Por: Marianely Figueroa (marianely.figueroa@upr.edu)
Con la llegada de la pandemia producida por el coronavirus (SARS-CoV-19) se ha multiplicado el consumo y la producción de material plástico, sobre todo el de un solo uso, convirtiéndose en una gran amenaza para el medio ambiente.
Según la ONU, la contaminación por el plástico es uno de los principales problemas ambientales del planeta.
En el comienzo del confinamiento, producido por el COVID-19, se filtraron vídeos y fotos sobre las buenas noticias a nivel ambiental: las aguas más claras, animales disfrutando libres, de la naturaleza, la mejora de la calidad del aire, la reducción de la contaminación, el saneamiento de la capa de ozono, entre otros elementos positivos. Pero, a medida que comenzaron las primeras fases de desconfinamiento de los ciudadanos, hemos visto cambios un tanto preocupantes.
Millones de mascarillas y guantes son usados a diario. Desde que salimos de nuestros hogares y nos dirigimos a algún establecimiento, la ansiedad y la preocupación de vernos expuestos al contagio de este virus, que ha causado la muerte de 846,552 personas alrededor del mundo, ha propiciado un aumento significativo en el uso de equipo protector sanitario, dejando la problemática del medio ambiente en segundo plano.
Del mismo modo, luego de sus reapertura, algunos restaurantes han optado por el uso de utensilios plásticos y de “foam” desechables. Los salones de belleza ahora utilizan capa de plástico y no de tela y los supermercados, que luego de que se había intentado implementar el uso de fundas desechables, ahora han optado por regresar a las de solo uso, por miedo a que las reutilizables se hayan podido contaminar. La gran mayoría, por no decir todo el material plástico, se desecha teniendo en cuenta que el coronavirus puede permanecer activo, de dos a tres días.
La ONU estimaba, antes de la pandemia, que cada año se producía a nivel mundial tanto plástico como el peso de toda la población humana.
Cada año 8 millones de toneladas de plástico ingresan al mar cada año convirtiéndose luego en partículas más pequeñas o microplástico, siendo estos residuos, finalmente consumidos por especies marinas y aves.
Sin embargo, la necesidad de detener la propagación de este virus ha hecho que resurja el plástico como un material indispensable.
A toda esa cantidad reportada antes de la pandemia, sumémosle ahora la enorme cantidad de plástico producido en mascarillas, guantes, batas impermeables y todo lo antes mencionado, que llegarán al mar y vertederos–– ya saturados––, causando un gran impacto en el ambiente.
Es insólito ver cómo antes de la pandemia, el mundo entero estaba consciente de los problemas de degradación del material y en una constante lucha por evitar el consumo, sin embargo, hoy es el plástico se ha convertido en el que nos salva la vida del enemigo invisible.
Según el investigador David Spratt, autor de un análisis publicado por el Breakthrough National Centre for Climate Restoration pronostica que para el 2050, debido al lamentable problema del calentamiento global se viva un escenario de caos y colapso que nos podrían llevar a la extinción.
Es sumamente necesario tomar cartas en el asunto. Toca crear oportunidades de innovación y ecodiseño para por fin encontrar materiales biodegradables, que se puedan reciclar y sean de bajo costo que nos permitan vivir en un mundo más ecoamigable. El uso de mascarillas reusables, la implementación de utensilios compostables en los restaurantes o propios, evitar las fundas plásticas, botellas reusables es una necesidad urgente. La lucha por la contaminación continúa y, es necesario el esfuerzo y la voluntad de todos.
Muy buen articulo, seamos más juiciosos . Yo tuve la oportunidad de nacer y vivir otro entorno donde se usaba pañales de tela, no pamper , se devolvía la botella de leche y se vendían la botellas de refrescos y era un ahorro o sea se reciclaba mas que ahora y no sabíamos nada de reciclaje.