Por: Jankarlos Matias Reillo (jankarlos.matias@upr.edu)
A mediados de marzo, se suspendió la temporada de la NBA debido al entonces novel COVID-19. En aquel momento, se pensó que este podría ser el final de la temporada 2019-20 de la NBA.
Sin embargo, cuatro meses después, la NBA regresó con el plan de terminar el resto de la temporada en una denominada “burbuja” en el ESPN Wide World of Sports Complex, localizado en Walt Disney World, cerca de Orlando, Florida.
Este reinicio de la temporada ha sido un éxito total y ha superado las más altas expectativas sobre este reinicio, sirviendo a la vez como un modelo a seguir en este tiempo dominado por la pandemia del COVID-19.
Durante el transcurso del reinicio, no se ha producido ningún examen positivo de los jugadores e integrantes de la burbuja de la NBA.
Además, la calidad de los juegos del reinicio ha sido espectacular, ya que los jugadores han dejado todo en la cancha y ejecutado en el más alto nivel. Adicionalmente, este reinicio ha servido para colocar en foco los problemas raciales que enfrenta la nación estadounidense.
La alta calidad de juego se ha visto en todo el reinicio, aunque se puede evidenciar y apreciar especialmente en los juegos de la postemporada. Los juegos de los playoffs estuvieron llenos de competencia en el más alto nivel y la emoción de los jugadores se vislumbraba en cada jugada, a pesar de la energía ausente de la fanaticada.
En esta postemporada también se realizó historia, al ser la primera vez que un equipo regresará de un déficit 3-1 en una serie dos veces; siendo este equipo los Denver Nuggets. Además, fue la primera vez en que dos equipos que en la temporada anterior no habían entrado a los playoffs, llegaran a la ronda final y la primera vez que un equipo clasificado número cinco, el Miami Heat, llegara a esta última ronda.
Otro aspecto que destaca el triunfo de la burbuja de la NBA, es el éxito de los protocolos establecidos para detectar y de ser necesario, detener, el COVID-19, antes de que se esparciese por la burbuja.
La NBA no tomó ningún riesgo al implementar sus protocolos. Cada día, cada integrante de la burbuja tuvo que realizarse la prueba para detectar el COVID-19. De surgir algún caso positivo, la persona sería inmediatamente aislada. Adicionalmente, cada persona que llegara al campus de Disney tenía que asilarse por un mínimo de 14 días.
Estos protocolos llevaron a que, durante 74 días de juego, no hubiese ningún caso positivo detectado del COVID-19.
De hecho, el campus fue el foco de un estudio científico: SalivaDirect: A simplified and flexible platform to enhance SARS-CoV-2 testing capacity. Este estudio fue realizado para determinar la efectividad de una nueva prueba del COVID-19 (SalivaDirect), basada en saliva y usada en la burbuja de la NBA. La prueba involucró a 3,779 integrantes saludables de la burbuja y concluyó que esta nueva prueba es 99.7% válida, llevando a una posible expansión de su uso en la sociedad, más allá del campus de la NBA.
Además del éxito de los juegos en la cancha y de los protocolos establecidos para combatir el COVID-19, el reinicio de la NBA también se resalta al llamar la atención a los conflictos raciales, que por tanto tiempo han afligido al mundo entero y en especial a Estados Unidos.
Parte de la propuesta del reinicio de la temporada, fue la atención que se le daría a este problema y de principio a fin, la NBA ha cumplido esta promesa, mediante varias iniciativas; tanto de la NBA como de los propios jugadores.
Estas iniciativas incluyeron: colocar la frase Black Lives Matter de manera prominente en el centro de todas las canchas, permitir a los jugadores escoger un mensaje de justicia social en sus uniformes (tales como “Respect Us” (“Respétanos”), “I Can’t Breathe” (“No puedo respirar”) o “Economic Reform”(“Reforma económica”) e invertir en iniciativas que apoyen a la comunidad afroamericana. Además, permitir que los jugadores se arrodillaran durante el himno nacional, como forma de protesta.
Todas estas iniciativas permitieron traer conciencia a la gran audiencia de la NBA sobre el gran problema del racismo que afecta a la comunidad afroamericana y al mismo tiempo, promover soluciones al problema.
Cabe destacarse que el reinicio de la NBA en Orlando no fue absolutamente perfecto. Se enfrentaron situaciones difíciles y tensas dentro de la burbuja que amenazaban con destrozar este reinicio.
En agosto 25, los jugadores de la NBA realizaron una huelga, en protesta del asalto por parte de la policía, de Jacob Blake, quien fue disparado siete veces en la espalda. Dos días más tarde, los jugadores decidieron continuar en la burbuja y seguir llamando la atención al racismo, pero el futuro del reinicio de la NBA estuvo en gran cuestión durante la huelga. Además, un jugador de los Houston Rockets, Danuel House fue expulsado, durante la postemporada, de la burbuja al violentar el reglamento de la NBA.
Todo esto es indicio de que el reinicio de la NBA enfrentó sus dificultades y momentos complejos. Sin embargo, a pesar de estas tribulaciones, el experimento del campus aislado de la NBA fue un rotundo éxito y debería servir como un plano a seguir en estos momentos donde el mundo se encuentra recuperándose y reabriendo ante la pandemia del COVID-19.
De seguro, este experimento llevado a cabo por la NBA, quedará marcado en la historia del deporte, como un triunfo extraordinario, donde se protegió del COVID-19, se trajo atención a los problemas raciales en Estados Unidos y se mantuvo el alto nivel competitivo dentro de la cancha por el cual la NBA es mundialmente reconocida.