Por: Gabriel Velez Gilbes
En Puerto Rico está surgiendo un movimiento de migración inversa por parte de jóvenes que van de la ciudad al campo en busca de conciencia alimentaria, ambiental, política y económica. Este fue el caso de tres jóvenes puertorriqueños que se han adentrado en la agricultura. Ramsés Ocasio, Dalyana Altagracia Román y Manuel Pérez Rivera son parte de este movimiento de jóvenes que han emigrado en los últimos años, de la ciudad al campo.
Por una parte el retorno se debe a que cada año aumenta la admisión a los recintos de la UPR con programas agrícolas como Mayagüez y Utuado, ya que ha aumentado la necesidad de producir alimentos propios para el auto-sustento y para ofrecer mejores productos al mercado y aportar a la economía local. Muchos universitarios también ven la agricultura como una manera de auto-emplearse ante las adversidades y la crisis que se vive en el país.
Ramses Ocasio es un joven de 27 años, ex alumno de la UPR de Arecibo graduado de Bachillerato de Comunicación Tele- Radial con concentración en Comunicación Estratégica. En un verano volvió a su casa y decidió comenzar un huerto casero con semillas que compró en el supermercado. Le gustó tanto que decidió trabajar en una finca por un año, hasta que se dió cuenta que había aprendido lo suficiente para comenzar sólo a emprender un nuevo proyecto agrícola.
“Luego de graduarme me tuve que mudar al área metro, ya que es allí donde está la oportunidad de trabajo; pero la verdad nunca me adapté. La vida allá esta muy automatizada y la gente vive con prisa, así que decidí volver a mi casa y comenzar a hacer algo que realmente me gustaba, la agricultura.”
Dalyana Altagracia Román, universitaria de 20 de años que comenzó sus estudios en la UPR de Rio Piedras, formó parte del huerto comunitario “Huerto Semilla”, donde despertó su curiosidad en torno a la agricultura.
“Llegué allí hace dos años sin conocimiento, solo por curiosidad. Sabía que quería adquirir un conocimiento básico y tener mi propio huerto para poder tener mis propias siembras. Pero de repente quedé succionada y gracias a ese espacio tuve conocimiento de UPRU, donde se trabaja más directo con la agricultura.”
Manuel Pérez Rivera, es u otro joven universitario que tomó un camino similar. “No me imaginé que iba a estudiar agricultura, entré a la IUPI en periodismo, pero gracias a un libro de Mario Benedetti hice conexión con la agricultura y vi todo lo que se puede hacer con los recursos naturales”, expresó.
Ninguno de estos jóvenes pensó que terminarían estudiando o trabajando en la industria agrícola, pero la combinación de pocas alternativas de trabajo seguro y estable hicieron que encontraran una vida nueva a través de la agricultura.
Según el agrónomo y también profesor Freddy Pérez: “es una edad complicada, uno se está buscando y son pocos los que entran en lo que realmente quieren estudiar”. Agregó que: “en el campo hay mas libertad para hacer lo que realmente te gusta.”
Algo que estos tres jóvenes tienen en común son los motivos que los llevaron a integrarse a la agricultura: la situación política, la conciencia alimenticia y ambiental y la conciencia alimentaria.
En Puerto Rico, se estima que el 85% de los alimentos que se consumen aquí, son importados y de haber algún fallo o colapso en los puertos o aeropuertos, como sucedió tras el paso del huracán María, puede producirse una escasez de alimentos en los supermercados y otros distribuidores.
Según la senadora Rossana Lopez, “aquí los alimentos se tardan mucho en llegar: 69 días desde Australia, 29 días los mariscos, 24 días las frutas, y esto sin contar los días en que se cogieron o mataron. Por lo tanto, nosotros tenemos un issue de seguridad alimentaria aquí”.
El agrónomo Freddy Pérez agregó que los que quieren tener sus propios pruductos , es porque quieren alimentarse bien y entienden lo que es tener una vida autosustentable en términos de su dieta.
