Por: Jaime del Valle González (jaime.delvalle2@upr.edu)
¿El cáncer y la insuficiencia renal es posible atenderla luego de María? María llegó inesperadamente. Azotó sin misericordia y devastó a Puerto Rico en su máxima expresión. Cambió la vida cotidiana para los puertorriqueños. Los servicios básicos se vieron seriamente afectados y con ello la vida y salud de todos peligran. Esta situación es más patente en los pacientes de cáncer e insuficiencia renal, quienes padecen una enfermedad incurable y requieren de tratamiento continuo para seguir viviendo. ¿Será posible atender estas enfermedades aún después de María?
En palabras sencillas, la salud física se refiere a la condición en que se encuentra el cuerpo. Es el bienestar y buen funcionamiento de todos los organismos que componen el cuerpo humano y que lo mantienen en buen estado tanto físico como mental y emocional. La Organización Mundial de la Salud (OMS) la define como aquel estado de bienestar que va más allá de no padecer enfermedades. Incluye los análisis relacionados con la alimentación y la nutrición, así como las enfermedades que pueden preexistir y las que se pueden prevenir.
En ocasiones puede verse afectada de diferentes maneras. Influye en ello el estilo de vida de cada persona, el entorno donde vive o trabaja, la genética que posea e incluso la atención médica que reciba. Estos criterios cobran mayor relevancia cuando se habla del cáncer y del tratamiento de diálisis. La situación puede ser más complicado durante un evento atmosférico catastrófico.
El cáncer la dieta y la salud
El cáncer es una de las enfermedades más letales del mundo. Comienza cuando una célula en el cuerpo se daña, en lugar de morir se reproduce anormalmente y comienza a formar tumores. Según la célula va creciendo, el daño se expande a otras áreas del cuerpo. Si el cáncer no es detectado a tiempo, ocurre la metástasis. En palabras sencillas, metástasis significa la proliferación de las células cancerosas en todo el cuerpo. Durante la misma, las células cancerosas se separan del lugar donde se formaron inicialmente (cáncer primario), se desplazan por medio del sistema vascular o linfático y forman nuevos tumores (tumores metastásicos) en otras partes del cuerpo. El tumor metastásico es el mismo tipo de cáncer que el tumor primario.
Hay diversos tratamientos para atacar el cáncer. Sin embargo, dependiendo del órgano que haya atacado y cuán avanzado esté el cáncer será el tratamiento que se reciba. Algunos de esos tratamientos son: cirugía, radioterapia, quimioterapia, inmunoterapia y trasplante de células madres entre otros. En Puerto Rico un 39.2% de 100 mil personas sufren de cáncer cada año.
Un testimonio de perseverancia
El cáncer de hígado puede presentar síntomas parecidos a los de un virus como náuseas o vómitos. Sin embargo, los síntomas que deben preocupar son: pérdida de peso sin razón alguna, llenura luego de comer poco, pérdida del apetito y coloración amarillenta en los ojos y la piel, dolor, especialmente en la parte superior derecha del área abdominal, dolor o fatiga y la presencia de un nódulo duro debajo de las costillas en el lado derecho del cuerpo. Es posible que las personas con cáncer de hígado no experimenten síntomas. Una persona diagnosticada con cáncer de hígado debe evitar ingerir alimentos como carnes rojas, ternera, cerdo, cordero y embutidos. Además, tampoco debe comer pescado azul, atún, salmón, garbanzos, lentejas, mantequilla, grasas, margarina, lácteos y frutas ácidas y cítricas.
¿Es posible mantener la salud física luego de un desastre natural? La respuesta es en la afirmativa según nos contó Gladys Jiménez. Esta es una madre paciente de cáncer en el hígado. Su condición se complicó después del paso del huracán María, pues se le dificultaba la continuidad en el tratamiento y la dieta.
“El problema principal era no tener agua ni luz.” Se hacía muy difícil preservar las bebidas líquidas y los alimentos que lleva en su dieta. La misma consiste mayormente de frutas y vegetales. Mantenerlas refrigeradas era un reto. Para Gladys la ayuda de sus familiares y vecinos fue crucial en su tratamiento. Ya fuera llevándole una caja de agua o preservando parte de sus alimentos logró mantener los mismos refrigerados y seguir hacia adelante.
“No quiero ni imaginarme lo que hubiera pasado si mis vecinos no me ayudaban o que no tuviera una planta.” Gladys no pudo seguir su dieta completamente por la escasez de alimentos luego del paso del huracán María. Era difícil conseguir las frutas y vegetales necesarios tanto en los supermercados como en los restaurantes, esto sin contar las inmensas filas que tenía que hacer. Sin embargo, Gladys lo logró con perseverancia y ayuda de amigos y familiares.
¿Existe realmente una crisis alimentaria en Puerto Rico, luego del paso de María? Hay serias discrepancias sobre ese hecho. Jose Ayala, vicepresidente de Transporte Crowley, informó que en los puertos se encuentran alrededor de cuatro mil contenedores de diferentes comercios que no han levantado su mercancía y esto evita que entren otros embarcaderos con suministros. Si habían llegado los vagones con la ayuda, ¿por qué entonces habían góndolas vacías en los supermercados? Según Ayala, no hay crisis alimentaria en Puerto Rico. Fundamenta su alegación en que el 50% de los cuatro mil contenedores contienen alimentos y bebidas. La falta de alimentos en los supermercados y lugares de comida es que sus almacenes no son lo suficientemente grandes para almacenar la mercancía existente en los puertos. Además, cuando los ponen para la venta se acaban rápido por la necesidad urgente que está pasando la población de Puerto Rico.
