Las mujeres siempre han estado sometidas a los estándares y prejucicios que les impone la sociedad. Todo el mundo asume que puede tener una opinión sobre su vida, sobre todo de aquellas que son madres solteras y trabajadoras. Se tiene poco en cuenta que en la actualidad, para bien o para mal, la realidad es que mamás que laboran fuera del hogar, a menudo se apoyan de una crianza móvil porque están cansada después de un largo día de trabajo .
En Puerto Rico, el Negociado del Censo de 2019 apunta a que la participación laboral de las mujeres jefas de familia representa el 42% de todos los hogares, y las mujeres representan el 43.9% de la fuerza trabajadora del país. De estos, el 57% de los hogares, cuyas jefas de hogar son mujeres, viven bajo el índice de pobreza.
Son pocos o muchos de los comentarios que se escuchan a diario hacia las madres que permiten que sus hijos usen dispositivos electrónicos.Todo esto, sin saber que en muchas ocasiones es “mamá” la que tiene que asumir trabajos desgastantes para sacar adelante a la familia, siendo en múltiples ocasiones el soporte tanto económico como emocional. Pero ahora pregunto, ¿a mamá quién la sostiene?
Planteo esta interrogante porque para mamá la presión por cubrir con los gastos y ser una buena madre puede terminar generando sentimientos de culpa que afectan su salud emocional y hacen tambalear su estabilidad, ya que muchas veces no hay nadie con quién compartir las buenas, las malas y las peores.
La realidad es que esos cuarenta minutos o dos horas, en que “el nene o la nena” está entretenido en el celular, representan un pequeño escape o “descanso” para ella, y lo escribo entre comillas, porque probablemente mamá llegará a casa a cocinar, recoger y limpiar, ¿por qué si no, quién lo hará?
No se puede ser algo menos que empático, pues mamá está haciendo lo mejor que puede. En este mundo digital que nos ha tocado, en el que los niños o la “Generación Z,” como muchos así llaman, han crecido rodeados de celulares, videojuegos y un sinfín de herramientas creadas por y para un mundo digital.
Aún no se ha escrito ese libro que sea la biblia para las mamás de la actualidad, y mucho menos solteras, algo así como “El principito de la crianza en el mundo digital”. Pues como bien dice Sue Atkins, “No hay tal cosa como un padre perfecto. Así que solo sé uno real.”