Por otra parte, los tres jóvenes agrónomos resaltaron su pasión por la agricultura. «La tierra tiene la capacidad de unir mas personas, no importa el sexo o la edad, cuando todos nos sentamos y compartimos el espacio, lo veo como un proceso bien sanador y es por esto que me encanta”, aseguró Dalyana.
Sin embargo, la vida en el campo no siempre es color de rosa, ya que muchos jóvenes que estén empezando en la agricultura se pueden encontrar con una realidad cuesta arriba. Según el joven periodista Reuel Torres, “para cualquier joven que quiera comenzar en la agricultura, no se le hará fácil desde el principio, ya que hay factores que pueden obstaculizar el comienzo.” Entre estos obstáculos se encuentran: la falta de terreno, el posible cierre de recintos del UPRU o eliminación de programas de agronomía y los desastres naturales.
El mayor obstáculo para estos jóvenes pareciera ser el acceso al terreno. Este es el caso que enfrentan los entrevistados, pero en específico Ramses Ocasio, quien describió el proceso para adquirir un lote de tierra en la actualidad como un proceso muy complicado.
Según un artículo de Diálogo, “la ley Promesa, le brinda poderes de supra gobierno a la Junta de Control Fiscal para poder poner en venta toda propiedad del Gobierno de Puerto Rico con el fin de tener liquidez y abonar a la deuda fiscal que asciende a $70 mil millones.”
Por otra parte, el posible cierre del recinto y la eliminación de cursos agricolas en el UPRU afecta a estudiantes como Manuel y Dalyana, ya que los previos son ofrecidos a los estudiantes para que puedan cultivar y tener sus propios productos.
«Mi formación como profesional es dependiente del UPRU y aquí no tan solo nos enseñan a cultivar, sino a preparar y mercadear nuestros productos”, añadió Manuel Pérez.
Después de la tormenta viene la calma
Aunque existan muchos obstáculos, estos jóvenes no han decidido cesar su ambición y anhelo por producir la tierra. Actualmente Ramses Ocasio, Dalyana Altagracia Román y Manuel Pérez Rivera se encuentran trabajando y elaborando sus productos a pesar de las adversidades.
Ramses Ocasio lleva un mes con la finca que pudo rentar, y aunque todavía no está sembrando, encuentra sustento con sus gallinas, abonos naturales que elabora y un trabajo a tiempo completo en una tienda comercial. Asimismo, durante la semana vende y transporte en bicicleta sus productos agrícolas a sus vecinos.
Dalyana Altagracia Román lleva un semestre en el UPRU y, como parte de la clase Economía Agrícola, debe elaborar un producto. Su producto se llama Carbón Activado y está confeccionado a base de coco.
“Este producto tiene muchos usos, puede purificar el agua, desintoxicarnos y absorber toxinas de nuestra piel e interior.” Junto a su compañera de clase Gabriela Opio, presentarán su producto en el Festival Tierra Adentro celebrado en el mismo recinto. Lo más que desea es aprender para ayudar a los demás que quizás no tengan conciencia de los alimentos que consumen.
Manuel Pérez Rivera, actualmente produce un té fermentado llamado «kombucha», que es una bebida probiótica que sirve como sustito del refresco. “Cuando llega a nuestro riñón, estimula a la buena digestión.” Manuel expresó que lo que quiere es aprender todo lo que pueda, a la hora de manejar con alimentos el proceso es bien meticuloso y necesita tener una buena logística.
Es importante constatar que este moviento de los jóvenes significa un retorno positivo que, por una parte, incentiva la economía local y fomenta la auto-empleabilidad y auto-sustentabilidad en tiempos de crisis, y por otra, crea conciencia alimentaria. Reuel Torres le atribuye este movimiento a la necesidad y la educación.
“Vivimos en un tiempo en el que el acceso a la información está tan accesible que los jóvenes se están dando cuenta que comer en Mc Donald’s, Burger King o Church’s no es una buena opción. Al tener un producto que saben de dónde viene, el proceso al que fue sometido, su textura, color y frescura, esto fortalece el movimiento.”
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