Por: Zulymar Droz Guerrero (zulymar.droz@upr.edu)
El deporte nos ha hecho soñar y unido como país. Hoy, necesitamos que nuestros jóvenes y niños puedan visualizarse como los próximos máximos representantes de Puerto Rico. El deporte tiene el poder de realizar cambios en la sociedad. Es indignante que no sea visto como una inversión, sino como un desperdicio de dinero por el gobierno y la empresa privada.
El deporte une países, lo hemos visto. En el 1995, Nelson Mandela logró unificar a Sudáfrica mediante el equipo nacional de rugby, dividido por la segregación racial. Ello nos demuestra que el deporte es una solución a corto y largo plazo, sobre la que podemos cimentar una base sólida en la que desarrollemos ciudadanos responsables, trabajadores y disciplinados.
En el caso de Puerto Rico, lo hemos vivido de forma efímera. El deporte nos ha unido durante periodos cortos en medio de la crisis fiscal y ola criminal que nos arropa. El 13 de agosto de 2016 fuimos uno, para celebrar la medalla de oro conquistada por Mónica Puig, día en el que no se registraron actos criminales. Mientras, en marzo del 2017 la euforia del Team Rubio nos unificó, fueron semanas en las que la criminalidad descendió y fuimos felices momentáneamente. Nuestra historia sería otra si fomentáramos el deporte y entendiéramos que es una solución no solo a corto plazo.
El deporte necesita más apoyo, desde los hogares hasta el gobierno. Necesitamos que los niños y jóvenes de Puerto Rico sientan apoyo en sus hogares, que sean inspirados a soñar e impulsados a cumplir sus sueños. Por su parte, el gobierno, a través del Departamento de Recreación y Deportes (DRD) debe fomentar el deporte en nuestras comunidades e identificar a quienes puedan aspirar a ser atletas de alto rendimiento, para intentar proveerles los recursos necesarios. Además, deberíamos solidificar el programa de educación física y adaptarlo a las nuevas generaciones.
El deporte aleja a nuestros niños y jóvenes del alcohol y sustancias controladas, lo que a su vez los aleja de la criminalidad. Cuando un joven pierde su vida a causa de la ola criminal, perdemos a quienes podrían ser un futuro Roberto Clemente, Tito Trinidad, José Juan Barea, Jaime Espinal, Javier Culson, Angelita Lind, Mónica Puig, Adriana Díaz, Aury Cruz, Beverly Ramos o Vanessa García. ¿Imaginas el deporte nacional sin estas figuras? Imposible imaginarlo, porque siempre han sido nuestros máximos exponentes. ¿Qué será de Puerto Rico si no tomamos acción mientras perdemos vidas de quienes podrían escribir el nombre de Puerto Rico en letras doradas?
Es necesario que todos formemos parte de la solución. Puedes ser quien motive a los niños a practicar el deporte. Unas palabras pueden cambiar nuestra percepción, se esa voz de aliento para el que considera rendirse. Si tienes el poder adquisitivo se el auspiciador de un programa comunitario, o de la niñez que sueña con vestir los colores de Puerto Rico. El gobierno debe ser el facilitador para que la niñez tenga las facilidades básicas para practicar el deporte. No le robemos la oportunidad de soñar a nuestra niñez. Tenemos en nuestras manos el futuro de Puerto Rico, ¿qué esperamos para tomar acción?