Dos años viviendo en medio de una pandemia donde la “mayor protección” para muchos era la mascarilla. Ahora la duda es: ¿me coloco o no me coloco la mascarilla? La respuesta dependerá de quien contesta.
Esto verdaderamente se siente como un déjà vu, al menos para los vacunados que, para el 5 de julio de 2021, les habían dado la oportunidad de no llevar mascarillas en lugares cerrados y por el alza en casos y hospitalizaciones del Covid-19 volvieron a requerirla. Esto que crea la interrogante: ¿me la quito o me la dejo un tiempo más? ¿Volverán a aumentar los casos o ya por fin acabará la tortura?
La nueva Orden Ejecutiva anunciada por el gobernador, Pedro Pierluisi, entró en vigor el jueves, 10 de marzo y aunque se mantiene obligatorio su uso en instalaciones de salud y asilos de ancianos, la necesidad de eliminar la obligación de llevar mascarilla en interiores se impone como una medida que muchos dirían “por necesidad social” y como símbolo explícito de un retorno a la normalidad.
El primer intento de eliminar las mascarillas en la isla fue solo para personas mayores de 12 años con vacunación completa. En ese entonces las estadísticas reflejaban que el porciento de positividad era menor de 2%. En esta ocasión la tasa de positividad es de 4.3%, lo que no representa una confianza total de abandonar por completo las medidas de seguridad para evitar el contagio.
La Coalición Científica de Puerto Rico, un grupo de expertos designado por el gobernador para brindarle asesoría durante la pandemia, se mostraron de acuerdo con algunas de las medidas anunciadas, a pesar de eso no tienen un panorama claro de lo que pueda suceder. “Clarificamos que conforme surjan nuevas variantes, sí las mismas pudiesen afectar la capacidad de los anticuerpos, neutralizarlas que el sistema inmune produce, pudiesen dar paso nuevamente a repuntes y contagios. Estamos aún ante escenarios inciertos en el contexto de las variantes y hay que observar las tendencias”, dijo la doctora Iris Cardona, miembro de la coalición.
Hay que darnos cuenta de que vivimos en un país con un sistema de salud débil, con una población envejecida y con un nivel alto de enfermedades crónicas, y con una alta densidad poblacional. Esto, en comparación con otras jurisdicciones de Estados Unidos en las que ya han tomado la decisión de flexibilizar sus medidas de riesgo contra el Covid-19.
La decisión de ponerte una mascarilla, lavarte las manos, hacerte una prueba de Covid-19 si sientes síntomas o hasta vacunarte de ahora en adelante, la tomas tú, pero de todos dependerá los próximos escenarios que estarán por verse. ¡A tomar la mejor decisión!