Por Alejandra Pagán Crespo (alejandra.pagan3@upr.edu)
El que tenga Netflix seguramente no está ajeno a esta controversia. El 9 de septiembre estrenó en dicha plataforma de streaming una película que, desde la publicación de su sinopsis acompañada de su cartel, causó controversia. Se trata de la película francesa Mignonnes (Cuties) que fue publicada por Netflix con la imagen de cuatro niñas en poses sexuales, lo que obligó a la plataforma de streaming a cambiar la misma.
«Lamentamos profundamente las ilustraciones inapropiadas que usamos para ‘Mignonnes’ (‘Cuties’). No estuvo bien, ni era representativo de esta película francesa que ganó un premio en Sundance. Hemos actualizado las imágenes y la descripción»
Publicó la plataforma de streaming en sus redes sociales
Según su directora Maïmona Doucouré, la película busca denunciar la hipersexualización de las niñas debido al comportamiento que imitan de mujeres adultas en las redes sociales. Doucouré expuso que lo que las niñas observan en las redes sociales es que mientras más sexualizada está la mujer, más éxito tiene. Estableció que Cuties quiere presentar lo confuso que puede ser la adolescencia, sobre todo en la era de las redes sociales y cuando se vive entremedio de culturas disparejas, como es la historia de la protagonista.
Hay que admitir que esto suena maravilloso y que serían muy pocos los que se opondrían a una película que dice hacer un llamado a detener estas conductas en menores de edad, pero lamentablemente el mensaje es contradictorio. La película muestra cómo Amy, una niña de 11 años, navega su proceso de crecimiento en la religión musulmana y su cultura francesa, encontrando liberación en el baile provocativo. La protagonista se une al grupo “Cuties” que son cuatro niñas que imitan pasos como ‘twerking’ para poder ganar una competencia de baile.
En cada escena de baile, las cámaras se enfocan en los glúteos y los genitales de las menores, y es ahí donde se vuelve confuso el mensaje que alega llevar la directora de esta película. Aparecen escenas en las que una de las menores sopla un condón usado y otras en las que toman fotos de los genitales de una de las niñas y la publican en redes sociales. No se puede tapar el cielo con la mano: es evidente que esto es parte de la realidad de la sociedad, pero lo que realmente muchos cuestionan es si es necesario utilizar menores para presentar un problema que se está denunciando.
Actualmente el trailer de la película tiene 73,000 me gusta y 2.1 millón de no me gusta en la plataforma de YouTube, lo que al parecer demuestra el disgusto de personas en todo el mundo. Algunos defienden la película, alegando que las malas interpretaciones son causadas por las diferencias culturales, pero los mismos franceses han levantado bandera roja con estos argumentos explicando que la cultura no es parte de este debate.
Algunos establecen que hay programas de baile que presentan cosas peores, pero ahí es donde entra en juego la finalidad de lo que se está presentando. Cuando se presentan niñas en televisión haciendo coreografías eróticas o sexuales con el fin de entretener, es claro que esto es algo perturbador. La diferencia de Cuties es que su fin no es entretener, sino presentar la explotación y la sexualización de los menores para denunciarla. Lo que se cuestiona es si escoger a cuatro niñas actrices y entrenarlas por largas horas en estos tipos de baile sea la forma correcta de crear consciencia.
Aunque la intención sea buena, no se cumple, porque el único personaje en la película que denuncia estos comportamientos es la madre de Amy. Este personaje está guiado por la rigurosidad de sus creencias religiosas, lo que de cierta forma invalida su argumento ante las diferencias religiosas de quien ve la cinta. Fuera de ese personaje, el resto de los adultos aplauden estos bailes, así que no hay una figura clara en la película que le deje saber al espectador que se está denunciado la hipersexualización de las menores.
Doucouré estableció que basó la película en los relatos de decenas de niñas que habían confesado incluso haberse prostituido a los doce años. ¿Qué más impactante que la persona misma contando su realidad? Hay otras formas de denunciar un problema sin la necesidad de imitarlo. Por eso en este caso la intención se queda corta, porque la audiencia se ve obligada a acudir a otros medios para conocer si Cuties denuncia o aplaude lo que presenta. Las intenciones se vuelven claras cuando son acompañadas por acciones. Si Doucouré expresó que buscaba crear consciencia a través de la película, entonces el propósito debía quedar claro en la misma. Las intenciones que se quedan en palabras no bastan.