Por: Ivarelis López (Ivarelis.lopez@upr.edu)
Nuevamente la Universidad de Puerto Rico cae en zona de peligro. Paso a paso, recorte tras recorte, atropello tras atropello. La educación universitaria del país se aleja de su pilar fundamental: ser pública y accesible para el pueblo.
En las pasadas semanas ha producido eco mediático el Plan de Ajuste de la Deuda. Pero, ¿qué es y cómo es que afecta a la Universidad de Puerto Rico (UPR)? Este diseño de ajuste es un plan negociado entre la Junta de Control Fiscal y los bonistas para cobrar la deuda incurrida por los pasados gobiernos de la Isla. Nombrado oficialmente como el Proyecto de la Cámara 1003, el mismo contiene los acuerdos para ponerle fin a la quiebra de Puerto Rico y, a su vez, un posible fin al sistema UPR como lo conocemos. Es decir, el PC 1003 asigna $500 millones en presupuesto a un sistema universitario que a duras penas opera con aproximadamente $800 millones. ¿En dónde quedó la lógica?
Con un recorte de tal magnitud, se incrementa la posibilidad de cierre de algunos recintos de la UPR. Como era de esperarse, todas las miradas se fijaron en la UPR de Utuado, el más reciente de los once distinguidos recintos. No obstante, muchos ya dejaron clara su oposición al cierre de la unidad.
El rector de la UPR de Utuado, Luis Tapia Maldonado, negó la posibilidad de cierre del recinto. “Un plan de cierre sería nefasto para la zona, pues no solo somos un centro educativo, sino que somos un punto de encuentro académico para toda una región geográfica con pocas alternativas de educación superior”, expresó Tapia mediante un comunicado oficial. De igual manera el rector clarificó que, aunque sí han tenido recortes en el presupuesto, rechaza cualquier medida que atente contra el sistema UPR.
El PC 1003 no es el primer atento contra el sistema UPR en tiempo reciente. Desde el año 2017, quienes muchos recordarán por la famosa huelga, se le ha recortado aproximadamente el 50% del presupuesto a la Universidad de Puerto Rico. Encima de eso, se le aumentó increíblemente el costo del crédito a los estudiantes, mientras se disminuyeron las plazas para empleados docentes. Aquellos protagonistas que consideren estas medidas como poca cosa seguramente no viven en carne propia lo que es ser parte del sistema público universitario en pleno 2021.
Pero ahí no termina el plan de aniquilar nuestro principal centro docente público. Lo último que se ha revelado es que políticos de la administración actual se regocijan por unos fondos federales obtenidos para un programa de agricultura en una de las universidades privadas del país y se les olvida que la UPR en Utuado está especializada en ese campo. ¿Les parece familiar esa hipocresía; apoyar lo de otros y no lo nuestro?
¿Por qué, a la hora de hacer recortes en presupuesto, la UPR siempre es la primera en fila? Es cierto, el sistema UPR no es el único sistema universitario que crea a los profesionales del país. Pero si es el principal, el nuestro, el que nos pertenece a cada uno y al que tenemos derecho. ¿No deberían todos gozarse y estar orgullosos de que Puerto Rico tenga un sistema público universitario con un nivel educativo de altísima calidad? ¿La lógica no debería ser mejorar ese sistema aún más en lugar de atentar contra él?
Dicen que se va a la universidad a hacerse gente. A la Universidad de Puerto se va a hacerse mucho más; hacerse resistente, astuto, comprensible, generoso, resiliente. A la Universidad de Puerto se va a hacerse grande.