Tarde o temprano, todos vuelven a sus raíces, especialmente en la industria de la música. El pasado 22 de septiembre, Rubén Blades regresó, de manera amarga y dulce, a su raíz.
El Bohemio y Poeta de la Salsa se presentó en el Coliseo de Puerto Rico y durante cuatro horas, conmemoró sus 50 años de música al son de canto, charla y reflexión sobre el mundo actual. A través de frases tales como: “el poder no corrompe, el poder desenmascara”, aludió a sus años como funcionario en el Ministerio de Turismo en Panamá.
Desde su primer álbum con Pete Rodríguez, De Panamá a Nueva York (1970), a su último disco con la Orquesta de Roberto Delgado (2017), Blades ha hecho excursiones que han dejado a muchos de sus fanáticos boquiabiertos. ¿Quién tendrá los pantalones bien puestos para hacer un regreso al “big band” que estableció un precedente para la salsa? Blades siempre ha jugado con las convenciones de la salsa y su nueva excursión al “big band”, es su nuevo juguete.
El «big band», una tendencia en el jazz que fue popular entre los 1920 y 1950, se distinguió por tener a 15 musicos o más tocando jazz en conjunto. Esta incarnacion de Blades hace un regreso a los orígenes de la salsa en Nueva York, remanentes de los tiempos del Palladium cuando fue deleitada por desconocidos como Tito Puente, Tito Rodríguez y Machito y sus Afrocubans, quienes establecieron las bases para la explosión salsera de los setenta y actualmente se les conoce como «the big three».
Entre las canciones reconocidas que Blades interpretó, se encontraban Juan Pachanga y Paula C, la primera que realizó con la Fania All Stars en Rhythm Machine (1977) y la segunda con Louie Ramírez y sus Amigos (1978). El poeta a su vez hizo un recuento por composiciones victimarias del olvido colectivo como Las Calles, La Mora, entre otras.
Otros temas que el cantautor interpretó y sus fanáticos identificaron fue Plantación Adentro, la historia de un esclavo colonial víctima de violaciones a sus derechos humanos. Maestra Vida es la conclusión del primer álbum conceptual original de la salsa y Pedro Navaja, una de las historias más reconocidas de América Latina.
Dos cosas quedaron claras esa noche: a lo largo de 50 años, Rubén Blades ha marcado -para bien o para mal- el evangelio de la salsa y que el «big band» tiene a Blades enamorado.
En uno de sus recorridos, Blades hizo un regreso a su memoria colectiva con la interpretación de Todos Vuelven. Esta canción aparece en su primer disco con Seis del Solar, Buscando América (1984).
En la pantalla de fondo se podían apreciar fotos en las que Blades aparece con personas que el cantautor indicaba que, aunque ya murieron, sus vidas son recordadas a través de sus obras. Artistas de la salsa como Héctor Lavoe e Ismael Rivera, a cantantes de rock como Lou Reed. Estos influyentes cobran vida cuando hablamos del regreso que Blades ha realizado al «big band».
Al Blades reconocer la importancia de estos grandes maestros cuyas vidas son recordadas a través de sus obras, nos regala una lección importante: todos vuelven a la raíz, y esto incluye a los bohemios y poetas.
Excelente reseña. Incluso las charlas que Blades ofrecio para explicar sus temas fue el marco perfecto para presentarlos.