Por: Reuel Torres (reuel.torres@upr.edu)
«Los escritores- cuando menos aquellos que corren auténticos riesgos, que están dispuesto a jugarse el todo por el todo y llegar hasta el final- tiene en común con otra casta de hombres solitarios: los individuos que se ganan la vida al billar y dando cartas» –Truman Capote-
Al comienzo de una inspiración hay una situación o preocupación de fondo. Hay sentimientos, ideologías, experiencia y muchas de las veces, sufrimiento. Aprendemos que cada palabra que escribimos debe ser complementada y formar oraciones de alguna manera. Oraciones que nos describen y de manera subjetiva dan a conocer una verdad que va mas allá de la realidad que aparentamos.
Este fue el caso de Truman Capote, un hombre que nació en Nueva Orleans EE UU en 1924. Su nombre verdadero era Truman Streckfus Persons y el apellido Capote le fue dado por un negociante agricultor que se casó con su madre después del divorcio, cuando el pequeño Truman solo tenía cuatro años de edad. Esto provocó en el niño una inestabilidad emocional como en todos los niños que a menudo pasan por esta situación. La división de tiempo entre ambos padre y la aceptación de tal problemática a su edad era inconcebible. Escribir desde siempre se convirtió en la manera en que podía liberar tantos sentimientos que desde niño tenía que cargar sobre su espalda; describía este ejercicio como palear la soledad.
“La escritura dejó de ser divertida cuando descubrí la diferencia entre el escrito bueno y malo y, aún más aterradora, la diferencia entre éste y la verdadera arte. Y después de eso, vino el látigo”. Truman Capote
A los dieciocho años debutó como periodista en The New Yorker y a los veintiuno dejó el periódico y publicó un relato, Miriam, en la revista Mademoiselle, que consecuentemente atrajo la atención de los críticos y fue seleccionado para el volumen de cuentos del premio O’Henry de 1946. Luego del éxito que tuvo siendo aún un joven, comenzó a escribir la novela Otras voces, otros ámbitos (1948) la cual le tomó dos años. Una novela que contiene entre líneas datos biográficos de su vida, fue personificado por el personaje principal, Joel Knox. Un niño que busca su identidad y adopta un transvestido como padre adoptivo. Es uno de los primeros libros en publicar el tema de la homosexualidad abiertamente, describir la polémica que se vive en la sociedad del sur estadounidense y cómo el racismo, los estereotipos y el rechazo social afecta su vida. Descarga todas sus energías en la novela a través de cada personaje, así dando a conocer con caracteres diferentes sus problemáticas e inquietudes personales.
En el campo del periodismo se le conoce a Truman Capote como el padre del Nuevo Periodismo, un género híbrido desarrollado en las década del 60 y 70 en Estados Unidos, que combina la ficción narrativa y el periodismo de reportaje, dentro de una nueva concepción de la relación entre realidad y ficción. Su obra, que lo llevó a posicionarse con este tan reconocido género, fue A sangre fría (1966), que tardó siete años en escribir. Sin embargo, desde su inicio no dudaron los críticos en reconocerlo como la obra más dura y significativa de los años setenta. La novela se considera en inglés como non-fiction novel y relata el caso real del asesinato de la familia Cutters, basándose en documentos policiales y el testimonio de los implicados. La historia se origina en Kansas donde acontece un asesinato despiadado a mano de dos jóvenes, Perry Smith y Dick Hickock, quienes fueron posteriormente acusados y condenados a la ahorca. Capote llevó a cabo una dilatada investigación de los terribles hechos que relata y realizó numerosas entrevistas, manteniendo un estrecho contacto con los asesinos antes de ser ejecutados. Narrada con detallado realismo y una fría distancia, la novela es en un estudio incisivo de la América de su época que expone el desorden y la violencia que laten bajo una feliz apariencia de progreso y desarrollo.
“Porque mientras estás en esta vida, siempre tienes algo esperándote y aunque lo sepas y sepas, además, que es algo malo, ¿Qué le vas a hacer? No puedes dejar de vivir”.
Capote era un hombre que además de sentirse apasionado por la escritura, sentía un dolor y una preocupación inmensa por lo que sucedía en su época. Su origen precisamente no era Capote, y su historia además de ser profunda por ser un reflejo de su propia vida, no buscaba necesariamente subrayar lo complicado de una situación, sino hallar y condenar la injusticia en ella.
(Texto publicado originalmente en: reueltorres.wordpress.com)
