La falta de intérpretes en eventos públicos: Un obstáculo para la comunidad sorda

Fotos, video y texto: Nydielis M. Ruiz González 

Aunque existen leyes que reconocen el derecho a la accesibilidad para esta población, la realidad demuestra que en muchos eventos públicos la inclusión no es una prioridad.

La falta de intérpretes para la comunidad sorda ocurre por escasez de profesionales certificados, falta de presupuesto, mala planificación y desconocimiento de parte de los organizadores. Además, cuando sí hay intérpretes de lenguaje de señas, muchas veces enfrentan condiciones inadecuadas como mala iluminación, mala ubicación en el escenario, sonido excesivo o largas jornadas sin relevo, lo que afecta directamente la calidad de la interpretación. Esta problemática limita el acceso de las personas sordas a la educación, la cultura, la salud y la participación social, convirtiendo la exclusión en una experiencia diaria más que en una excepción.

La realidad desde adentro: “No hay intérpretes suficientes”

Foto subministrada
Iraida Barreto, intérprete durante el concierto de Bad Bunny en el Choli.

La intérprete Iraida Barreto, quien cuenta con 19 años de experiencia en lenguaje de señas, proviene de padres sordos y ha trabajado para distintas compañías de interpretación, tanto en el gobierno como hospitales, universidades, conciertos, entre otros. Conoce esta situación de cerca y, para ella, la respuesta es clara: no hay suficientes intérpretes capacitados en Puerto Rico, sobre todo en eventos grandes o de alta demanda.

“En general, no. Hay una escasez significativa de intérpretes calificados disponibles, especialmente en eventos públicos, conciertos o actividades masivas. En escuelas es casi ninguno, y en hospitales apenas estamos empezando a ver cambios”, comentó.

Barreto explicó que, aunque existen intérpretes talentosos y con experiencia, la falta de regulación es otra barrera que hace difícil asegurar que siempre haya profesionales certificados disponibles. “A veces simplemente no hay nadie cualificado para el evento, y como no está regulado, se pueden contratar intérpretes sin certificación formal.”

Otro problema frecuente son las condiciones del escenario. La intérprete describió cómo la mala iluminación, la distancia, las luces parpadeantes o el sonido fuerte pueden afectar la visibilidad.

“La ubicación del intérprete es tan importante como la presencia. Si la persona sorda no puede ver bien, no importa que estemos allí”, explicó.

También mencionó que algunos organizadores subestiman la necesidad real de un intérprete. “A veces creen que poner subtítulos o letras en pantalla es suficiente, pero muchas personas sordas dependen del lenguaje de señas o de la lectura de labios. No es lo mismo.”

En eventos largos, la situación se complica aún más por la fatiga. “Deberían contratar más de dos o tres intérpretes, pero a veces, por el costo del servicio, no quieren pagar y la calidad del servicio puede verse afectada.”

Sobre si los organizadores entienden el rol del intérprete, Barreto admitió que todavía hay mucho desconocimiento. “Muchos no conocen las necesidades del lenguaje de señas. Incluso con leyes vigentes, no siempre se siguen. Falta educación, planificación e infraestructura.”

Experiencia de una persona sorda frente a la falta de intérpretes

Foto tomada por Nydielis Ruiz, una realidad común en muchos hospitales y oficinas de Puerto Rico.

Esta realidad se evidencia en el testimonio de una madre sorda entrevistada para este reportaje. Al hablar sobre su experiencia, expresó: “Yo he tenido experiencias en los hospitales donde nunca hay intérpretes, y cuando mi hija no me puede ayudar, me afecta mucho”. En el ámbito educativo, la situación no mejora. “En la escuela de mi hija se me hace difícil entender las reuniones por la falta de intérprete, aunque mis hijas me ayudan mucho”, relató. Sobre experiencias positivas con servicios de interpretación, indicó con tristeza: “Mi intérprete es mi hija mayor. No he tenido experiencia con otros intérpretes porque es difícil conseguirlos”. Aunque afirma no haber vivido muchas malas experiencias directas, sí recordó situaciones en oficinas médicas donde el personal solo hablaba despacio para que ella leyera los labios. Al preguntarle si cree que la inclusión actual es real, respondió con firmeza:

“Pienso que debería haber más inclusión para la comunidad sorda porque todavía no hay suficientes intérpretes, y se necesitan para poder tener mejor comunicación con los oyentes”.

Pérdida Auditiva en la Isla

Foto tomada por Nydielis Ruiz, mostrando el aprendizaje del lenguaje de señas y la importancia de la accesibilidad.

En Puerto Rico se estima que alrededor de 150,000 personas viven con algún tipo de pérdida auditiva, muchas de las cuales dependen del lenguaje de señas como su principal forma de comunicación. Sin embargo, existen menos de 200 intérpretes certificados activos en toda la isla, una cantidad insuficiente para cubrir hospitales, tribunales, escuelas, universidades y eventos públicos. Se calcula que solo un 20% de los eventos incorpora intérpretes de forma planificada, mientras que más del 50% de las personas sordas reporta problemas de comunicación en servicios esenciales.

Organizaciones como la Oficina Enlace de la Comunidad Sorda con el Gobierno de Puerto Rico han impulsado legislación y programas de apoyo, pero su impacto sigue siendo limitado frente a la alta demanda. Además, muchos organizadores subestiman la necesidad real, creyendo erróneamente que subtítulos o pantallas sustituyen el lenguaje de señas.

Expertos señalan que la inclusión debe trabajarse desde la planificación del evento, con presupuesto asignado, infraestructura adecuada, participación directa de la comunidad sorda y educación sobre sus derechos. La falta de accesibilidad no solo comunica desinterés, también genera cansancio emocional, aislamiento y desigualdad. No obstante, cada vez que un espacio incluye intérpretes de manera efectiva, la diferencia es inmediata: la comunidad sorda puede participar plenamente, sentirse valorada y reconocida. La inclusión real no es un favor, es un derecho.


Author: Nydielis RuizEstudiante de la Universidad de Puerto Rico en Arecibo: Departamento de Comunicación Tele-Radial

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