Hace poco más de un siglo que inició el cine en nuestra querida isla. A pesar de los tropiezos, el desarrollo de la industria cinematográfica ha sido acelerado y hoy en día, podemos enorgullecernos de haber sido representados a nivel internacional por artistas de gran renombre, como Raul Juliá, Benicio Del Toro y Rita Moreno. Sin embargo, unos de los inconvenientes que no ha permitido a la industria desarrollarse más aún es el estado económico en que se encuentra este campo y la falta de nuevos empleos en Puerto Rico. Por supuesto, se han producido excelentes películas en los ultimos años como “Maldeamores” y “200 Cartas”, pero la falta de apoyo e inversión a la industria en el país es el principal obstáculo que no nos permite llegar a ser competidores ante otras producciones extranjeras a nivel internacional. Entonces, ¿cuáles son las proyecciones que se esperan de nuestra isla para que en un futuro muy cercano, la industria cinematografica de Puerto Rico continúe desarrollándose y reciba el reconocimiento comercial que tanto merece?
Una de las principales razones por el presente estancamiento de esta industria que todos debemos tomar en cuenta es la limitada o nula ayuda que ofrece el gobierno para producir peliculas o series de televisión en Puerto Rico. Con el paso de las décadas, se han establecido legislaciones que han tratado de beneficiar a la industria del cine, asignando fondos para fomentar proyectos locales. Desafortunadamente, muchas de las enmiendas que intentaron implementarse para financiar el cine de Puerto Rico fracasaron, como por ejemplo, la “Ley para el Desarrollo de la Industria Filmica”, conocida también como la Ley 362, en 1999.
Según Ramón Almodóvar Ronda, escritor de “La industria de cine puertorriqueño: pasado, presente y ¿futuro?”, esta ley fue ‘controversial’ desde un inicio. «El impulsor original de esta enmienda 362 fue el ex-vicepresidente del Senado de Puerto Rico Aníbal Marrero, quien renunció su escaño legislativo por actos sospechosos de corrupción. Los más beneficiados en aquel momento fueron los productores de una serie para televisón titulada “The Dream Team”. Después de filmar varios capítulos y de haberse aprovechado de los beneficios contributivos que les brindó el Gobierno, abandonaron el país dejando muchas deudas”, dice Almodovar.
Otras leyes continuaron manejando los fondos para la industria, hasta un punto que una de ellas facilitó a que se produjeran varios proyectos en un año. Al poco tiempo, esta legislación llegó a ser desfavorable, ya que no se pudieron recuperar los fondos una vez finalizada la producción de las peliculas puertorriquenas. De hecho, han habido muchas producciones de películas locales de proyección internacional, que se han realizado sin ninguna ayuda del gobierno. Sin embargo, son muy pocas las ganancias que reciben, ya que no tienen el soporte para ser distribuidas y ser competitivas a nivel mundial. También son menos las peliculas que llegan a la pantalla grande y muchas veces no se terminan o se continúa la producción después de un largo receso. Para que esto cambie, el Gobierno de Puerto Rico debe formar parte del desarrollo de la industria del cine y no renunciar más a las ayudas financieras que se necesitan. A pesar de que la mayor parte de la isla sufre por el constante problema económico, el gobierno siempre debe de establecer nuevas estrategias para manejar la industria adecuadamente y un sistema al que toda compañia productora obedezca, para así darle una mejor promoción y una reputación admirable al cine puertorriqueno.
El desarrollo de la industria filmica de Puerto Rico no seria posible sin el apoyo de empresas extranjeras. Al pasar los años, Puerto Rico ha figurado como un destino muy atractivo para casas productoras de otros países que interesan filmar sus obras aquí. La aportación de estas producciones no solamente beneficia a la industria del cine puertorriqueño, sino al país en general. También estas producciones ofrecen la oportunidad a talentos puertorriqueños que trabajen y formen parte de los proyectos extranjeros.
