En la tierra de poetas y narradores, el legado literario de Puerto Rico se ve amenazado por la vorágine digital de las redes sociales.
¿Estamos permitiendo que la rica tradición literaria de nuestra isla se desvanezca en el ciberespacio, eclipsada por la inmediatez y la superficialidad de las plataformas digitales?
Puerto Rico ha sido cuna de grandes escritores y poetas cuyas obras reflejan la identidad y la historia de nuestra cultura. Sin embargo, el auge de las redes sociales está desplazando lentamente la atención de las generaciones jóvenes lejos de las obras literarias clásicas y contemporáneas que definen nuestra herencia literaria.
La literatura no solo enriquece nuestras mentes, sino que también moldea nuestra percepción del mundo y fortalece nuestra identidad cultural. El predominio de las redes sociales, con su enfoque en la inmediatez y la brevedad, podría estar limitando la capacidad de las nuevas generaciones de conectarse con la riqueza de la literatura puertorriqueña.
Según el análisis presentado en El Vocero en el artículo «Somos o no lectores en Puerto Rico», se evidencia una disminución en el hábito de la lectura de la isla, especialmente entre los jóvenes, en un contexto donde las redes sociales ganan terreno como principal fuente de entretenimiento e información. Este cambio de preferencias podría estar contribuyendo al debilitamiento de la apreciación por la literatura local y universal.
En la plenitud de nuestras palabras y en la poesía de nuestros versos, yace el alma de Puerto Rico, tejida con hilos de literatura y sueños. En un mundo donde la tecnología nos envuelve, recordemos que las letras son nuestra ancla en la tormenta, nuestra brújula en la oscuridad.
Protejamos y celebremos la literatura puertorriqueña, antes de que se pierda en el ruido digital y el eco de nuestras voces se apague en el silencio de la indiferencia. ¡Que la pluma siga danzando en nuestra isla, recordándonos quiénes somos y de dónde venimos!