Por Leyra Soto Rodríguez
leyra.soto@upr.edu
12/10/2014
La agricultura es la profesión propia del sabio, la más adecuada al sencillo y la ocupación más digna para todo hombre libre. -Cicerón
Bajo un cielo nublado y con pequeñas gotas de lluvia que parecían acariciar la montaña caminé temerosa por un suelo resbaladizo y lleno de lodo en espera de dar el primer resbalón. Fue luego de varios minutos que pude ver a lo lejos, y con machete en mano, a Ian Pagán Roig agrónomo y propietario de la finca El Josco Bravo en Toa Alta. El joven, quien desde su niñez encontró pasión por la agricultura, nos extiende varias problemáticas y a la vez soluciones sobre la producción de alimentos en Puerto Rico. Teniendo en cuenta que en la Isla se produce solo el 15% de los alimentos que se consumen es de importancia que surja un cambio en la forma convencional de agricultura. La Agroecología representa el paradigma que promete un manejo integral entre la ecología y los métodos habituales de cultivo.
“La agricultura ecológica en general es una agricultura alternativa que, entre otras cosas, rechaza la utilización de plaguicidas tóxicos; rechaza la utilización de abonos sintéticos que vienen del exterior y en cambio utiliza un buen manejo del agro ecosistema», expresó Pagán. Las prácticas naturales de nuestro medio ambiente sumada a la labor realizada por el agricultor propicia un espacio que no representa una amenaza para nuestro entorno. Naturalmente nuestro ecosistema se mantiene en condiciones para seguir produciendo sin la necesidad de que intervenga la mano humana. Pagán Roig mencionó que tenemos como ejemplo el Yunque, un ecosistema saludable, productivo y balanceado. “¿Quién maneja el Yunque? No hay nadie que maneje El Yunque. Nadie va a abonarlo…nadie le echa fertilizantes. Así que utilizamos el estudio de los ecosistemas naturales (como El Yunque) para aplicarlos a la agricultura”, expresó. La utilización de insumos agrícolas no es una alternativa para los agricultores que se dedican a esta forma de cultivo. Esto debido a que en ocasiones se puede eliminar no solo la plaga si no el insecto que ofrece protección a esa plaga.
Para el Agrónomo Jaime Jordán, dueño de la Finca El Paraíso en Arecibo, la agroecología es: “El manejo de la producción agrícola en el campo, armonizando y minimizando el impacto al entorno existente, aprovechando los recursos que ya existen.” Jordán destacó que el policultivo es característico de esta forma de agricultura. La diversificación del plantío es fundamental para evitar el contagio de plagas que afectarían gravemente a un monocultivo teniendo como consecuencia la pérdida total o parcial de la cosecha.
Requisitos para una agricultura sustentable
Según Miguel Ángel Altieri, profesor en la Universidad de California en Berkeley, los requisitos básicos de un agroecosistema sustentable son la conservación de los recursos renovables, la adaptación del cultivo al ambiente y el mantenimiento de un nivel alto, pero estable, de productividad. Para que esta sustentabilidad se de a largo plazo se debe tener en cuenta los siguientes puntos:
- Reducir el uso de energía y recurso.
- Emplear métodos de producción que reestablezcan los mecanismos homeostáticos conducentes a la estabilidad de la comunidad, a la optimización de las tazas de reciclaje de materia orgánica y nutrientes, a la utilización máxima de la capacidad multiusos del sistema y al fortalecimiento de un flujo eficiente de energía.
- Fomentar la producción local de productos alimenticios, adaptados al entorno socio económico y natural.
- Reducir los costos, y aumentar la eficiencia y viabilidad económica de los pequeños y medianos agricultores, fomentando así un sistema agrícola potencialmente resistente y diverso.
Lo orgánico
La agroecología muchas veces se utiliza como sinónimo con la agricultura orgánica. Aunque sus prácticas van en armonía con la naturaleza no necesariamente representan lo mismo. Jordán expresó: “Dentro de la
agroecología puede estar lo orgánico pero no necesariamente tiene que ser orgánico para estar dentro de la agroecología.” Según Pagán Roig, el movimiento agroecológico se ha tratado de distanciar un poco de lo que es la agricultura orgánica aunque sí comparten muchos conceptos en común. “La agroecología trasciende un poco más, va un poco más allá de lo que es la agricultura orgánica. Basada en los parámetros del USDA ahora mismo “organic” o sea la palabra orgánico está patentizada. Entonces hay unos requisitos definidos que uno tienen que seguir para poder utilizar la palabra orgánico. Así que como movimiento agroecológico nosotros nos hemos tratado de distanciar.” puntualizó. Y es que en ocasiones el proceso para certificarse como orgánico puede tomar mucho tiempo.
Los pequeños mercados orgánicos que han surgido en toda la isla dejan ver que existe una urgencia en la sociedad puertorriqueña por mejorar la forma de alimentarse y a la vez cuidar del medio ambiente sin explotar sus recursos. Existe demanda pero es importante, según Jaime Jordán, que exista variedad para que la oferta
no exceda la demanda. Al hablar de agroecología no solo debemos pensar en sembrar, sino en otras industrias agrícolas y textiles. “El cielo es el límite. Aquí hay que salir de los viejos modelos y realmente innovar un poco. Sería ideal que todo el que pudiera creara sus pequeñas empresas agrícolas y así pudiéramos generar una fuerza laboral grande en el país”, enfatizó Jordán.
La juventud con un papel protagónico en la agricultura
“En los últimos tiempos hemos visto un surgir o una respuesta principalmente de la juventud a la agricultura. No solamente a la agricultura en general sino a una agricultura alternativa, un poco más lógica y sustentable”, dijo Pagán Roig. Son muchos los jóvenes que aportan su mano de obra en cambio de la experiencia de trabajar en forma integral y harmoniosa con la tierra.
Ya sea que nos movamos a una revolución agroecológica o no, es evidente que los cambios a nuestro sistema agrario son necesarios. Con manos nuevas y dispuestas a trabajar se puede lograr la tan aclamada soberanía alimentaria. Depende de nosotros como consumidores desempeñar un papel protagónico en exigir alimentos de alta calidad cuya producción vaya a la par con una conciencia ecológica que nos beneficie como pueblo.