Por: Mireylis Galicia (mareylis.galicia@upr.edu)
Emprendedor, humilde, trabajador y con deseos de seguir adelante, así es Teo Rolón, propietario del restaurante La Guajira, ubicado en el casco urbano de Arecibo. Su pasión por la
comida cubana y por la música, lo llevó a montar su tercer proyecto como empresario: un espacio acogedor, rodeado de naturaleza, un mural que asemeja una pintura de Picasso y un antiguo árbol que presenta una combinación de colores en su corteza, entre ellos verde, marrón, anaranjado y rojo. El árbol, cuyo nombre científico es Eucalyptus deglupta, es una especie particular de eucalipto que parece “pintado a mano alzada” y da un toque surreal al espacio.
Al entrar al restaurante, escuchas música cubana, observas fotos de Ernest Hemingway y se percibe el sabor latino, de uno de los más recurridos restaurantes en el pueblo de Arecibo, ubicado justo enfrente de la desembocadura del río en un espacio de relajación y diversión nocturna.
La filosofía de trabajo de Teo consiste en que tanto los empleados como los clientes se sientan a gusto en un ambiente social en el que liberen el estrés mientras disfrutan de un menú distinto. En
el 2015, cuando abrió el local, su idea era crear un negocio que fomentara el talento local musical en actividades nocturnas. Al encontrar este espacio y tener en cuenta la carencia de un negocio semejante en Arecibo decidió hacer de esta zona el lugar ideal.
Sin embargo, durante la remodelación del local, en un inicio pensó que el lugar era solitario y no muy seguro, por lo que se preguntó si de verdad estaba en el camino correcto. Otra de las desvantajas del local es que se encontraba en una zona inundable del pueblo. De todas maneras, Teo decidió emprender el proyecto y dos años más tarde, como consecuencia del paso del huracán María, el desastre le dejó grandes daños.
“Guajira es mi tercer proyecto gastronómico. Comencé hace diez años en esta industria. Vengo de otra que no tiene nada que ver con alimentos. Estaba en la industria de los libros y
como se fueron a digital, tuve que reinventar y siempre me ha gustado la gastronomía. Mi primer concepto fue un “Coffee Shop” con una librería. Luego lo expandí a un restaurante y a los tres
años surgió este espacio y me encantó, pero sobre todo el árbol”, explicó el administrador sobre el esfuerzo que le conllevó emprender su idea.
El empresario también participa en una corporación de negocios locales en el casco urbano de dicho pueblo, llamada “Arecibo 1515”. Edgar Ríos y Juan Raúl Vega , propietarios de La Buena Vida encabezan el grupo. Dicha asociación busca reinventar la ciudad Villa del Capitán Correa, en un lugar turístico que fomente las artes y de esta manera apoyar a las pequeñas empresas. Además, Rolón dice no haber ninguna competencia o rivalidad con sus colegas y vecinos, ya que todos ofrecen un menú distinto. El atractivo principal de Guajira es la música en vivo todos los fines de semana, además ahora cuenta con «Arte 360», una iniciativa que se celebrará el 1er jueves de cada mes.
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