Por: Catherine Cintrón Pérez (catherine.cintron@upr.edu)
Mi papá es un señor de 60 años que se pasa escuchando esos analistas en NotiUno, que de lo más que hablan es de política. Siempre que nos vemos, terminamos hablando del gobierno de este País y como yo me voy a tener que «Jooooo…» cuando me gradúe por falta de trabajo, y siempre concluye su opinión con la típica frase de «Es mejor morirse uno chiquito».
Es verdad lo que dice papá, y ambos coincidimos en que saber de política y al menos entender lo que pasa en la Isla es importante. Siempre hemos detestado ese tipo de personas que viven ajenos del mundo en el que viven.
Los otros días, estaba conversando con un amigo y el tema, uno controversial -«¿Vas a votar?»
Lo estaba tratando de convencer de que sacara su tarjeta electoral y tomara una postura ante estas elecciones, que pienso son tan diferentes. Terminé con un mal sabor al notar cómo mi amigo vive sus días sin importarle el futuro de la Isla. Quedé decepcionada y definitivamente se me quitaron las ganas de continuar una amistad con una persona así.
Mi papá y yo entendemos que existe una diferencia entre ser un fanático de la política a por lo menos, entender qué pasa y por qué. La cuestión es no vivir dentro de una burbuja.
Sé que los medios nos saturan la política por ojo, boca y nariz. No todo es política, ¡y por supuesto! Mas sin embargo, mucho que nos han costado los de arriba. Por esta misma razón es que en estas elecciones no voy a votar ni rojo, ni azul, y verde tampoco. Y hasta hoy por el tema de la política, pero antes, mi frase favorita de Albert Einstein:
«Locura es hacer la misma cosa una y otra vez esperando obtener diferentes resultados»
