Por: Moisés Cordero
Especial para Tinta Digital
Un día después de clase y ante la tarea de leer y hacer una valorización del artículo Democratizar el pensar teórico, pubicado en la revista 80grados, me senté a escribir esto. Las expresiones que aparecen a continuación son solo mías y las escribo con la intención de crear conciencia, no menospreciar o criticar a nadie.
Uno de los puntos principales de esta lectura es la enajenación que sentimos como puertorriqueños, sobre todo los jóvenes. Según el autor la juventud está ajena y le interesa poco la historia y transmitir nuestra cultura a nuestros hijos y nietos. Dicha ignorancia de los jóvenes y la falta de conocimiento histórico los lleva a repetir los mismos errores generación tras generación. Vivimos en una sociedad capitalista que nos enseña a copiar lo que hacen los demás (la mayoría de las veces no es positivo) sin argumentar nada. Este sistema nos divide en clases sociales y sus roles impuestos que acentúan la desigualdad. El obrero no es intelectual y el intelectual no es obrero.
Decimos de modo generalizado que el puertorriqueño es vago para la lectura y se crean mitos que apoyan la premisa “el que mucho lee, poco trabaja”. Reconocemos que nuestra sociedad tiene muchas influencias externas aun sin saberlo; nuestro estatus territorial y sistema político es prueba de eso. Los medios de comunicación no son transparentes y objetivos como se supone que sean, sino que filtran la noticia para no afectar los intereses comerciales de la clase opresora y dominante. Evitan que el obrero aspire a más, que sueñe o que tenga un pensamiento libre y lleno de ideas; eso los llena de miedo.
Ahora más que nunca debemos desarrollar nuestro intelecto, nuestro cerebro, nuestras ideas para superar la generación actual. Puerto Rico enfrenta una de las peores crisis de su historia como pueblo y no poder dejarnos llevar por el 1% que le escupe la cara a nuestra “democracia”. El poder del pueblo se compra por $112 mensuales que no dan para vivir. Esta es una sociedad tan corrupta y materialista que se fundó con agricultura y pesca, pero que si hoy no llega un barco lleno de comida, nos morimos de hambre. Así es Puerto Rico en pleno siglo 21.
Debemos luchar contra el capitalismo y el gobierno que lo apoya, pero para eso tenemos que unirnos como pueblo. ¿Cómo es que el 1% domina al 99%? Es irónico ver cómo el pueblo vota pero los bancos mandan y nadie hace nada. Es lamentable decir que ese 1% prospera porque está unido, sólido y enfocado en su propósito. Mientras que el 99% siendo mucho más, está disperso, sigue viviendo del cuento, sigue con pensamiento egoísta y totalmente enajenado e ignorante a lo que está pasando. ¡Aprende pueblo! Aprende de tus errores, analiza tu historia y comienza a pensar por ti mismo de forma individual y colectiva. Si tan solo nos diéramos cuenta que somos más, no seríamos nunca menos.