Por: Genesis J. Figueroa y Jobenny A. Rivera (genesis.figueroa6@upr.edu) (jobenny.rivera@upr.edu)
El pasado 11 de diciembre de 2015 en el muelle número cuatro de San Juan atracó El Galeón de Andalucía, una réplica de los barcos mercantes españoles del siglo XVII que hacían ruta en el Atlántico y Pacífico. El navío fue construido en el 2010 por la fundación Noa Victoria, quienes se encargan de recrear barcos y darlos a conocer alrededor del mundo. La construcción se basa en fibra de vidrio y cubierta con madera. El modo de operación de este barco, se basa en la combinación de nuevas tecnologías y de mecanismos antiguos. También, posee motores del siglo XXI.
Durante el recorrido, se observaban imágenes y escritos de las condiciones en que vivían en el barco para aquella época. Además, el barco es una copia exacta, así que se encontraban objetos y utensilios que se usaban antiguamente. En cada lugar de este museo flotante, son diversas las historias que quedan plasmadas. La primera parada fue en la parte frontal del Galeón que se le conoce como el cuwater, donde el suelo posee unos orificios, que según la historia, era donde los tripulantes hacían sus necesidades y no todos tenían la suerte de salir con vida.
Al igual que cualquier otro navío de grandes proporciones, este posee los anclas que pesan alrededor de media tonelada y que son lanzados y extraídos del mar por 10 personas y sin ningún aparato mecánico. En el segundo nivel estaban: las habitaciones, el baño; ambos muy pequeños y el comedor junto al recibidor donde se reunían las personas de poder. El tercer nivel abundaban los cañones, donde anteriormente estaba localizada la cocina, pero esta vez era ocupada por placas que narraba la historia.
Vivir en el Galeón sin saber de tu familia
El barco está a cargo de 16 tripulantes, entre ellos 2 mujeres. Los puestos se dividen de la siguiente forma: el capitán (en este caso capitana), primer oficial, segundo oficial y marineros. Estas personas son las que dirigen y manejan este buque. A pesar de que son poquitos, el espacio de alojamiento es limitado. Camas literas, un solo baño, lavadora, secadora, cocina y comedor; todo lo que tiene una casa.
Lo que no tienen, a lo largo de sus visitas en los diversos países, es la grata compañía de sus familiares. Xavi Canals, ocupa el puesto de primer oficial y cuenta que es muy difícil vivir lejos de su familia.
«Casi ni me comunico con mi mamá, hay veces que ella ni sabe porque país o continente me encuentro pues es difícil mantenernos conectados. Durante la travesía son muchos los días que estamos sin servicio telefónico y a esto le añadimos los obstáculos que encontramos, las marejadas, las ráfagas de viento y las corrientes hacen que uno piense si podrá regresar con vida a donde nuestros familiares», expresó Canals, quien es oriundo de Cataluña.
Para casi culminar su travesía en Puerto Rico, el lunes 8 de febrero en la madrugada El Galeón zarpó de San Juan hacia Mayagüez para permanecer anclado allí hasta el día 15 de febrero. El movimiento de público en La Sultana del Oeste fue apoteósico. En tres días algunas 3,000 personas subieron a hacer el recorrido al barco. El lunes 15 partieron hacia su próximo destino, Tampa F.L. con sentimientos y grandes recuerdos de la isla. Cada uno de los miembros de la tripulación demostró el cariño y aprecio hacia el público que los visitó. Definitivamente este suceso fue una gran experiencia tanto para todo el equipo de El Galeon, como para los visitantes. Puerto Rico espera ser parte de su próxima visita, que se espera que sea pronto.
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