Por: Keliane M. Jiménez Guerrero
Ilene Vázquez González, la mujer de los 20 sombreros, se caracteriza desde pequeña por ser una joven luchadora y autodidacta. Una de sus mayores pasiones es el emprendimiento, área en la que en la que se ha desempeñado y ha tenido gran éxito con su negocio “Eiblin Studio”. Desde su niñez ha tenido el hambre por salir hacia adelante y comerse el mundo, sin importar cuán difícil sea el proceso o las circunstancias.
Ilene, quien tiene actualmente 20 años de edad, creció y se crió hasta sus 15 años, en el residencial Enrique Zorrilla, en el pueblo de Manatí, junto a su madre, padrastro y hermanos. Desde muy pequeña trabajó incansablemente por salir hacia adelante y buscarse el peso honradamente. Eso no fue obstáculo para que la joven gozara de una infancia muy divertida, llena de amor, pero sobre todo, felicidad. Su niñez fue muy activa, ya que practicaba diferentes deportes como el balompié, baloncesto, softball, boxeo y voleibol, entre otros. “Eso era lo bueno de vivir en un residencial, ahí el deporte estaba al extremo y siempre estaba activo”.
Además, desde niña ayudaba a su madre y a su padrastro a realizar ventas de catering por todo el residencial donde residía. Iban tocando puerta por puerta de cada apartamento para, con entusiasmo, ofrecer sus servicios y productos. La joven confeccionaba pulseras con hilo de pescar, paletas de chocolates y hasta diferentes tipos de dulces para ofrecerle a sus vecinos. Para Ilene nada fue color de rosas en ese momento, ya que día a día se topaban con personas que simplemente las miraban desde una ventana y no le abrían sus puertas.
“A muchos les gusta criticar, pero no apoyar; tuve la experiencia de que me cerraron puertas en mi cara, pero yo nunca permití que eso me afectara”.
Para Ilene, quien tiene un gran parecido con la princesa Pocahontas, por su gran melena de color negro, rendirse nunca es una opción. Al contrario, siempre se recalca a sí misma que si alguien le cierra una puerta, ella seguirá hacia adelante. Desde el comienzo supo que nada sería fácil, ya que por ser menor de edad el tema de la permisología para crear un negocio es bastante complicado. “Tener un negocio no es “cáscara de coco”, como en muchas ocasiones las personas piensan, ya que aquí en Puerto Rico para lograr tener un emprendimiento tienes que fajarte demasiado”.
Su mayor necesidad era que en su hogar siempre hubiera un plato de comida para todos, y gracias a que su madre y su padrastro son muy trabajadores, este nunca les hizo falta. Cabe destacar que su madre, además de dedicarse a la venta de comidas, trabajó desde sus 26 años hasta sus 30 años de edad en el restaurante de comida rápida, Burger King. Ante tanto sacrificio agradece con gratitud que en su humilde hogar nunca faltó el pan de cada día en su mesa. Incluso, desde sus 10 años trabajó, Ilene junto a su abuela limpiando casas, donde se ganaba unos pesitos para poder satisfacer sus necesidades.
“Yo siempre he sido de las personas que ahorran y llevan bastante bien sus finanzas”, dice. Es a sus 14 años de edad, cuando decide ahorrar una cantidad de dinero, la cual utilizó para comprar ingredientes con los que comenzó a confeccionar una variedad de flanes y dulces. La venta de flanes se convirtió en su primer negocio, el cual tuvo mucho éxito. Creaba órdenes al por mayor para diferentes actividades, como por ejemplo, para bodas. Además, gracias a su primer negocio fueron surgiendo con gran éxito sus demás proyectos.
Su primer estudio fue realizado desde cero en medio de la pandemia del COVID-19, en la parte trasera de su hogar de donde decidió trasladarse por razones de privacidad. Hoy día es dueña de un local más amplio, en el pueblo de Manatí, donde continúa con sus negocios y el ofrecimiento de talleres, en el cual educa a otras personas para que tengan la oportunidad de salir hacia adelante como ella lo está haciendo. En su estudio actual reina el color rosado, lo que hace resaltar el poder femenino, la seguridad y la sensibilidad. En su negocio exaltan la belleza de la mujer: el motor de su negocio.
