Como lee el título, Puerto Rico no existe, y es que en el circuito competitivo de Esports y Trading Card Game de Pokémon, la isla no es vista como un país legítimo y los jugadores representan a los Estados Unidos, situación que tiene a muchos seguidores molestos.
Esto es un problema que ha estado afectando todos estos años, pero cuando golpeó más fue este pasado 17 de agosto, en Honolulu, Hawái. Recogimos el kit exclusivo para competidores, valorado en más de $900, que tenía un bulto verde con un estampado hawaiano, fusionando los diseños más tropicales de la franquicia con los de la misma isla de Oahu, unas cartas exclusivas valoradas en apropximadamente $600 y muchas otras cosas que ahora no vienen al caso. Sin embargo, lo que más me llamó la atención fue una camiseta única de competidor que no solo tenía el diseño exclusivo de este Mundial, sino que en la parte de la espalda tenía, en teoría, todos los países que estaban siendo representados en esta competición.
En la foto se observa que Puerto Rico no aparece, y como dije, no es nada nuevo. He ido a competir a más de seis estados, en diversos campeonatos regionales e internacionales, y siempre bajo la bandera estadounidense y las siglas de «US» bajo mi nombre. Esta vez, sin embargo, se sintió peor de lo usual. ¿Viajar 19 horas, en el día que más he soñado en mi vida, para no poder representar a mi tierra? ¡¿Tú eres loco?!
Esto me recuerda a situaciones similares en los deportes tradicionales, donde muchos puertorriqueños representan a los Estados Unidos, o viceversa. La situación política del país permite que este fenómeno ocurra mucho más de lo habitual. Como cuando la tenista Gigi Fernández ganó medalla de oro por los Estados Unidos, o cuando Jasmine Camacho-Quinn decidió competir y la ganó con Puerto Rico. La única diferencia entre estos casos es que ellas eligieron su estatus. Un caso donde Puerto Rico se vio forzado a representar a las Naciones Unidas fue en las Olimpiadas de 1904 en San Luis, donde, al no tener comité olímpico, los atletas boricuas no tuvieron más opción que representarlos a ellos
Imaginen por un momento que van a lograr su día soñado, el día por el que se han desvelado incontables noches, el día por el que discutiste mil veces con tus padres, el día por el que has llorado y el día por el que has gastado mucho dinero. Ya sea llegar a la NBA, completar tu carrera, recoger algún reconocimiento por tu empeño, o firmar en la NASA. Claramente la gloria de este momento se multiplica si tienes la bandera arropada alrededor de tu cuello en forma de capa. Tener que hacerlo bajo el nombre de otra bandera e himno, simplemente no es lo que uno quiere.
Estas situaciones me hacen recordar mucho aquel Clásico Mundial de Béisbol, donde Puerto Rico venció al reinante campeón mundial, Japón, en las semifinales. Los nipones, en su mayoría, escuchaban por primera vez sobre ‘Pueruto Riko’, así que rompieron récords en Google buscando qué era esa islita. Y aunque no encontré información que hablara específicamente de esto, sí es cierto que la MLB reportó un incremento del 51% en audiencia gracias a esta derrota japonesa. Leyendas de este tipo no serían posibles si representáramos a otra nación.