Por: Angeliz Rivera De León (angeliz.rivera7@upr.edu)
¿El estatus civil de una mujer debería de definir su maternidad o medir la responsabilidad que cumple con sus hijos? Replantea esta frase cuando la leas, y detente a pensar todo lo que vive una “madre soltera”.
En Puerto Rico la realidad no puede taparse con la mano. El 70.4% de las familias monoparentales lideradas por mujeres con menores de 18 años viven bajo el nivel de pobreza, con una mediana de ingresos de $11,400 anuales. Señalan datos del censo, que un 51.7 % de las mujeres jefas de familia tiene participación laboral. La mitad son trabajadoras a tiempo parcial y el 19.5 % trabaja a tiempo completo. Y los padres, ¿dónde quedaron en esta ecuación? Aquellos a quienes les corresponde directamente hacerse responsables, muy a menudo prefieren huir de su obligación paternofilial.
En arroz y habichuelas: hijo eres y padre serás. Cual hicieres, tal habrás. El fenómeno del abandono parental también se produce de parte de madres hacia sus hijos, sin embargo, en términos estadísticos, se da a mayor escala, entre padres que abandonan a sus hijos. Entonces, ¿cuán difícil es crecer en una familia monoparenta liderada por una mujerl? Esto envuelve muchas cosas, no tan solo el nivel socioeconómico se afecta, sino que también la salud mental se puede ver amenazada.
Los padres tienen que cumplir con su obligación legal y moral. Responder emocional y económicamente y brindar el sustento necesario al menor, es imperativo. Mientras, esa figura paterna se hace de la vista larga, la desigualdad económica y familiar es una inseguridad que no contribuye al progreso de las partes involucradas. Es así como en las madres recae una «carga», que ellas no necesariamente definen así, aunque el sentimiento lo confirma.
La socióloga Marcia Rivera plantea en un artículo que, “las desigualdades se construyen día a día a través de políticas, programas, conductas individuales y colectivas”. Para ello hay entidades que brindan apoyo a las madres y no les dejan solas durante el complejo proceso. Organizaciones sin fines de lucro que acompañan a las mujeres son: Cáritas de Puerto Rico, Fundación Alas A La Mujer y Ayuda Legal Puerto Rico. Educarse debe ser prioridad para fomentar la paternidad responsable.
Solo tengo dos preguntas: ¿Dónde se encuentra la otra parte de lo que conforma esta flor silvestre? ¿Cumpliendo otros deberes extraordinarios y viviendo sin preocupaciones?»
No me enorgullece que mi historia de vida sea parte de las estadísticas del país en términos de hogares rotos y liderados por mujeres solas, pero me hace creer realmente no somos el sexo débil para nada. Es imperativo establecer una política pública para ayudar a madres que crían solas sin apoyo y sin tribu que les ayude a asumir la carga monoparental. ¿Cuáles son estos servicios? Vivienda asequible, salud, seguridad, y una educación para sus hijos, que sea de calidad y accesible. Y por supuesto, que se les briden más redes de apoyo y entidades que provean herramientas para garantizar el bienestar a estas familias.
Esas rosas que vemos a diario son las madres y abuelas comprometidas a encaminar a sus hijos sin la ayuda de los padres. La flor silvestre es esa que sale alrededor de ellas y va creciendo junto a su amor, dedicación y cuidado. Solo resta añadir una condición para que entre dos rosas nazca una flor silvestre: que a su lado siempre haya un cuidador para regarla y proveerle amor y cuidados.