Por ser la mujer de los 20 sombreros, se añade su línea de accesorios, elaborados por ella misma, la cual hasta el momento sigue formando parte de su local, junto a su boutique y su salón de estética. Gracias a su pequeño negocio de accesorios tuvo la oportunidad de comprar su primer carro sin la necesidad de pedirle un solo centavo a sus padres. Desde el comienzo de sus proyectos, la joven decidió nombrar su negocio Eiblin Studio, y este lo eligió ya que es su nombre en griego.
“He recibido mucho apoyo desde mis comienzos, cuando no tenía un salón fijo, luego cuando tuve mi primer local y ahora con este. Te diría que más te apoyan las personas que no te conocen, que las mismas que ves a diario”.
La joven conoce muchas personas que han dejado sus negocios a un lado porque no han contado con el apoyo de sus familiares. «Cada uno debe demostrar que estando o no estando solos tienen la fuerza y la valentía para lograr sus metas y alcanzar sus sueños». De niña Ilene, no pensaba que alcanzaría todo lo que ha logrado hasta el momento, pero hoy día se pregunta ¿Qué sería de mí, si no lo hubiera logrado?
Vázquez, reconoce que le queda mucho camino por recorrer, ya que no tiene como opción tener por siempre un pequeño negocio, si no que sus pensamientos fluyen alrededor de una empresa macro. Cabe destacar que su principal objetivo en estos momentos es motivar a los jóvenes a que decidan emprender y crear sus propios negocios. La joven logró sacar a su padrastro de la empresa que por 15 años había laborado, para que pudiera comenzar a trabajar de manera independiente. Incluso su hermana quien trabajaba como gerente, actualmente se encuentra laborando junto a Vázquez en su estudio, donde se encuentra otra joven a la cual Ilene le ha abierto las puertas de su local para que explote todo su potencial.
“A las chicas que trabajan aquí siempre les digo que ellas se están preparando en «Eiblin Studio», pero que yo quiero verlas ser grandes, yo no quiero verlas todo el tiempo trabajando para mí. Ellas se preparan en mi estudio para ser grandes en el futuro”. Su objetivo es que sus empleadas tengan su propio salón o academia, ya que si ella desde abajo logró comerse el mundo los demás pueden hacerlo.
Ilene cuenta con una gran cantidad de diplomas en su profesión, en términos estéticos y de belleza. Incluso, el año pasado se graduó de estética médica y en la actualidad se encuentra tomando una breve concentración en dermatología clínica en España. Además, está tomando diferentes módulos de micropigmentación en los países de Brasil y México. Cabe destacar que es estudiante de la Universidad de Puerto Rico en Arecibo (UPRA) en el bachillerato en Comunicación Tele-Radial.
Para la empresaria ha sido un proceso tedioso en cuanto a estudiar y trabajar, el poco descanso ha sido habitual, pero se encuentra confiada en el proceso y enfocada en la meta que tiene propuesta. “Yo digo que uno se muere y uno va a descansar, por eso este es el momento de vivir y fajarse por lograr sus sueños”.
Todos sus logros se los atribuye al apoyo y crianza que le dio su familia. Desde pequeña sus padres le inculcaron, que para ganarse las cosas tenía que trabajar muy duro. Incluso, fueron ellos quienes la encaminaron por la ruta del emprendimiento, el cual ha seguido fielmente hasta el día de hoy. Su familia y su pareja han sido su inspiración en todo este arduo recorrido. Nunca la han dejado sola y siempre han estado a su lado para darle fuerzas y palabras de aliento para seguir hacia adelante. “Después que mi familia esté bien, yo voy a trabajar hasta el último momento, así no descanse ni un solo día”.