no la sociedad a mi”, expresó Yarett Piñeiro, instructora de ASL, al hacer referencia a la falta de servicios mientras crecía. A lo largo de su vida escolar no contó con intérpretes, por lo que desarrolló la labiolectura.
¿Qué implica ser sordo?
“Una persona culturalmente sorda se ve como una minoría lingüística no una persona físicamente impedida”, acotó Crom Saunders, director del Departamento de Cultura Sorda en el Columbia Chicago College.
Según el artículo El derecho a la educación de las personas con discapacidad auditiva en Puerto Rico, “la sordera es un impedimento del oído que es tan severo que el niño resulta impedido en procesar información lingüística a través del oído, con o sin amplificación. No obstante, no todos los miembros de la comunidad sorda están de acuerdo con esta definición.
El rango audible saludable del ser humano es de 0 decibeles a 120 decibeles. Se considera sordera cuando existe una dificultad o imposibilidad de percibir los sonidos a ciertos volúmenes y tonos.
Grados de pérdida auditiva y sus causas
Barreras constantes
«Solicité servicios de interpretación en la universidad pero fueron negados durante tres años por Rehabilitación Vocacional porque entendían que yo me desenvolvía normalmente», relató Piñeiro al hacer referencia a su vida universitaria.
De igual forma, la comunidad enfrenta el uso habitual del Lenguaje de Señas Puertorriqueño sobre el ASL, utilizado formalmente en la isla. Se estableció que hay una cantidad indeterminada de sordos que son analfabetas, por lo que se ha creado sistemas de comunicación en los hogares o comunidades.
“Estas señas caseras se crean cuando una comunidad completa acuerda y aprende una seña combinada con gesticulación. En algunas ocasiones una lengua puede surgir de aquí”, afirmó Crom Saunder, profesor de Cultura Sorda en Chicago.
A su vez, la isla confronta problemas en la concesión de Certificaciones a Intérpretes del Lenguaje de Señas, debido a que Puerto Rico no tiene un proceso formal reconocido para legitimar a los intérpretes de ASL.
Legislación a nivel federal y estatal
La Sección 504 del Rehabilitation Act of 1973 obliga a los hospitales a proveer el servicio de interpretación. Sin embargo, este derecho no siempre es salvaguardado.
“Tuve la experiencia de ir a un hospital, ver cómo la paciente se desangraba y que solo me dejaran pasar tras mucha insistencia”, reiteró Yarett Piñeiro, única intérprete médica de ASL en Puerto Rico.
El Americans with Disabilities Act of 1990 busca garantizar la igualdad de oportunidades para personas con impedimentos en facilidades públicas, transporte, empleo, servicios proporcionados por gobiernos estatales y telecomunicaciones.
La Ley 136 del 1996 indica que las agencias gubernamentales deben contar con intérpretes para asistir a personas con problemas auditivos.
¿Cómo aminorar el problema?
“La cultura sorda es un cuerpo entero de identidad, lenguaje, comunidad e historia de opresión basado en la liberación”, señaló Saunders, profesor en Chicago de ASL.
Con esto en mente, una de las maneras más sencillas para comunicarnos con los sordos es a través del abecedario de ASL.
Tecnología como apoyo pero con mesura
Una de las novedades tecnológicas lo es un guante que interpreta el ASL. Sin embargo, el mismo trae consigo varias desventajas tanto económicas como cognitivas.
“Pueden incluir un diccionario entero en el guante, pero el lenguaje humano es mucho más espontáneo que lo que una computadora pueda predecir”, puntualizó Shannon Moutanho, intérprete de profesión en Columbia Chicago College.
Existen varios sistemas de interpretación electrónicos, como el Servicio de Video Relevo Sorenson (SVRS) y Video Interpretación Remota (VRI). El centro comercial Plaza las Américas es el único en Puerto Rico que cuenta con estas herramientas.
Por su parte, la empresa Caribbean Cinemas cuenta con una propuesta para personas con necesidades especiales denominada Cine para todos.
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Hola mi nombre es Sheila Roque. Mi cuñada es sorda como puede conseguir la id que enseñan en este reportaje. Me pueden enviar la informacion a sheila_roque1@yahoo.com