
Usuarios recurren a redes sociales en busca de respuestas emocionales, sustituyendo la terapia profesional.
El autodiagnóstico en redes sociales es un fenómeno en el que muchas personas, principalmente adolescentes y jóvenes adultos, intentan identificar por sí mismas un trastorno psicológico basándose en información de TikTok, Instagram, YouTube y otros blogs, sin acudir a un profesional. Esto ocurre cada vez con más frecuencia debido a la viralidad y accesibilidad inmediata de los contenidos, que incluyen tests rápidos, listas de síntomas y experiencias personales, así como videos de supuestos psicólogos o influencers que describen síntomas y asignan automáticamente una “condición” a quienes se sienten identificados.
Según Johns Hopkins Medicine https://www.hopkinsmedicine.org/news/articles/2023/08/social-media-and-self-diagnosis «Los usuarios recurren a estas plataformas porque buscan entender lo que sienten, identificarse con historias similares, evitar el estigma y acceder a información rápida y gratuita». Aunque estas publicaciones pueden ayudar a normalizar emociones y generar conciencia sobre la salud mental, también conllevan riesgos.
De acuerdo a The National News https://www.thenationalnews.com/health/2024/05/30/experts-urge-caution-as-more-self-diagnose-mental-health-and-psychiatric-conditions/? «Por una parte, la información suele ser simplificada, generalizada y diseñada para atraer atención, lo que puede llevar a falsas identificaciones con trastornos, confundir malestares normales como estrés o tristeza con enfermedades, retrasar la búsqueda de ayuda profesional e incluso fomentar conductas inapropiadas como el aislamiento o la automedicación.»

La Dra. Martínez, psicóloga de la Universidad de Arecibo (UPRA), recibió a este medio para conversar sobre este fenómeno y aportar su perspectiva profesional. Con amplia experiencia en salud mental y educación psicológica, aclaró que los videos virales proporcionan información de manera sencilla, rápida y emocionalmente cercana, generando una falsa sensación de claridad.
“Cuando el contenido proviene de personas con las que los usuarios se identifican, se produce una ilusión de confianza que rara vez se cuestiona, lo que incrementa la tendencia al autodiagnóstico”, aportó la Dra. Martínez.
Sobre las barreras que impiden a las personas acudir a psicólogos o médicos antes de buscar respuestas en línea, aclaró la Dra. Martínez que factores como el estigma, los altos costos, los tiempos de espera o la falta de servicios en ciertas comunidades son determinantes. “Muchas personas sienten vergüenza o miedo a ser juzgadas por buscar ayuda profesional, y esto limita significativamente su acceso a atención adecuada”, aportó. También añadió que la cultura digital de inmediatez fomenta la búsqueda de soluciones rápidas, ya que los usuarios están acostumbrados a obtener información instantánea a través de videos, publicaciones o tests en redes sociales.
En contraste, acudir a un profesional requiere tiempo, introspección y compromiso, procesos que no siempre resultan cómodos o accesibles para quienes buscan respuestas inmediatas. Por ello, la Dra. Martínez destacó la importancia de educar sobre la relevancia de la atención profesional y de crear espacios donde los jóvenes y adultos puedan sentirse motivados y seguros para consultar a especialistas en salud mental.
Respecto a los riesgos del autodiagnóstico, la Dra. Martínez aportó que el principal problema es llegar a conclusiones incorrectas. Además, la especialista explicó por qué el contenido viral suele ser más atractivo que la orientación profesional, y señaló que los profesionales pueden competir con la información viral creando contenido accesible, breve, claro y visual, mostrarse cercanos y humanos, y colaborar con creadores responsables para educar al público.
“De esta manera podemos recuperar la confianza y presencia en espacios digitales, sin dejar de ofrecer información basada en evidencia”, concluyó la Dra. Martínez.
Por eso, los expertos insisten en que las redes deben usarse como herramientas educativas y motivadoras, pero nunca reemplazan la evaluación de un psicólogo o psiquiatra, que requiere contexto, historia clínica y pruebas específicas, y que buscar ayuda profesional es clave cuando los síntomas interfieren con la vida diaria.
El autodiagnóstico en redes sociales puede tener consecuencias emocionales y sociales importantes. Al etiquetarse con un trastorno sin evaluación profesional, las personas pueden experimentar ansiedad, culpa o miedo innecesario, y modificar la forma en que se perciben a sí mismas y se relacionan con los demás. La exposición constante a contenido viral sobre salud mental, incluyendo ejemplos de supuestos psicólogos que muestran síntomas y asignan una supuesta condición, también puede generar comparación social y sensación de urgencia por “identificarse” con ciertos síntomas, aumentando la presión emocional.
Un estudiante dio su testimonio sobre cómo las redes sociales pueden funcionar como un apoyo psicológico cuando no hay otra alternativa. Edanis Hernández, estudiante de cuarto año de Comunicaciones en la Universidad de Puerto Rico en Arecibo (UPRA), relató que en momentos de ansiedad o cuando no tiene con quién desahogarse, acude directamente a la inteligencia artificial en busca de ayuda inmediata. Señaló que suele enviar notas de voz a ChatGPT describiendo cómo se siente, y recibe respuestas que incluyen recomendaciones de autocuidado y recordatorios de buscar apoyo profesional. Aunque entiende que estas tecnologías generan controversia, Hernández cree que utilizadas de manera responsable, pueden ofrecer un apoyo inmediato cuando las emociones se acumulan y no hay otra alternativa disponible.
El autodiagnóstico no siempre debe verse como algo negativo ni como una práctica que deba evitarse por completo. Puede servir como una herramienta inicial para la salud mental, ya que fomenta el reconocimiento de lo que uno siente, uno de los aspectos más valientes del proceso. Sin embargo, no debe sustituir la ayuda de un profesional. El autodiagnóstico puede servir para ayuda a las personas a identificar cómo se sienten y qué podría estar afectándolas, siendo a menudo el único lugar donde tienen acceso a información sobre salud mental.
También ayuda a encontrar comunidades de apoyo y recursos, que pueden servir como el primer paso para entender los síntomas, especialmente cuando alguien siente que sus preocupaciones no son “validas” o no tiene apoyo cercano. Plataformas como ChatGPT exhortan a buscar ayuda profesional, precisamente para evitar relaciones parasociales y promover un acompañamiento adecuado. Hoy día, muchos influencers promueven el reconocimiento emocional y crean espacios para ofrecer apoyo y orientación a sus seguidores.
Por otro lado, la información en redes no suele considerar factores contextuales esenciales, como la historia personal, la frecuencia e intensidad de los síntomas, o la interacción con el entorno, elementos que son fundamentales para un diagnóstico real. Según Johns Hopkins Medicine y The National News «Los especialistas recomiendan complementar la información encontrada en redes con fuentes confiables, acudir a profesionales ante síntomas persistentes y usar las plataformas como apoyo educativo y no como sustituto de atención clínica, garantizando así un manejo más seguro y consciente de la salud mental.
Si estudias en la Universidad de Puerto Rico en Arecibo (UPRA) y requieres apoyo psicológico, puedes contactar a la Dra. Martínez, psicóloga del instituto, a través del siguiente correo: lisa.martinez@upr.edu