Sin embargo, no todo es color de rosa. Según Ramón Almodóvar Ronda, “estas producciones traen una parte considerable de su personal y limitan la participación de nuestro talento: técnicos, productores, actores, etc. En ocasiones, los profesionales boricuas son contratados para funciones por debajo de sus capacidades, lo cual implica una paga menor; pero terminan haciendo el trabajo de los que traen de afuera, ya que muchas veces esas personas que vienen del extranjero desconocen cómo es que se trabaja en Puerto Rico y tienen menos experiencia y talento que los del patio”. Asimismo, han surgido muchos cambios a las leyes para favorecer el cine puertorriqueño, quizá la más reciente es la “Ley de Incentivos Económicos para la Industria Fílmica de Puerto Rico” del 4 de marzo de 2011, que “beneficia más a las producciones extranjeras que a las puertorriqueñas. Esta nueva ley está orientada a traer producciones del exterior a filmar en Puerto Rico y poco hace por las producciones locales”, dice Almodovar. Ante esta misma situación, Jacobo Morales, actor y director puertorriqueño, e Inés Mongil, gerente de producción local, compartieron sus puntos de vista en un artículo de Caribbean Business publicado en el 2013. “Esto representa un desplazamiento para nuestros técnicos locales”, aclaró Morales, mientras que Mogil nos dice que, “con el respaldo apropiado del gobierno, yo y mi equipo podemos producir ocho peliculas en este mismo año.”
Hay que tomar en cuenta que la cultura y el arte cinematográfico de Puerto Rico debe ser una prioridad para nuestro gobierno ante que cualquier otra producción extranjera. Aunque estas producciones sean una aportación fundamental para la economía, la disponibilidad de empleo para el puertorriqueño sigue siendo muy limitada, mayormente en la industria del cine.
Otro elemento por la cual la industria del cine de Puerto Rico se ha mantenido estable y cada vez ha tratado de recuperarse ante las dificiles situaciones es por los programas de comunicaciones que se han ofrecido en las universidades y otros centros. Cada año son más los estudiantes que se matriculan en esta concentración y una gran cantidad de ellos se concentra en el área del cine digital. Muchos de estos estudiantes terminan sus grados para poner en practica su profesión como comunicadores. Por esta razón en los últimos años han proliferado la cantidad de programas académicos en la isla que aportan conocimiento teórico y práctica sobre este campo.
Además de la educación, está en las manos del Gobierno de Puerto Rico el desarrollo y avance de una industria de cine solidificada. “Ningún gobierno de Puerto Rico ha presentado un plan de trabajo serio sobre el desarrollo de la industria de cine en nuestra isla y mucho menos ha sabido implementar las buenas ideas que les presentan los profesionales del sector. Al día de hoy no tenemos una política pública sobre este tema, mucho menos un plan de desarrollo. Cada cuatro años cambia la administración y se vuelve a empezar prácticamente de cero”, dice Ramón Almodóvar Ronda. Lo que queda en estos momentos para seguir exigiendo empleo y una mejor industria del cine puertorriqueño es el apoyo y el entusiasmo de los estudiantes universitarios de comunicaciones. Sin la acción de ellos, la industria del cine puertorriquño no resaltará por sí solo ni será reconocida en otros países.
No hay duda de que Puerto Rico es un país caracterizado por una rica cultura y tradición y este legado resulta llamativo para personas de otros países. Desde la vista al mar por cada una de sus cuatro esquinas, hasta la felicidad de estar en los alrededores del campo, en Puerto Rico donde quiera que uno se encuentre- se topará con una escenografía digna de ser presentada ante la pantalla grande. La industria del cine no solamente trata de un negocio, sino que representa un foro donde el arte y la belleza de la vida se combinan para producir y transmitir un mensaje universal. Existen muchos futuros comunicadores y personas que ya trabajan en este campo que están deseosos de captar todo lo grandioso y lindo que tiene y que es Puerto Rico.
