Hace unos días, mientras le daba scroll a mi página de Facebook, me topé con un vídeo en el que aparecía la periodista Wilda Rodríguez expresando su parecer acerca del espacio radial que obtendría el alegado analista político Edison Misla Aldarondo, en la emisora WIAC. Rodríguez denunciaba la llegada del ex convicto político, declarando que era una falta de respeto para el pueblo que, un corrupto, ocupase el puesto de experto político en una emisora radial. A consecuencia de sus expresiones emitidas el pasado 30 de enero, la gerencia de WIAC decidió cancelar el programa de Wilda, La bola de pegao.
Comparto y apoyo las expresiones de la periodista, dado que, en este País donde la corrupción es la norma en las legislaciones, solo faltan «expertos» en la política sucia que permea hace años en el Capitolio de Puerto Rico. ¿Quién mejor que los ex convictos políticos Edison Misla Aldarondo, Jorge De Castro Font y el ex convicto policía Alejo Maldonado para ocupar espacios de análisis público? Nadie. Claro que son eruditos en la política, si la trampa que les ha caracterizado es la misma que les abre las puertas a los medios. Pareciese que para ser analista político en este País, ahora es imperativo también incluir en el resumé un internado en la cárcel federal. Gracias a sus experiencias delictivas, el análisis estaría mejor fundamentado y, serviría de asesoría para los que aún no se les conoce la trampa.
Si en nuestra Isla la corrupción política es un acontecimiento habitual y normal, ¿quién mejor que ellos para ser los expertos en el análisis político? Entienden perfectamente el tema de la trampa, pero si el pueblo acepta este tipo de figuras en los medios, la corrupción, la trampa y la política sucia seguirán siendo la misión y visión del bipartidismo que nos ha llevado a la bancarrota.
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