Si desea más información sobre cáncer de hígado acceda aquí.
Peligran sus vidas por falta de electricidad
¿Has escuchado hablar de la insuficiencia renal? Esta se produce cuando los riñones no son capaces de filtrar adecuadamente las toxinas y otras sustancias de desecho de la sangre. La enfermedad renal empeora lentamente hasta llegar a una condición crónica. En esta etapa los riñones ya no pueden proveer las necesidades del cuerpo. Si los riñones fallan, necesitaran tratamiento para realizar las funciones que normalmente tienen que realizar. Las opciones de tratamiento son la diálisis o un trasplante renal. Los mismos son necesarios para poder salvar la vida del paciente. La diálisis es el más común de los dos. Una de las razones es por la falta de donantes para el trasplante, así como el costo y riesgo del mismo. Hay varios tipos de diálisis. Todas cumplen la misma función: eliminar los desechos líquidos del cuerpo para evitar que la sangre se intoxique el paciente continúe con vida. Según el PR Renal Health & Research, Inc. Puerto Rico atiende una cifra de 5,076 pacientes que necesitan diálisis para sobrevivir.
Hace seis años que Jose González Feliciano, de 80 años de edad, es un paciente renal. Padece de diabetes y recibe diálisis tres días a la semana. “Me diagnosticaron ambas condiciones hace seis años.” Recibe el tratamiento de diálisis ya que sus riñones no funcionan completamente. “Recibo el tratamiento en el Fressenius Center en Arecibo.” El tratamiento de diálisis se lo dan en la pierna izquierda donde tiene una fístula. “Después del paso de María tuve que continuar mi tratamiento en el Hospital Metropolitano en lo que el centro conseguía una planta eléctrica.” Como consecuencia de ello hubo cambios en el horario del tratamiento, horas que recibía el mismo y tuvo que violentar el toque de queda para poder llegar al tratamiento. Lleva una dieta baja en líquidos, ingiere frutas y las porciones de sus comidas son medidas.
El Dr. Milton García Guzmán, dirigente del Centro de diálisis Fressenius en Arecibo, explica que el huracán María causó daños severos a los pacientes de diálisis.
“Con el paso de María perdimos la planta de electricidad que teníamos en el centro; tuvimos que comprar otra lo más pronto posible.” Según el Dr. tuvieron que enviar pacientes al hospital Metropolitano en Arecibo en lo que conseguían la planta y el centro volvía a la normalidad. “En cuanto conseguimos una planta comenzamos a ofrecer nuestros servicios a los pacientes lo más pronto posible”. La cantidad de pacientes, así como la necesidad del tratamiento era tan primordial que no daban abasto en el centro y por esa razón hubo que enviar pacientes al hospital metropolitano. “Aunque ya teníamos planta para energizar el centro, no teníamos la suficiente maquinaria para atender a tantos pacientes cuando venían después del huracán.” No recibir el tratamiento en el tiempo correspondiente ni llevar la dieta correspondiente puede ser mortal para un paciente de diálisis. La falta de electricidad y agua potable trastocan el servicio que se da a estos pacientes por lo que en el centro se tomaron medidas para continuar con los servicios, aún durante la crisis que estaba viviendo el país.
José pudo continuar con su tratamiento de diálisis, porque en el centro Fressenius en Arecibo, lograron adquirir generadores de electricidad y acuerdos con los hospitales que permitieron la continuidad de los procesos. Esa, sin embargo, no ha sido la situación en los pacientes del área este del país. Los centros de diálisis no cuentan con electricidad y el alto costo de la gasolina y Diesel les dificulta dar el tratamiento completo. En ocasiones han tenido que cesar inmediatamente. el tratamiento y devolver la sangre a los pacientes para evitar la muerte del mismo. Si no hay agua potable tampoco pueden dar el tratamiento. Según el administrador de uno de los centros, lo más difícil es decirles a los pacientes que no pueden recibir el tratamiento porque todos saben que sus vidas peligran.
Si desea más información sobre el proceso de diálisis acceda aquí.
Un evento atmosférico puede causar problemas en nuestro diario vivir, los servicios esenciales de la sociedad y nuestra salud. Sin embargo, es posible mantenerse saludable aún con una condición de salud seria y de tratamiento continuo. Se logra con la ayuda de familiares y amigos, pero sobre todo siguiendo las recomendaciones médicas y dando todo nuestro empeño. Así también, los eventos atmosféricos son un reto para los centros de salud. Dirigir uno en situaciones como las del huracán María no fue fácil, pero el compromiso con la salud de los pacientes hace todo posible. De esta experiencia todos debemos reflexionar. Es imprescindible que preparemos nuestros planes de emergencia y los revisemos periódicamente para estar listos ante emergencias inesperadas que puedan afectar nuestra salud al extremo de llegar a la muerte.