Las noticias falsas se han convertido en la orden del día en medio de una pandemia y guerra entre países.
Por: Keliane M. Jiménez Guerrero
Han sido grandes las cantidades de noticias falsas que se han difundido desde la llegada del COVID-19 y el comienzo del enfrentamiento entre Ucrania y Rusia. Uno de los casos más recientes ha sido la publicación de un video en el cual se observa un avión estrellarse tras ser derribado. Muchos medios de comunicación aseguraron que se trataba de un avión de combate ruso, derribado por la defensa aérea de Ucrania, lo que era totalmente falso. Me parece alarmante ver cómo el periodismo y los medios de comunicación han cambiado su narrativa y han dado por buena la falta de transparencia y la desinformación al momento de brindar una noticia.
Como si fuera poco, recientemente se publicó una noticia donde se informaba y se mostraban imágenes sobre el fallecimiento de una embarazada tras el ataque ruso a un hospital de maternidad en Ucrania. Esta noticia ha sido desmentida una vez se descubrió que la mujer que se presentaba en las imágenes es la famosa influencer y modelo ucraniana, Marianna Podgurskaya. Lo triste y lamentable de la situación es que periódicos locales como El Nuevo Día difundieron la información como verdadera, lo que nos demuestra la poca dedicación y empeño que nuestros medios de comunicación tienen al corroborar los datos que le son brindados.
La periodista Sandra Rodríguez Cotto en un artículo de opinión publicado recientemente mencionó: “Con la guerra, llevamos varias semanas viendo cómo se manipula la información. La mordaza mediática se impone y busca simplificar la discusión de un tema tan profundo como es el conflicto entre Ucrania y Rusia, y el rol de Europa y Estados Unidos, es una guerra de desinformación”.
Como estudiante de Comunicaciones y futura periodista puedo decir que me siento decepcionada y avergonzada con el mísero trabajo de investigación y corroboración de datos que nuestros medios de comunicación han tenido ante situaciones tan importantes como el COVID-19 y el enfrentamiento entre Rusia y Ucrania. Nos ahogamos entre el mar de tanta información falsa y eso nos duele. Urgen periodistas y medios de comunicación serios y comprometidos que tengan como prioridad llevar la verdad con objetividad, pero sobre todo con veracidad.
¿Dónde queda la credibilidad y la ética de nuestros periodistas? Es inaceptable lo que estamos viviendo con nuestros medios de comunicación, nuestros lectores merecen estar informados de la mejor manera. Es totalmente injusto que nuestra sociedad tenga que cuestionar si una noticia publicada por nuestros medios es cierta o totalmente falsa, me parece aberrante, pero sobre todo vergonzoso.
Es triste cómo nos engañan y nos desinforman a las personas que día tras día depositamos nuestra confianza en cada uno de nuestros medios de comunicación esperando la verdad, pero solo obtenemos mentiras. Comiencen a respetar a nuestros ciudadanos y a darles el valor que se merecen porque todo periodista tiene la responsabilidad de trabajar para el pueblo con ética y credibilidad. Incluso, El Canon 3 del Código de Ética de la Asociación de Periodistas de Puerto Rico añade que la información que difunda todo periodista debe ser balanceada y clara, lo que nos indica que no debe traer confusión a sus lectores.
Además, Periodistas como Ricardo Cortez han comentado que lo más que extrañan del periodismo tradicional es la corrección con la que se enviaba cada mensaje, donde no se permitían errores. “Están dando por bueno la chapucería que se está creando y a causa de esto se envían mensajes mal redactados, con horrores de escrituras y hasta el mismo mensaje lo llevan de la manera incorrecta porque no se toman el tiempo de corroborar la información que se quiere enviar a nuestra sociedad”, agregó.
Incluso Javier Darío Restrepo, periodista colombiano dijo que siempre ha sido y será necesaria la credibilidad en los medios informativos, hasta el punto de que se puede afirmar que un medio sin credibilidad es prescindible.
“El inmediatismo no deja espacio ni tiempo para la confirmación, ni para el análisis de los hechos; la ausencia de fuentes, a su vez, propicia las informaciones caprichosas, subjetivas, y sin apoyo en el hecho real.»
Javier Darío Restrepo
Dentro de tantos conflictos que se viven a través del mundo es lamentable que nuestra gente tenga que lidiar con la desinformación que nuestros medios de comunicación nos crean. El publicar información incorrecta puede en muchas ocasiones costar vidas, crear caos o guerras como ha sucedido en diferentes ocasiones, nuestra gente no es un juego, necesitamos que nuestros periodistas y medios de comunicación comiencen a trabajar con ética, credibilidad y responsabilidad.