Por: Jaritza M. López Castro (jaritza.lopez@upr.edu)
José Ledesma, presidente de la Cámara de Comercio de Puerto Rico argumentó que en Puerto Rico sí es posible vivir bien con un salario mínimo, sin embargo, cuando se le preguntó si él podría vivir con este salario mínimo respondió: “Yo específicamente no, pero en mi caso sí tengo ciertas medidas de austeridad y de reducción de costos y si es así, pues sí”.
La historia del $7.25 en Puerto Rico
El salario mínimo fue establecido el 24 de junio de 2009. El pasado 30 de octubre, las comisiones conjuntas de Gobierno y de Asuntos Laborales comenzaron el análisis del Proyecto de la Cámara 2264, para crear el Comité de Justicia Salarial, y a su vez, aumentar el salario mínimo a $8.25 para todos los sectores de Puerto Rico.
La gobernadora, Wanda Vázquez, afirmó que le “encantaría” poder aumentarle el salario mínimo tanto a los empleados públicos como privados, hasta $10 la hora, sin embargo, indicó que tiene las manos atadas para poder otorgar un aumento salarial a los empleados públicos, por las exigencias de economías que impone la Junta de Supervisión Fiscal (JSF). De esta manera se posterga la posibilidad real de un alza en el salario mínimo, dado que la Cámara de Representantes aplazó tal solicitud para el 2020.
La historia de una madre soltera
María, quien prefiere mantener su identidad anónima, es una madre soltera que trabaja de 20 a 30 horas semanales en una tienda por departamento, donde tiene un salario de $7.25 por hora y nos cuenta que vive de quincena a quincena.
“(Por) el costo de vida, el dinero no da. No se vive con $7.25 si el costo de vida está demasiado alto. Se sobrevive.”
María paga gastos de renta, auto, luz y agua que sobrepasan los $500 mensuales y, a eso habría que añadirle la comida, uniformes para trabajar y uniforme para su niña para la escuela, medicinas, gasolina y otros gastos diarios. No recibe ayudas del gobierno ya que no cualifica para ellas.
“Le doy gracias a Dios de que siempre aparece alguien que ayuda, porque me he visto con 18 centavos en mi cuenta y no cobrar hasta 3 días después”.
La historia de un estudiante universitario
Los jóvenes universitarios también se las ven difícil ya que, aunque sus situaciones no son iguales que las de muchos adultos, estos jóvenes batallan con más de 12 créditos para poder recibir ayudas económicas y la beca Pell.
Los altos costos de las universidades han provocado que los jóvenes se desenfoquen de sus estudios y se comiencen a mover para poder conseguir 1 o 2, hasta 3 trabajos, que les permitan sobrevivir.
“Ser estudiante universitario y trabajar requiere un mayor esfuerzo. Debemos cumplir con nuestras tareas académicas, pero también con nuestras responsabilidades laborales; a esto se le suman las actividades extracurriculares y el tiempo “libre”.”
La matrícula de la Universidad de Puerto Rico (UPR) en los últimos años ha subido por decisiones tomadas por la Junta de Supervisión Fiscal (JSF) y muchos jóvenes que se encontraban totalmente enfocados en sus estudios han tenido que sobrevivir y echar pa’ lante para poder cumplir sus sueños, aunque a veces esos sueños no llegan a ser mejor de lo que están viviendo.
La crisis exacerbada
El salario mínimo entró en vigor el 24 de junio del 2009, como sueldo establecido por los precios y situaciones que se estaba viviendo en ese año, pero la realidad del caso es que del 2009 al 2019 ha transcurrido una década completa. Hace diez años no se contemplaba una Junta de Supervisión Fiscal (JSF) y todas las medidas de austeridad que han sido impuestas a la isla.
Algunos de los cambios realizados por la JSF en los últimos años que han afectado al trabajador de manera negativa es la eliminación del bono de navidad (la cual entrará en vigor en el 2020), la reducción en las pensiones, el fondo de $25 millones anuales para becas en la UPR será eliminado, nueva reforma laboral que incluye una reducción de días de vacaciones y enfermedad para los trabajadores del sector público y privado y aumentos en tarifa de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE).
Además de la isla ser azotados por la JSF, fuimos golpeados por el huracán María que destapó y visibilizó la pobreza en nuestra isla y luego de eso aumentó. Por más que las personas intenten salir hacia adelante las manos se le ven atadas.
“El huracán exacerbó los niveles de pobreza que existían en Puerto Rico y es probable que hoy esté al menos la mitad del país (viviendo) por debajo de los niveles de pobreza. En la medida que la recuperación se alargue y más personas pierden ingresos y empleos, es posible que las 254,905 personas que tenían un ingreso entre 25 y 50 por ciento superior a la pobreza también caigan bajo los niveles de pobreza, llevando la tasa potencialmente hasta 59.8 por ciento”
El doctor José Caraballo Cueto, director del Centro de Información Censal (CIC) para un reportaje de “Cyber News” en el 2017.
Promesa sin promesa
La JSF fue establecida en Puerto Rico, contemplada dentro de la ley “Promesa”, está compuesta por siete miembros con derecho al voto, encargados de administrar las finanzas del país. Cuatro de esos miembros son de origen puertorriqueño.
A pesar de que la JSF se encuentra en la isla, podemos ver que las personas en la isla con “puestos importantes” se encuentran ganando mucho más que el salario mínimo, como por ejemplo el presidente de la UPR, quien tiene un sueldo de $240 mil anuales y la ex secretaria de educación, quien ganaba $250 mil anuales, mientras que alrededor de 300 escuelas públicas en Puerto Rico cerraban como parte del recorte de financiamiento público establecido en la isla. Sin embargo, una persona que tiene como sueldo el salario mínimo federal con al menos 40 horas semanales, apenas llega a los $25,000 anuales.
El futuro de Puerto Rico
El salario mínimo fue establecido en un periodo de vida muy diferente al que vivimos hoy en día, además de que este sueldo es una sugerencia por parte de las leyes federales en los Estados Unidos donde se establece que “el salario mínimo se sugiere que sea $7. 25, pero podría ser aumentado dependiendo de la realidad económica del estado o país”. En Nueva York, por ejemplo, el salario mínimo es $11 por hora por el alto costo de vida en este estado.
No hay nada que impida que Puerto Rico establezca mediante legislación un salario mínimo más alto que el salario federal para diferentes sectores de nuestra economía. Las leyes que se aprueben en la isla deberán incluir detalle sobre el impacto presupuestario que tendrá, sin embargo, esta información deberá ir dirigida a que la JSF para que estos revisen si cumple o no con sus parámetros para el gasto fiscal. Si una ley no cumple, la Junta puede rechazarla como si fuese un sub gobierno, o una dictadura.
De esta manera regresamos a la espera de que en el 2020 Joel Franqui Atiles, autor de la medida, pueda evaluar y afinar debidamente tal propuesta para así trabajar para un mejor futuro en donde los puertorriqueños no tengan que preocuparse si podrán comer en el día de mañana, mientras otras personas en el país se preocupan por donde guardarán los miles de dólares que ganan mensualmente.