Por: Alana Rosario Sánchez
La industria textil es la segunda más contaminante en el mundo, valorada en $1,5 trillones en 2020.
En los últimos años se ha viralizado el thrifting: la compra de artículos usados. Sin embargo, en Puerto Rico aún no se ha popularizado tanto como en otros países. Aun así, es una buena opción para aquellos que toman en cuenta las desventajas del fast fashion: la producción rápida y económica de prendas de ropa. Aparte, en una tienda de segunda mano, el consumidor puede conseguir un pieza única, algo imposible en tiendas de grande producción.
¿Alguna vez has visto con detalle las etiquetas de la ropa de las grandes cadenas de distribución como: H&M, Zara o Forever 21? La mayoría de estas piezas se manufactura de países donde el costo de producción es por debajo del mínimo. En Bangladesh, uno de los países más pobres del mundo, el salario mínimo de un trabajador textil, recientemente se aumento a $112 mensuales, según un reportaje que publicó la Fashion Network. Aun así, el costó de vida para una persona, en este país, para el 2023 era de $360 mensuales. Por su parte, China está posicionado como el país más explotador en términos de derechos laborales.
La confección de piezas de ropa a bajo costo y en un periodo corto de tiempo, permite llevar la ropa de pasarelas, que marcan nuevas tendencias, a ropa “ready to wear” o al alcance de todo el público. La comentarista de moda, Lidewij Edelkoort, pregunta: «¿Cómo es posible que una prenda sea más barata que un sándwich?». Esto nos hace reflexionar y cuestionarnos ¿de dónde viene esa ropa? El bajo costo de estas piezas equivale a baja calidad, lo que conlleva que estas sean de uso temporero.
Estar a la moda, también implica hacer compras inteligentes y no dejarse llevar del consumismo que nos consume. Dada las redes sociales y los influencers, quienes son los principales auspiciadores de la moda, las marcas y tiendas suelen seguir produciendo desmedidamente. Estar expuesto a lo último que presenta cada marca y ver que nuestro artista favorito lo usa, incentiva nuestro deseo de ser partícipe de esa experiencia, por lo que, lo compramos sin pensar en el uso que le daremos. Es por eso, que también las tendencias expiran rápido. Hoy está de moda una cosa y en unos meses, ya no tendrá vigencia.
Visitar thrift shops, brinda una experiencia distinta. En ellas puedes conseguir, ropa vintage y artículos únicos. Darle un segundo uso a la ropa permite que la moda siga vigente sin necesidad de llegar a un vertedero. En Puerto Rico, anualmente, 400 millones de textiles terminan en los vertederos. Muchos de estos pueden tener otra vida o incluso otro uso, como, por ejemplo, paños de limpieza, rellenos de cojines, entre otros.
Las piezas que llegan a estas tiendas han sido utilizadas una o pocas veces, por lo que, están en buen estado o son de buena calidad. El precio puede llegar a bajar mas de la mitad del su precio original, así que resulta conveniente para su bolsillo. Alrededor de la isla hay varios lugares para thriftear además, aparte de realizar tus compras, son una buena opción para llevar la ropa que hayas descartado de tu closet y de esa manera, la moda tenga ciclos de tendencia más largos.