La pandemia impone una dura realidad para las comunidades pobres

Por: Jankarlos Matias (jankarlos.matias@upr.edu)

El COVID-19 ha impuesto una dura y nueva realidad a muchas comunidades alrededor del mundo y de Puerto Rico. Desde el inicio de la pandemia, esto es especialmente cierto para comunidades de bajos recursos económicos en la isla.

COVID-19 provocará un alza en la pobreza

El Banco Mundial estima que para el 2021, la pandemia aumente los rangos de aquellas personas en niveles de pobreza por 150 millones. Estos números de pobreza se están elevando por primera vez desde el 1998.

El Programa de Comida Mundial de las Naciones Unidas también estima que los niveles de hambruna aumentarán el doble para el fin de este año. Lo efectos de estas alzas drásticas serán catastróficos, en especial para los niños, cuyo desarrollo será negativamente impactado; en especial con relación a sus estudios académicos.

La pandemia del COVID-19 implicará que una gran cantidad de niños no tengan el acceso apropiado a la educación. (Fuente: The Economist)
Este video explica el alza en la pobreza y el desempleo en los Estados Unidos.
Este video explica el alza en la pobreza y personas sin hogar en Londres; mostrando que esto no es un fenómeno aislado.

La pandemia también impedirá que una gran cantidad de familias no tenga acceso a un cuidado de salud digno.

Esto, por su parte, implicará más muertes debido a enfermedades crónicas, tales como diabetes y de enfermedades prevenibles, como la malaria.

Otro sector en peligro en las comunidades, es el sector envejeciente. El estudio titulado Factores asociados a la incidencia y la mortalidad por COVI-19 en la comunidades autónomas ha determinado que “una mayor proporción de personas mayores en residencias se asocia significativamente a una mortalidad actual más elevada”.

Esto significa que un alto porcentaje de la población puertorriqueña está en riesgo. Ya que en Puerto Rico, esta población (45 años en adelante), forma una porción significativa de un 47.20%, según la encuesta sobre la comunidad del 2018.

Sentir de la comunidad La Marina en Isabela

Aquí en Puerto Rico, los efectos de esta pandemia se han sentido en las comunidades locales, cuyos residentes se expresaron acerca de los efectos que ha tenido la pandemia en sus comunidades.

“La comunidad La Marina necesita una buena orientación a base de lo que es el COVID-19”, declaró Margarita Cordero, residente de la comunidad La Marina en Isabela.

Margarita explicó una de las necesidades en su comunidad. Según Margarita, se necesita, “una charla en la cual toda la comunidad esté presente y entiendan de una vez la seguridad máxima para no ser contagiados por el COVID-19”.

“Mientras que la gente no tome las debidas precauciones, como es debido, esto seguirá siendo así. Seguirá siendo peor y se va a agrandar más,” expresó Cordero.

Miguel Rosario, otro residente de la comunidad La Marina, enfatizó la unión en su comunidad, a pesar de esta crisis. Rosario declaró que «esta comunidad es bien unidad» .

Actualmente, según el Departamento de Salud de Puerto Rico, se han registrado 56,242 casos del COVID-19. Además, se han registrado 1,206 muertes a causa del coronavirus.

Esta gráfica muestra las estadísticas más actualizadas del COVID-19 en Puerto Rico. (Fuente: The New York Times)

Impacto emocional en las comunidades del COVID-19

Mildred Torres Centeno, trabajadora social del Residencial Enrique Zorrilla, en Manatí, también se expresó acerca del impacto emocional que ha tenido el COVID-19 en su comunidad.

La señora Mildred Torres cuenta con 15 años de experiencia como trabajadora social en el Residencial Enrique Zorrilla. (Foto Suministrada)

Según Mildred, las mayores dificultades que ha tenido han sido con los servicios directos o presenciales con sus residentes. Todos los servicios se han movido mayormente una modalidad virtual y esto “ha conllevado un gran impedimento” a los residentes, según Torres.

En su residencial, la situación que ha tenido que trabajar con la mayor frecuencia, ha sido orientar a sus residentes acerca de las debidas medidas de protección y los servicios de salud que ofrece su oficina. Torres también describió que el estado emocional de sus residentes ha sido uno lleno de ansiedad y depresión.

Mildred explicó que sus residentes están batallando a “todo ese ciclo de emociones que [ellos no pueden] controlar porque se están enfrentando a cosas nuevas que ellos no están acostumbrados”.

Según Mildred, sus residentes están muy afectados emocionalmente y predomina el llanto y la frustración ante esta situación sin precedentes.

Mildred catálogo el estado emocional de las personas envejecientes en su comunidad como “crítico”, debido al estrés ocasionado por el encierro.

“Ellos no están acostumbrados a estos encierros y a la tecnología”, manifestó Mildred.

En su residencial, Torres alega que ha recibido “muy pocos” recursos para combatir los efectos de la pandemia y que estas ayudas no se han distribuido eficientemente. Entre estas, se encuentra una propuesta del municipio para realizar las pruebas rapid-test en su residencial.

El municipio de Isabela cuenta con 408 casos confirmados de COVID-19.

Mildred propuso que una distribución más eficaz de los recursos para combatir la pandemia, sería empezar con las personas más desaventajadas.

“Yo comenzaría con la población más desaventajada, que es la de los envejecientes, quienes son los más que han tenido que batallar en toda esta situación”, declaró Mildred.

