Llego a la universidad ansioso por comenzar el semestre, sin embargo en los primeros días, me percato que hay una clase en particular en la que el profesor no está haciendo bien su trabajo. Él deja claro al inicio del semestre que la sección que se supone que se reúna tres veces a la semana, solo lo hará dos. Además, no hace referencia al libro, no usa presentaciones, no da asignaciones, ni siquiera usa la pizarra.
Aparte, el estudiante será evaluado con tan solo dos exámenes a lo largo de todo el semestre y para el estudio del mismo, solo tiene como referencia los repetidos monólogos que se produjeron clase tras clase.
Qué forma tan terrible de desperdiciar nuestro dinero. Sube el crédito, pero sigue la incompetencia mientras baja la calidad de la educación. ¿Comó es que estos profesores que no le muestran una pizca de empatía ni vocación a sus estudiantes siguen impartiendo clases en el sistema universitario más prestigioso de la isla? ¿Es justo que seamos víctimas de tan poco compromiso?
La contestación es que no. Por una parte, el sistema sacrifica la educación de calidad en la Universidad de Puerto Rico en Arecibo (UPRA) con una falta de evaluación a la práctica de algunos profesores que, con permanencia no desempañan lo establecido en la Sección 3, página 38 del Manual de la facultad de la UPRA donde se establecen unos criterios específicos de evaluación.
Esto da paso a un deterioro en la calidad de enseñanza y prestigio de la institución universitaria. En la Sección 2, página 13 de dicho manual se habla sobre la misión y visión:
“Imparte (UPRA) una educación de calidad que propicia la formación integral del estudiante como ciudadano y profesional”
“Una facultad comprometida con mantenerse a la vanguardia del conocimiento y de las técnicas que fortalecen el proceso de enseñanza-aprendizaje”
¿Comó puede darse una supuesta «educación de calidad» cuando contamos con profesores que emplean técnicas de enseñanza obsoletas o tétricas, tienen poco manejo de contenido audiovisual o didáctico complementario, pobre interacción con el estudiante, no se mantienen activos en la comunidad universitaria hasta llegar al punto de perder el norte de su profesión, la cual es educar? Todo por estar cobijados bajo un beneficio de permanencia al que no hay que rendir cuentas.
No estoy generalizando. En UPRA la gran mayoría de los profesores están comprometidos con la educación y el desarrollo de ciudadanos capaces, críticos y son apasionados en su labor de educar. No podemos permitir que unos pocos los opaquen.
Triste es ver cómo el sistema nos falla a nosotros los estudiantes, cuando una de sus visiones es: “El reclutamiento y retención de estudiantes y profesores dedicados al aprendizaje, la investigación y las trasformaciones sociales”. La realidad es que muchos de los buenos profesores están por contrato, que se les renueva cada semestre y ganando mucho menos de los que tienen permanencia.
«Con respecto a la cantidad de contratos a tiempo completo y a tiempo parcial dentro de estos nombramientos temporeros, los números de UPR en Arecibo son, francamente, alarmantes. Del total de docentes sin plaza, un 84% tienen nombramientos a tiempo parcial…»
Estos representan los datos oficiales del profesor de UPRA del Departamento de Español, Jorge Lefevre Tavarez en su articulo «Algunos datos sobre los docentes sin plaza en la Universidad de Puerto Rico en Arecibo».
No podemos permitir que nos quedemos sin un buen sistema de educación universitario. Se debe evuar y exigir que se lleve a cabo una rendición de cuentas a los que por años se han lucrado de un beneficio sagrado.