Para algunos puede sonar alocada la idea de pararse en la calle McKinley, en el casco urbano de Manatí, y dedicar siete meses de tu vida a leer «El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha». Sin importar el sol, la lluvia y otras adversidades, Franco Bauzá, dedicó este tiempo para impulsar su misión, la cual era lograr una revitalización de la economía del pueblo a través de la industria creativa. Aunque su nombre de pila es Juan Francisco González Bauzá, se hace llamar Franco, una encarnación de su personaje.
Esto fue parte del movimiento “Despertemos la McKinley”, impulsado por el joven de 32 años que cuenta con un bachillerato en Producción Digital para Cine, y una maestría en Creación Literaria. Bauzá busca romper las barreras de comunicación que existen entre funcionarios públicos, líderes comunitarios y comerciantes que impiden el desarrollo económico del casco urbano manatieño.
La calle McKinley huele a abandono y deterioro a niveles catastróficos. Desde la llegada de los centros comerciales, las tiendas por departamento estadounidenses y del “Puerto Rico Premium Outlets”, los pequeños comerciantes fueron perdiendo a sus clientes. No se puede competir con modernas infraestructuras y precios competitivamente bajos. A esto se le suma el huracán María, los terremotos y la inacción por parte del gobierno, entre otros factores que han contribuido al desplazamiento de los centros urbanos.
Inspirado en la figura de Víctor Hugo, autor francés de Notre-Dame de París, quien empleó una estrategia que buscaba capturar el interés del público para así poder restaurar la catedral de Notre-Dame, Franco busca impactar de forma directa la economía del pueblo.
“Cualquier evento que ocurra en un pueblo en la mañana puede provocar un cambio económico en la tarde”
Franco Bauzá se inspira en Algo muy grave va a suceder en este pueblo de Gabriel García Márquez
A él no le importa si su único público es el propio libro desgastado por el agua, sol y sereno de la aventura que lleva. Eso mismo provoca que se riegue la voz y que la gente frecuente la zona. Así poco a poco es como Franco quiere comenzar a revitalizar la calle McKinley a través de las letras.
“Quiero demostrarle que con letras se pude rescatar el pueblo”
Franco Bauzá
La mayor parte de la clase política no entiende la expresión artística como un vehículo de revitalización y de incentivo. Tanto así, que en uno de sus intentos para crear alianzas con el gobierno municipal, la ayudante especial del alcalde, le dice: “lo que estás haciendo es muy noble, eres muy respetuoso en la manera en que te expresas, pero te estoy escuchando por buena fe, porque si mi jefe no me lo indica y mi trabajo no me lo obliga, yo no voy hacer nada por ayudarte”.
Lamentablemente, la falta de visión del gobierno, le corta las alas a las personas que donan su tiempo por el bien social. Aun así, las ganas nadie se las quita, y es ahí cuando Franco insiste en cargar dos banderas sobre su espalda: la de Puerto Rico y la Manatí, en simulación de alas.
Como acto de manifestación, y para demostrarle a la administración municipal que existe unión entre los comerciantes de la plaza del mercado, decide encender una antorcha y pasarla entre ellos. Inspirado en un pensamiento: “Para provocar un cambio se debe encender una luz”
Además de ser un líder comunitario dedicado a la revitalización del pueblo, es también cineasta. Franco creó «Filme Puerto Rico», una casa productora que busca crear producciones dedicadas a la comunidad con diversidad funcional. Garrobo, que hasta el momento es su única pieza, es la historia de un perro que experimenta un proceso de pérdida.
La película representa al cine mudo, ya que no cuenta con ningún diálogo y le da la oportunidad a la comunidad sorda a sentirse representada ante una sociedad que los invisibiliza por ser “diferentes”.
Entre los cacareos, la brisa y los comerciantes de la plaza del mercado en Manatí, Franco reafirma su creencia en una fuerza laboral compuesta por personas con diversidad funcional. Para que esto ocurra, Franco indica que es necesario que nos unamos como país, y logremos atraer organizaciones e instituciones que a través de la capacitación y la educación, podamos lograr una sociedad más inclusiva y productiva.
Este joven quiere demostrarle a Puerto Rico el impacto que puede ocurrir en un espacio donde una persona se apodera de las letras. Una manifestación que no termina con la lectura del último capítulo de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, sino con las aventuras subsiguientes.
Una de esas lo es La Librería Franco Bauzá, un proyecto de impacto social que aspira a emplear jóvenes dentro de la población de diversidad funcional, y a su vez demostrarle al gobierno municipal lo que se puede hacer con las industrias creativas.
El artista santurceño Navarro Pizzaro, hará una pintura estilo figurativo que revivirá uno de los momentos de la aventura de siete meses que se dio a las orillas de la calle McKinley. Esta será subastada en el mes de diciembre, y los fondos serán utilizados para la creación de esta librería.
“Esta pintura representará una pieza de la historia contemporánea manatieña.”
Al observar a Franco, es palpable su ilusión de ver a su pueblo brillar y salir a flote de la crisis, una que ha sido destruido por eventos atmosféricos y malas decisiones administrativas.
“Si el puertorriqueño entendiera el valor de su historia y cómo negociar utilizándola, podríamos construir un Puerto Rico digno para las poblaciones marginadas.”