Mildred también recalcó que su trabajo consiste en escuchar a los miembros de la comunidad, para vislumbrar sus necesidades y brindarles las ayudas que impacten positivamente a la comunidad.

Desde el inicio de la pandemia, se han realizado cuatro actividades virtuales en su comunidad, como parte de los recursos que le ha brindado a los residentes.

Estas actividades se han realizado con el propósito de ayudar con el manejo de las emociones de los residentes y han involucrado charlas y manualidades.

Con respecto a cuál ha sido el costo mayor de esta pandemia, Mildred señala a la pérdida de las relaciones que se formaban antes de la llegada del COVID-19.

“Lamentablemente, eso ya, por un buen tiempo, no podrá hacerse”, lamentó Torres, refiriéndose a las interacciones que distinguen su trabajo.

Otro estudio titulado: Efectos de la COVID-19 en la salud mental de la población, ha determinado varias soluciones a la crisis de salud mental ocasionada por la pandemia.

En este video, se explica el alza en el estrés y la ansiedad, ocasionado por el COVID-19.

Junto con medidas de salud, es necesario: aumentar la resiliencia, crecimiento personal, las relaciones intrafamiliares y brindarle atención especial a los grupos vulnerables, para así minimizar el impacto psicológico de esta epidemia en la población.

Esta gráfica demuestra una posible guía para superar el impacto emocional del COVID-19 (Fuente: El País)

Sentir de la comunidad Brisas del Mar en Isabela

Otra comunidad cuyo panorama ha cambiado debido a la pandemia del COVID-19, ha sido la comunidad Brisas del Mar, en Isabela.

Los residentes expresaron frustración ante la situación ocasionada por la pandemia y lamentaron ciertos aspectos de la respuesta gubernamental a la crisis.

“Hasta el momento estoy 50/ 50 [con respecto a la labor realizado por el gobierno]. En algunas cosas entiendo que sí han hecho un buen trabajo y en otras cosas entiendo que todavía se ha quedado un poquito rezagadas”, expresó Carlos González, residente de Brisas del Mar.

Entre las respuestas que podría mejorar el gobierno, González mencionó:  tener un mejor control en el aeropuerto y extender los lockdown que han sido impuestos.

González también reitero una de las necesidades de la comunidad, que compartió la señora Margarita Cordero, de obtener más información y mejorar el acceso de información de la comunidad.

“Yo creo que informado a la gente un poquito mejor, los tranquiliza y los mantiene al día de lo que está pasando”, explicó Carlos.

Carlos también comentó acerca del impacto emocional de la pandemia, mencionado que el encierro ha sido una de las mayores maneras en que le ha afectado la pandemia.

“La gente piensa que trabajar desde la casa es fácil, pero llega el punto que ya tu no quieres saber de estar en la casa”, manifestó González.

Por otro lado, a nivel comunitario, Carlos también repitió el sentimiento de la señora Mildred, de que el quebrantamiento de las relaciones con el resto de la comunidad y el “contacto humano” han sido los mayores impactos de la pandemia.

“Antes podías salir y caminar tranquilo, hablabas con las personas normalmente, la familia especialmente”, comentó González.

A pesar de lamentar esta pérdida, González visualiza un mejor futuro, tanto en su comunidad, como en el resto del mundo.

González mencionó la mejoría que han tenido las comunicaciones y el Internet durante este tiempo de pandemia.

Además, compartió que cree que las personas van a estar más preparadas ante esta situación.

“Creo que también la gente va a estar más preparadas de surgir alguna otra pandemia [o situación similar]. Entiendo que van a reaccionar un poquito mejor”, comunicó Carlos.

Exhortaciones ante el tiempo navideño

Monserrate Vargas, jefa de la Oficina de Alzheimer, adscrita a la Oficina de Asuntos de la Vejez, en el Hospital CIMA de Isabela, también se expresó acerca de los efectos de la pandemia en el campo médico y con respecto a su relación con sus pacientes.

“Ya no puedo visitar los hogares para ver las necesidades de la familia y asegurarme de que el paciente está bien cuidado. Ahora es por el teléfono que se hace esta entrevista”, explicó la señora Vargas.

Vargas mencionó que esta ha sido el mayor reto que ha tenido que enfrentar durante la pandemia.

“De ahí [las visitas] es que nosotros sabemos si se está cumpliendo todo, si el paciente no es maltratado, si tiene sus medicamentos, sus alimentos y si están todos sus servicios ahí. No podemos visitar por miedo al COVID y porque no debemos visitar”, declaró Vargas.

Monserrate realizó unas exhortaciones a la ciudadanía para cooperar con su labor como profesional médica, en especial durante este tiempo de navidad: “La ciudadanía puede cooperar no visitando estos enfermos que tienen su salud comprometida, no visitando a su familia ni donde está el paciente, porque los pone en riesgo de contraer el COVID”.

“Exhortó a la ciudadanía en este tiempo de navidad que nos mantengamos en las casas cuidándonos y cuidando a nuestros seres queridos, no hacer parrandas ni fiestas grandes, solamente quedarnos con las personas que conviven con nosotros bajo el mismo techo y cuidarnos sobre todo”, suplicó Monserrate.

Jankarlos Matías
Author: Jankarlos MatíasSaludos, soy natural de Isabela y soy estudiante de tercer año de la Universidad de Puerto Rico en Arecibo. Pertenezco al Departamento de Comunicación Tele-Radial y mis areas de enfasis son Noticias y Produccion y Direccion.

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