Imagínate que vives en un pequeño apartamento alquilado por el que pagas $600 dólares al mes de renta. Llevas más de 30 años allí y los vecinos en el condominio se han convertido en familia. Tus hijos han crecido en ese pequeño espacio con vista al mar. De repente llega un extranjero adinerado, e incluso puede que un millonario de aquí y decide que lo que ha sido tu hogar por años, es el lugar perfecto para que extranjeros pernocten y se queden por tres noches, por la misma tarifa que pagabas tú mensualmente. Te suben el precio de la renta, pues lo que por años fue tu hogar hoy se está convirtiendo en un famoso Airbnb. No puedes costear los altos precios y te tienes que ir. Imagínalo, pues puede que no sea tu caso, pero trata de ponerte en esos zapatos. Esta es la realidad de cientos de puertorriqueños desplazados, muchos de los cuales se ven obligados a emigrar. Según el Censo del 2020, en los últimos 10 años, la isla perdió un promedio de 11.8% de su población. Esto implica que 1 de cada 10 puertorriqueños, que ya no vive en la isla.
Hace más de 65 años que don Pedro Albizu Campos lo advirtió: “quieren la jaula y no el pájaro”. Aun así, con todo y advertencias, cobijado bajo la Ley 22, nuestro gobierno les pone en bandeja de plata a los extranjeros, lo que es nuestro. En medio de este panorama, en vez de regular esta problemática que nos deja sin casas, sin playas y sin país, celebramos que Puerto Rico se consagra como el país con más superanfitriones en Airbnb.
Sin embargo, el problema aquí no son los Airbnb, porque el propósito de esta plataforma es brindar a las personas la oportunidad de rentar un espacio propio a bajo costo y así ganarse un “dinerito” adicional. El problema es cuando el gobierno quiere hacer más ricos a los buitres a costa del sudor de los puertorriqueños.
El publicista Edwin Miranda, uno de los allegados del exgobernador Ricardo Rosselló, en el 2019, específicamente en el famoso chat de Telegram dijo: «yo veo el futuro y es espléndido, no habrá puertorriqueños». Este plan de desplazar a los boricuas comenzó mucho antes del 2019, y ese año, todos unidos sacamos a Ricardo Rosselló por mensajes como estos que salieron a la luz. Sin embargo, lo sacamos a él y a sus “brothers” como él les decía. Pero se nos olvidó algo, no sacamos el plan de desplazarnos, pues aún sigue viento en popa.
Entre 2014 y 2020, cerca de 11,500 anfitriones enlistaron casi 25,000 propiedades para alquiler a través de Airbnb, lo que representa casi el 6% del acervo total de viviendas para alquiler de Puerto Rico, según Raúl Santiago Bartolomei Investigador Asociado del Centro para una Nueva Economía. En el 2023, de acuerdo con la compañía de Airbnb, la isla ocupó el primer lugar entre 200 jurisdicciones en el mundo, con un 41% del total de todos los superanfitriones. Esto nos posicionó como el territorio más hospitalario en la plataforma. El problema con los alquileres a corto plazo es que tienden a reducir el número de propiedades que podrían utilizarse para alquileres a largo plazo, reduciendo así la oferta y encareciendo alquileres restantes para potenciales residentes.
Si dejamos todas las viviendas a Airbnb ¿dónde vivirán los puertorriqueños? ¿Se verán siempre obligados a emigrar de la isla por qué no consiguen casa? Repito, el plan sigue viento en popa.
Si bien es cierto que, con las nuevas hospederías para los turistas, impulsamos el turismo en la isla y creamos nuevos empleos. También es cierto que los locales tienen que trabajar el doble para costear la vida en el nuevo lugar turístico que antes fue su hogar. Aquí la gente debe tener dos y tres trabajos para costear: renta, agua, luz y la compra, porque la inflación en el Índice General de Precios (IPC) aumentó en 5.8% para enero de 2023, según datos estadísticos de Puerto Rico. El problema no es que vengan a invertir en la isla, porque eso suena de maravilla. El problema es que los puertorriqueños no tenemos las mismas ventajas y oportunidades que un millonario.
¿Cómo es posible que, siendo tan pequeño Puerto Rico tenga más alquileres a corto plazo que Estados Unidos, Corea, Reino Unido y Canadá? ¿Cuáles son las regulaciones que está poniendo el gobierno para reglamentar esto? Hasta el momento, los alquileres a corto plazo solo están regulados por el Reglamento de Hospederías de la Compañía de Turismo de Puerto Rico (CTPR). Pero esto solo exige 15 documentos, entre los que se destaca el registro de sus dueños como hosteleros y que remitan el pago del impuesto por ocupación, mejor conocido como “room tax”. Pero piensen, ¿estas simples regulaciones son suficientes? Estudios de Abexus Analytics y Estudios Técnicos publicado en el 2022, señalan que en la isla existen unas 30,000 propiedades dedicadas a la industria y que, de estas, unas 4,600 se ubican en San Juan. ¿Dónde están los puertorriqueños de San Juan que vivían en esas 4,600 casas? Aparte de las mayores regulaciones que la Cámara busca imponer y no impone, no tenemos nada que regule de manera efectiva esta problemática. ¿Esto será porque Anthony Pierlusi, uno de los hijos del gobernador Pedro Pierluisi, controla gran parte del negocio de los alquileres de propiedades a corto plazo en Puerto Rico?
Mientras otros se hacen ricos, los puertorriqueños de la clase pobre y media trabajadora se quedan sin casa y sin la oportunidad de comprar una en la isla en la que se criaron. Mientras unos se quedan sin casas, otros se lucran. No todo el mundo quiere estudiar y echar vuelo lejos. Muchos quieren quedarse en casa y prosperar. Todavía hay gente que busca echar para adelante en la tierra que los vio crecer. Sin embargo, cada vez se nos imponen más dificultades que no nos permiten prosperar y nos obligan a ir a otros lugares a buscar oportunidades. Aquí como puertorriqueños tenemos los recursos, solo que hace falta que sean accesibles. ¿Si le vendemos todo a los extranjeros con que nos quedamos nosotros? Terminaremos en un Puerto Rico sin puertorriqueños, nos quedaremos con la jaula sin el pájaro, y sin darnos cuenta cumpliremos su cometido.
Definitivamente el.plan sigue y hay muchos puertorriqueños que le agrada que vengan extranjeros porque para ellos nosotros somos inferiores. Por qué no le dan esos mismos beneficios a los puertorriqueños de la diaspora que quieren invertir en la isla , regresar a sus raíces? Hay que seguir luchando para salir de éste embudo en qué nos están metiendo. lo ancho para el extranjero y lo finito para los que quedamos. No permitas que se queden con nuestra jaula de oro.